Capítulo 26

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Neela:

Ya con todo lo que necesito en el bolso salgo de la habitación encontrándome con Eros de espalda.

-Eros-me mira extraño, como si fuese capaz de cometer cualquier locura por mi-lo tengo todo listo, ya podemos irnos.

Da grandes zancadas llegando hasta mí, me abraza fuete y yo se lo devuelvo de inmediato.

- ¿Qué sucede? -pregunto por lo abatida que encuentro su mirada.

- ¿Podemos quedarnos? es...-lo interrumpo.

-Claro-me acerco besando sus labios y un fuerte suspiro se le escapa.

-Te amo-sonrío sobre sus labios, sus manos van a mis mejillas y las acaricia de una forma que me hace desvanecer en sus brazos-te amo-susurra nuevamente y yo me pregunto, ¿porque está actuando de esta forma?

- ¿Te gustaría ver una película? -asiento rápido-la escoges, haré unas llamadas, mañana no iré a la empresa.

- ¿Por qué? -pregunto extrañada.

-Mi secretaria no ha querido volver y todo es un desate-le sonrío de lado.

-El martes iré contigo entonces-me besa la frente susurrándome un gracias, mientras sale con su móvil en la mano. Pasados unos 30 minutos vuelve, y ya tengo lista las palomitas como también me cambie de ropa,poniéndome algo más cómodo, me mira de arriba abajo, como si quisiese comerme. 

-No abras elegido una de esas italianas eróticas verdad-me rio negando- ¿Cuál?

-No sé si te guste-digo haciendo un puchero y él se muerde el labio tratando de contener la risa.

-Todo lo que venga de ti me gusta-le sonrío llevándolo conmigo, dándole pley al video y Carrera de la muerte se reproduce, suelta una carcajada -Me encanta.

Se queda sentado, yo descanso mi cabeza sobre sus muslos, acaricia mi cabello, hago círculos en su rodilla de manera detraída, concentrada en la película.

Su cabeza está hacia atrás mientras acaricio su cabello, es tan sedoso y negro como el carbón, parece cualquier cosa menos natural. Estoy sentada muy cerca de él, creo que se durmió, me acerco dejando un suave beso sobre su mejilla, robándole un suspiro, dejándome claro que no duerme. 

-Si quieres podemos ver algo más -aunque en realidad ya está por terminar, niega haciendo un ruidito con su garganta, provocándome algo muy placentero entre mis piernas.

- ¿Todavía quieres ir al acuario? -cuestiona con una sonrisa torcida- podríamos...

-Si, si -se carcajea-ahora vuelvo.

Me levanto rápido, llego a la habitación limpiando mi cuerpo de los restos de palomitas, como también lo hago con mis dientes, me pongo el vestido que Eros me obsequio y salgo encontrándomelo de pie mientras teclea algo en su móvil.

Levanta la vista encontrándose con la mía y una linda sonrisa se dibuja en sus labios. Me tiende la mano para que lo sigua, el camino es muy divertido, pone nuevamente la emisora donde las canciones de Ed Sheeran se reproducen y las canto mientras él sonríe.

Al bajarnos del auto tira de mi para adentrarnos en la estructura viendo un gran acuario cilíndrico en el centro de la gana sala principal, pero mis ojos son tapados por una venda y me lleva, rodeando mi cintura y dejando mi cuerpo apoyado a su pecho, continúa guiándome hasta que la deja caer.

Frente a mis ojos se encuentra una inmensa pared de vidrio donde veo la gran cantidad de peces, me le aviento a los brazos besándolo, para luego llevarlo de una a otra de las paredes.   

Eros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora