Capítulo 37

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Eros:

Seis jodidos meses y nada, no abre sus ojos, su diagnóstico es estable y como cada noche estoy aquí rogándole para que despierte.

-Debería descansar-me sugiere Haru, el chico me cayó bien y le propuse que trabajase para mí, es joven y la verdad no me gustaría que desperdiciara su vida así, aceptó la oferta y ahora pertenece a mi grupo de seguridad.

-No puedo-sostengo fuerte su mano mientras la beso.

-Mañana no tiene que trabajar, es mejor que descanse y así puede estar todo el día de mañana sin interrupciones.

Sopeso el consejo y es lo mejor, mañana será uno de esos días en lo que no me separo de su cama, en los que leo una y otra vez la obra de Peter Pan que tanto le guata, citando diálogos de las películas, peinando su cabello y rogándole que abra sus hermosos ojos.

Me levanto besando su frente, aspirando su aroma, mientras toco sus frías mejillas, suspiro dando media vuelta para salir de la habitación.

-Gracias por soportarme Haru-en estos meses mi humor es de perros y él no me ha dejado solo cuando he apartado a todos, soportando mis malos tratos.

-Señor, usted me ha dado la mejor oportunidad de mi vida. Está pasando por un momento difícil, no todos reaccionamos igual al dolor-suspiro agotado- ¿Puedo decirle algo?

-Por supuesto Haru, que me llames señor no cambia la confianza que he puesto en ti -me mira con tanta sinceridad y agradecimiento que me recuerda a Liam.

-Despertará -asegura-es una mujer muy fuerte, no todos sobreviven a una herida de bala en la cabeza, si logró eso puede hacer cualquier cosa-suspiro.

-Dios te oiga-respondo en un hilo de voz, en estos meses incluso he rezado.

La presión y la ansiedad son tantas, que en ocasiones no puedo siquiera respirar, es como si el aire estuviera cargado de salitre, dañara al llenar mis pulmones y quema al expulsarlo, como si estuviera ahogándome constantemente en el mar que creó mi subconsciente a mi alrededor y lo único que hago es tocar fondo.
En cuanto abro la puerta voy directo al baño, logrando que mis músculos se relajen un poco bajo el agua, para luego tenderme en la cama durmiendo con su rostro en mi mente.

Estoy acercándome a su sala cuando escucho mucho ruido. Le hago una señal a Haru para que los hombres tomen posición. Corro desesperando tratando de llegar lo antes posible a la habitación, está vulnerable podrían hacerle daño tan fácilmente, por eso no me aparto de ella, joder, porque me fui.

Lo que veo cuando cruzo el umbral de la puerta me deja sin palabras.

-No te me acerques-le grita Neela con autoridad a la enfermera- ¿dónde estoy? -pronuncia en el mismo tono.

-Señorita está en el hospital, tuvo un...-sus palabras se quedan en el aire cuando me abrazo a Neela y me mira sorprendida, se estremece en mis brazos haciendo que esa corriente conocida me rompa los huesos.

- ¿Eros? -pregunta un poco confundida- ¿qué paso, porque estoy hospitalizada? -sus ojos se clavan en los míos agitándole la respiración.

-Te dispararon-abre mucho los ojos- ¿No lo recuerdas? -el doctor nos interrumpe entando rápido, me separa de ella muy en contra de mi voluntad para que él pueda chequearla.

-Hola Neela, soy tu doctor-ella lo mira con desconfianza- ¿Cómo te sientes?

-Confundida-dice con seguridad sin pensárselo dos veces.

- ¿Recuerdas porque estás aquí? -niega de inmediato- ¿Qué es lo último que recuerdas?

Agita su cabeza hacia los lados, como si le costar recordar y al intentarlo le produjera una jaqueca de infarto.

-Mamá diciéndome lo importante que es amar lo que se hace-no, no, no puede ser, el doctor me mira y creo que leyó lo que dice mi mirada.

-Eso es muy cierto, ¿amas tu profesión? -niega con vehemencia.

-Odio los hospitales, es como si pudiese oler el dolor-hay ocasiones como esta que sus palabras calan tan profundo en mi corazón, que hace que se oprima.

-A sí que eres doctora, ¿hace cuánto te graduaste?

-Recién.

- ¿Sabes qué día podría ser hoy?

-Si dormí poco alrededor del 5 de diciembre, mi cumpleaños esta próximo y mamá esta emocionada ¿Eros podría llamarla? -estoy en blanco, no sé qué hacer.

- ¿En qué año estamos? -lo mira confundida.

-Diciembre del 2022-responde como si fuese más que claro, joder borro más de un año, me borro, me sonríe con las mejillas sonrojadas-Eros me alegra verte-mi corazón se retuerce- ¿Liam vino contigo, verdad?

-En realidad, fuiste tu quien vino a visitarnos-me mira como si no creyera nada.

-No entiendo, ¿qué sucede? -respiro siquiera sé que decirle.

-Te dispararon y llevabas 6 meses en coma-me mira con desesperación, mientras una lágrima baja por su mejilla.

- ¿Mamá dónde está? -su preocupación es tanta, no puedo responderle eso.

-Tu familia está de camino, en cuanto llegue podremos responder todas tus preguntas-suspira insegura, pero al final se rinde asintiendo, por suerte no pregunta por Marcelo.

Me acerco un poco y veo como se pone nerviosa, toco su rostro viendo como el rubor sube de su pecho a mejillas encendiendo sus orejas.

-Me tenías tan preocupado-miro al costado de la cama preguntándole con la mirada si puedo sentarme, ella asiente dándome permiso.

-Te extrañé -enreda su labio inferior entre sus dientes tirando fuerte, provocando que lo toque para que lo suelte, su respiración se agita por mi tacto y desvía la mirada.

- ¿Qué pasa? -levanto su mentón conectando su mirada con la mía.

-Es confuso-su voz suena tan frágil que parece que se fuese a romper-siento que me he perdido de mucho, es, es -su voz se va apagando, me acomodo en la cama llevándola a mi pecho.

-Estoy contigo, todos estamos contigo-sus ojos buscan lo míos llenándome de ese azul hipnotizante, beso su frente-siempre estaré contigo.

Se que no entiende porque actúo así, pero no puedo alejarme, no quiero hacerlo, sierra sus ojos como si disfrutara mucho de mi cercanía, de mi aroma, su cuerpo tiembla.

-Llevaba tanto tiempo sin verte-dice con nostalgia.

-Te prometo que ahora te hartaras de verme a cada momento-le aseguro y se le escapa una risita nerviosa.

-Al parecer nos llevamos igual de bien.

-Siempre serás la pequeña que debo cuidar, lo más lindo e importante, mí lucecita-su rostro cambia y no entiendo a qué se debe, la abrazo fuete y ella aspira el perfume de mi pecho, como si lo quisiera grabar para siempre.

Pasadas una media hora siento su respiración ralentizarse comprendiendo que se quedó dormida. Liam y su tío entran y de inmediato les pido con mi mano que no hagan ruido, con cuidado la aparto de mi cuerpo, provocando que se remueva buscando mi calor, salimos al pasillo. Están todos, su familia, mis padres, Eric, todos, hablando con el doctor .

-El dispara causo daños en la corteza cerebral-les informa nuevamente el doctor.

- ¿Doctor, pero recuperará la memoria?

-No hay seguridad.

-No recuerda la muerte de Amber -todos suspiran con pesar y su abuelo niega de inmediato.

-No podemos hacerle vivir nuevamente ese dolor.

-No se le puede agobiar, ni forzarla demasiado, necesita estimular su cerebro, pero hay cosas que no se puede ocultar, como la falta de su madre. No tenemos seguridad de nada, es mejor que balla aceptando la situación con ustedes alrededor, pero no la atosiguen de recuerdos, que ella misma se balla dando cuenta de las cosas- sugiere el doctor como si eso fue fácil.

Esto la destrozará, vivir todo nuevamente, es como si su madre muriera dos beses.

Eros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora