Liam:
Llevo unos veinte minutos esperando fuera. Eros me acompaña, mi hermana y Elena entraron juntas al hotel para hablar con Aurora, para ver si quiere conocerme. Ella sabe que su papá está en este país, pero no sabemos si quiere tenerme cerca.
El móvil suena y es mi hermana indicándome el número de habitación para que suba. Eros y yo nos sonreímos y bajamos del auto. Las puertas de las habitaciones se me están haciendo eternas, es la 405 pero no aparece, joder enloqueceré.
-Tranquilo, trata de tranquilizarte.
-Tengo una hija-le digo como si no me lo creyese aun, porqué es que en verdad no lo hago.
-Si amigo, me hesite tío muy joven-el muy estúpido me hace sonreír cuando hace ese gesto arrogante muy suyo.
-Mírala ahí-me señala la puerta y toca, sabe que estoy demasiado nervioso para tomar el control de la situación.
La abre Neela con una sonrisa en los labios y me invita a entrar. La habitación es amplia con tonos claros, pero la luz es tenue, busco por toda la habitación hasta.
Ahí está, una pequeña niña, preciosa, es una réplica exacta de su madre, pero con mis ojos, es perfecta y yo estoy tan turbado que no sé qué hacer, me acerco despacio arrodillándome frente a ella.
-Hola bonita-me sonríe muy tierno.
- ¿Soy bonita? -pregunta con esa vocecita dulce que ya había escuchado.
- ¡Mucho! -me mira fijamente.
- ¿Eres hermano de mi tía?
-Si, aunque no nos parecemos mucho-ella me mira a mí y luego a mi hermana.
-No-se acerca tocando mi cabello-el de mi tía es más bonito-todos reímos y ella toca mi rostro, me estremezco.
- ¿¡Eres mi papá!?
No puedo evitarlo, mis ojos se cristalizan, estoy a punto de llorar y cuando asiento y esa pequeña se me abraza me rompo por completo.
Es tan delicada, tan frágil y pequeña. Nunca imaginé tener estos sentimientos de protección y entrega por alguien más que no fueran esas dos mujeres que tengo delante, pero esta pequeña los sobrepasó con creses.
- ¿Quieres jugar conmigo? -asiento emocionado, mientras ella da saltitos de alegría. Me está aceptando tan bien, toma mi mano tirando, para que la siga a la sala de estar, que está cubierta de juguetes-este es mi preferido.
Me rio cundo me muertera el ferrocarril, el cual está modificando a su gusto con barbis en los vagones, el trencito en ocasiones se va de la línea.
No sé cuánto tiempo llevamos así, incluso Eros se no unió. Me mostró todos sus juguetes, me dijo los nombres, quien se los había regalado, incluso las fechas en las que los recibió, es muy inteligente.
- ¿Te gusta el campo? -le pregunto.
-Mucho, tía me lleva a recoger uvas y nos quedamos debajo de un árbol. Mi abuelita solía leernos, pero ahora está en el cielo-sé que se refiere Amber, levanto la vista encontrándome con la de mi hermana que me sonríe.
-Sabes, tengo una cabañita en una montaña, hay muchos árboles y un lago, ¿te gustaría ir?
- ¿Me enseñaras a nadar?, a mamá no le gusta el agua-me rio mirando a Elena y ella gira los ojos.
-Claro soy muy bueno y tu tía también, es campeona de natación.
-A ella ya no le gusta-Neela se mueve sirviéndose un vaso de agua-pero podríamos ayudarla- se le escapa un bostezo.
-Claro-le aseguro, ya es muy tarde y ella debe dormir.
- ¿Te puedes quedar conmigo? -miro a Elena y asiente.
-Por supuesto -se avienta a mis brazos acurrucándose como asegurándose para que no la deje.
-No te iras-mi corazón se oprime, me he perdido tanto.
-Nunca-suelta una risita abrazándome con fuerza, cómo si tuviese miedo a que desapareciera, eso mismo estoy experimentando.
- ¿Cuándo iremos al campo? -pregunta con voz adormilada.
- ¿Cuándo quieres ir?
-Mañana -responde rápido.
- ¿Están libres? -les pregunto a todos, en realidad el viaje fue idea de Eros para hablar con mi hermana, lo tenía todo preparado. Ellas asienten.
-Mañana entonces, ahora a dormir bonita.
Está de más decir que fue la mejor noche de mi vida, con mis dos grandes amores. Sé que Elena aun siente algo por mí, no es ni la sombra de lo que sentía antes, lo veo en su mirada, pero no descansaré hasta hacer que se convierta en un todo.
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Eros
RomanceEros Hall un hombre que esconde secretos, un turbio pasado que tocará en la puerta de su presente. Cadenas. Una amargura que lo ata a la soledad. Sus fantasmas le impedirán acercarse a la chica que lo enloquece. A la chica que llevaba años sin ver y...