Capítulo 14

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ISABEL:

Me gusta la casa de Matteo, me siento cómoda en su ambiente acogedor y elegante. Su perrita es demasiado cariñosa y mimada. Ya eran las 7 de la noche y Matteo no se dignaba a aparecer. Ya estaba aburrida de hablar sola, de no poder trabajar, y de lanzarle la pelota por enésima vez a Sunnie. Esta perrita no se cansa nunca.

Estoy en París , y no he salido a caminar por sus hermosas calles , es la primera vez que vengo .

Quiero salir a recorrer sus calles

empecé a arreglarme un poco y a cambiarme de atuendo , cuando estaba en la puerta , Sunnie empezó a llorar

― ¿Qué pasa cariño? - sobé su cabeza, ella disfruto del tacto por unos segundos y luego ladró

Salió corriendo y luego regresó ,tenía una correa ,la arrastraba , por todo mi alrededor , dándome a entender que quiere que la saque a pasear

― ¿Vamos ? -pregunté y ella volvió a ladrar

sonreí le puse su correa y le escribí a Matteo.


Matteo

Hola , voy a salir a caminar un rato , me puedo llevar a Sunnie

¿ a dónde ?

no lo sé , solo es un rato y luego vuelvo rápido .

¿ No me había dicho que era su primera vez en París ?

Si, ¿ qué tiene?

Se puede perder

No me alejaré mucho

Espere a que yo llegué a la casa y salimos a caminar

y eso cuánto tardará?

30 minutos


por supuesto que no iba a esperar al amargado , de igual forma no me voy a alejar mucho . Salí de la casa y de inmediato Sunnie tiró de la correa , como si nunca hubiera salido.

Las calles de París eran todo lo que había soñado y más. Caminé por los bulevares, admirando la arquitectura impresionante y los cafés pintorescos llenos de gente. Las luces de la ciudad iluminaban todo con un resplandor cálido y acogedor. Sunnie y yo caminamos junto al Sena, disfrutando del suave murmullo del agua y el reflejo de las luces en su superficie.

Perdí la noción del tiempo .

Sin darme cuenta, el entorno comenzó a cambiar. Las calles se volvieron más estrechas y menos concurridas. De repente, me di cuenta de que no reconocía el lugar donde estaba. El temor empezó a invadirme. Traté de mantener la calma, pero la ansiedad era difícil de ignorar.

― ¿ Y ahora como regreso ? - me detuve

Mi teléfono sonó. Era Matteo. Por primera vez me alegro de ver su nombre en la pantalla

― ¿Dónde está ? ya llegué a casa - preguntó

― No lo sé... - respondí, mi voz temblando ligeramente.

―Como que no sabe

― Me perdí

― ¿por qué andas de cabezota ? te lo dije - ahora sonaba enojado

Tú eres como las nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora