Capítulo 12

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Neela:

Hace unos 5 minutos espero, no veo nada, el taxista me dejo utilizar su móvil y Alexandra me dijo que la esperara aquí, pero no las veo por ninguna parte, de pronto siento algo pegado a mis caderas.

-Tía-grita Aurora.

-Pero garrapata que grande estas ¿cómo has crecido?

-Secreto-me rio y su madre también.

-Ale-la abrazo fuerte y ella me lo devuelve-vamos, deben estar agotadas.

-Neela no puedo ir a esa casa-me quedo trastocada-hay cosas que no sabes, que debo decirte, vamos al hotel, hice una reservación. 

Asiento sin preguntar, el taxista aún espera fuera, nos adentramos en el auto y Aurora no para de hablar. Su madre le pide que hable en inglés, pero la niña no hace ni caso, el taxista está encantado con ella, dice que le recuerda a su nieta que vive en Italia. Ahora entiendo lo graciosos que debe sonar mi acento. Ya en la habitación bañamos a la niña y como si fuese una pastilla cae rendida en la cama.

-Descansa, podemos hablar mañana-le sugiero.

-Mañana nos reuniremos con Eros-trago fuerte al recordarlo, no quiero tenerlo cerca-y con Liam.

- ¿Alexandra que pasa? -no me gusta su semblante. 

-Ese es el problema, mi nombre, mi nombre es Elena-abro los ojos de golpe ¿Podría ser? 

- ¿Que, eras la novia de mi hermano? -asiente, me quedo sin palabras por lo que ella comienza hablar.

-Nunca imaginé que me aceptarían la pasantía en el mejor bufete del país, a mí, una chica sin influencias algunas, que lo único que tenía en la vida era un padre drogadicto que la vendería por una calada de mariguana. Tampoco imagine que sería la asistente del director, que me dejaría ayudarlo en los casos, ni que él se fijaría en mí, me enamoré de él la primera vez que lo vi. 

Se me es imposible no sonreír, imaginar a mi hermano enamorado, tranquilo, ilusionado, son preciosas esas imágenes. También me entristece la vida que tubo Alexandra con su padre.

- ¿Pero? -siempre hay un, pero.

-Tu papá, Marcelo estaba en contra de la relación ¿que tenía yo para ofrecerle? -suena a mi padre.

- ¿Que hizo? lo conozco, ¿con que te amenazó?

-No fue a mí, no sé cómo, pero busco una chica que se parecía a mí y se garbó teniendo relaciones con ella, no se definía la cara, pero el cuerpo, el cabello, el color de piel eran como los míos. La feche decía que había sido en la mañana, la mañana que yo le pedí para ir supuestamente de compras, pero en realidad era para ir al doctor-sonríe-Tu mamá me acompañó, de casualidad nos conocimos cundo fue a visitar a tu hermano, notó mis mareos y las náuseas, ella estaba prácticamente segura, pero yo le decía que era imposible.

- ¡Estabas embaraza! -dios Aurora es mi sobrina, de verdad, de sangre. 

-Si, pero él ni siquiera me dejó hablar, simplemente dudó de mí, lo creyó todo, dijo tantas cosas que yo simplemente no lo reconocí, era otro hombre. Por suerte tu mama estaba ahí, quería ver la cara de Liam cundo se lo dijese, pero bueno la sorprendida fui yo, todo salió mal, terminé en el hospital casi pierdo Aurora.

-Era un embarazo de alto riesgo-recuerdo.

-No quería que mi niña creciera con odio alrededor, un abuelo que la odiara y un padre que dudaría de su paternidad a pesar de tener las pruebas delante. Mucho menos quería que el pensara que me había embarazado para atarlo, ya que ese fue uno de los tantos insultos que me dijo esa mañana.

-Lo recuerdo como si fuera hoy-la tristeza y decepción en su rostro son tantas que en este momento estoy odiando a mi hermano, a mi héroe de cuento- por suerte no te di la oportunidad de embarazarte, de seguro mi padre si te lo hace y así estarás de igual forma en la familia, quieres dinero, como la zorra que eres. Esas fueron sus palabras, hay palabras que hieren más que las acciones Neela.

Se que lo que dice es completamente cierto.

-Tu mamá me llevó con ella a Italia, le pidió a Anthony que me cambiara el nombre, él realizó todo el papeleo, no quedaron rostros. Elena Carter murió y nació Alexandra De Santi, de nacionalidad italiana, huérfana, abogada y madre soltera.

-Por eso los viajes siempre que iba y por eso mi mamá ni siquiera podía estar en la misma habitación que Marcelo-asiente - ¿cómo pudo? no lo creí capaz de algo así, chantajes sí, pero esto. No las tocará Alexandra te lo juro, siempre contaras conmigo, somo como hermanas, eres la madre de mi sobrina, siempre estaré para ti, pero mi hermano merece conocerla, Aurora necesita un padre.

-Lo sé y por eso estoy aquí, no me ocultaré más-la abraso fuerte, ella es mi familia, ella y esa niña hace mucho son miembros de mi familia-gracias. 

-Puedo quedarme con ustedes, no quiero estar en esa casa, mi hermano lo hace por mí, no quiero forzarlo a estar ahí.

-Podemos rentar un apartamento, así estaremos cómodas, será por poco tiempo, pero es mejor que estar en un hotel-es la mejor idea que se le pudo ocurrir. 

-Sería lo mejor, voy a buscar mis cosas y a las gemelas. 

-No le digas nada aun a tu hermano, quiero decírselo yo.

- ¿Aun lo amas? -la pregunta salió, no pude evitarlo, porque recuerdo la forma en la que me habló de ella aquella vez en el auto, no hay duda que mi hermano no ha podido olvidarla.

-No creo que lo que siento sea amor, más bien es decepción de lo que pudimos haber sido y que el destruyó con simples palabras y sobre todo por desconfianza.

-Los une más que un sentimiento y cuando esa decepción se balla veras lo que hay debajo.

No la dejo responder porque sé que hay aún hay algo. Cuando el amor es verdadero no importa el tiempo y he sido testigo de lo que sienten ambos y que mi padre lo haya destruido no tiene perdón, nunca le perdonaré, ahora si me perdió para siempre. Esta vez no lo perdonaré, no solo le hizo daño a su hijo, sino a un ser inocente que aún no nacía

Eros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora