Capítulo 1

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ISABEL:

Sábado, siete de la mañana...

Sonó mi alarma y no me quedó más de otra que levantarme de mi cama. Me metí al baño y me arreglé, desayuné algo rápido. Mientras me arreglaba un poco mi cabellera negra, recibí una llamada de mi prima Azura

— ¿Dónde estás, Isabel?

—En mi casa, ¿por qué?

—Tu padre está en la empresa... preguntó por ti, tuve que mentir, le dije que tenías dolor de cabeza y que fuiste a la farmacia, ven rápido.

— ya voy para allá-colgué la llamada, cogí mi bolso, las llaves de mi auto y salí para la empresa.

Azura es mi prima favorita, mi mejor amiga, ella conoce todo de mí y yo de ella, tiene el cabello corto, es morena, tiene unos rizos hermosos y una sonrisa blanca como la nieve, es mucho más bajita que yo, ella al igual que yo, trabaja en Rizzo Companys, la empresa de mi padre, una de las más reconocidas de toda Europa.

Cuando llegué a Rizzo Companys, entré por la puerta corriendo, subí las escaleras y llegué a la oficina que compartía con mis dos primas, Azura y Marahana.

—¿Estás bien, nena?, que son estas horas de llegar - preguntó la morena.

— Mi reloj se atrasó.

—Ya sabes que decir cuando tu padre te pregunte donde estabas, si no es por mi estarías muerta – sonríe , pero es una sonrisa de pesar hacía mi – conociéndolo...

— Ni me digas – dije mientras acomodaba mis cosas en el escritorio.

—No entiendo para qué le tienes que mentir a mi tío - se escuchó esa voz chillona...

Volteamos a ver a Marahana, llevaba puesta una minifalda rosada y una camisa blanca, su pelo rubio y por supuesto sus ojos verdes más claros que los míos, su bolsa de peluche y su maquillaje exagerado, con largas pestañas y labios bastante gruesos, y obviamente no puede faltar su característica goma de mascar.

A esta tipa nosotras, ni nadie de esta empresa, la soporta, aunque hay un gran paréntesis: mi padre es la excepción, la quiere como si fuera su hija, de hecho, la quiere más que a mí...

—Mi tío ha sido muy bueno contigo y así es como le pagas - sus pisadas resonaban por toda la habitación.

—No te metas en lo que no te importa, Marahana.

—Solo era una recomendación primita - se sentó en su escritorio, cruzó las piernas y empezó a hacer una burbuja gigante de goma de mascar.

—Que yo sepa, está prohibido comer o masticar cosas en hora de trabajo — Azura se acercó a Marahana y explotó con sus uñas la burbuja que estaba haciendo anteriormente Marahana

—No entiendo por qué me odian tanto - hizo unos ridículos pucheros y salió corriendo probablemente a la oficina de mi padre a ponerle la queja.

Estoy segura de que nunca va a madurar.

—¿Te llegaron los documentos que te mandé ayer? —pregunté mientras revisaba algunos correos.

— Sí, ya le mandé el informe, ya no te preocupes por eso, vamos por un café antes de empezar a trabajar.

— Claro - asentí con la cabeza.

Nos tomamos un café mientras conversábamos, hasta que llegó la secretaria de mi padre.

— Señorita Rizzo su padre la necesita en la oficina y a usted también, señorita Azura

dejamos los cafés y nos dirigimos a la oficina de mi padre.

Tú eres como las nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora