Capítulo 18

204 22 0
                                    

Eros:

Su cabello rojizo suelto con esos preciosos risos, sus ojos claros y ese  vestido blanco le dan un aire angelical, es perfecta.

-Eros, te dio una insolación-se burla Liam y siento a lo lejos la risita de Elena.

- ¿Iremos al lago? -pregunta la pequeña emocionada.

-Si, pero antes debemos desayunar y reposar-le responde su padre, Aurora gira los ojos provocando que su padre suelte una risita.

-La tía no desayuna-dice inteligentemente.

-Pero tía es mayor-replica su madre desde la cocina-además le sienta mal, recuerdas que siempre le duele la tripa.

La niña asiente, miro a mi alrededor solo un segundo y no está, creo que salió a las terrazas. Me levanto siguiéndola a pesar de las burlas de mi amigo y de los reclamos de Elena para que me deje en paz.

Ahí está, mirando concentrada los árboles, llego desde atrás besando su cuello, se sobresalta tratando de separase.

-Neela-no me responde, continúo acercándome.

- ¿Porque lo vuelves hacer? -me reclama-te marchas y ahora actúas como si no hubiese pasado nada -joder metí la pata de nuevo.

-No fue a postas-se gira mirándome fijo, hago una jaula con mis manos a su alrededor.

- ¿A no? -me acerco a su oído.

-Neela-saboreo su nombre haciéndola estremecer-estaba por córreme, necesitaba apartarme de ti.

Paso mi lengua por todo el contorno de su oreja y siento como se rinde por completo con mis caricias, me gusta tanto las reacciones de su cuerpo, pero a la vez me hace odiarla por su entrega y confianza en mí.

- ¿Dime lucecita, te gustó tu primer orgasmo? -miro su rostro completamente rojo y me da gracia cuando se extiende hasta sus orejas y pecho.

-Yo, es que -balbucea.

-Respóndeme lucecita ¿te gustó? -baja su mirada avergonzada.

-Mucho -dice bajito, tomo su mentón levantando su rostro, paso mis labios por
sus mejillas que están que arden, llegando nuevamente a su oreja:

- ¿Quieres más como ese? -se turba tanto que se sostiene a mí cintura, la miro directamente a los ojos.

- ¿Quieres más? -muerdo su labio inferior.

-Si- susurra con la respiración entrecortada.

-Neela te lo pediré nuevamente, aléjame-uno por completo su cuerpo al mío sintiéndola, haciéndole sentir mi erección -aléjame, por favor, aléjame.

Suplico como nunca he suplicado, ella es mi vicio y si continúo me apoderaré por completo de ella y no la dejare ir jamás.

- ¡Nunca!

Sus manos van a mi rostro recorriéndolo, como si quisiera guardar para siempre en su memoria cada rincón, se deslizan por mi cuello tocando mi manzana de Adán haciéndome tragar fuerte, sacándole una risita viendo cómo
sube y baja, llega a mi pecho tirando de mí.

- ¡Nunca!

Repite sobre mis labios y cundo su lengua irrumpe en mi boca me pierdo por completo, el mundo deja de girar a nuestro alrededor, mi cuerpo y mi alma le pertenecen, pero mi mente me dice una y otra vez que debo alejarme, que tengo que alejarme, no puedo condenarla, no puedo encadenarla.

Que hago cuando todo mi ser es una disputa constante, una guerra interminable entre lo que debo, lo que quiero y deseo hacer, para mi mala suerte todo me lleva a ella, solo ella y eso no hace más que atormentarme cada segundo.

Eros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora