Capítulo 13

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MATTEO:

La tensión en el aire era palpable mientras Isabel regresaba a su asiento después de pasar 25 minutos en el baño. Durante todo el viaje, no intercambió ni una palabra conmigo, lo cual, para ser sincero, me aliviaba un poco. Aunque a veces su voz me irritaba, su ausencia también se sentía extraña.

Cuando finalmente el avión aterrizó, Isabel recogió sus maletas y se adelantó, sin dirigirme siquiera una mirada. Nos dirigimos juntos a mi auto, en un silencio incómodo que se extendió durante todo el trayecto hacia mi casa.

Isabel permaneció mirando fijamente por la ventana, mientras yo conducía. En un momento de ansiedad evidente, se mordía las uñas y se rasgaba las manos, gestos que revelaban el tumulto emocional que estaba experimentando.

No me gustaba para nada esta incomodidad .

Llegamos a mi casa. Aunque no es excesivamente grande, irradia una elegancia discreta que se refleja en su arquitectura imponente y su cuidado jardín frontal. La fachada de tonos neutros y las líneas limpias dan la bienvenida con una sensación de sofisticación sin pretensiones. A medida que nos acercamos a la entrada, las luces brillantes iluminan el camino, ofreciendo una invitación cálida a adentrarnos en su interior acogedor.

Yo fui el primero en entrar, y al abrir la puerta, Sunnie nos recibió con una alegría contagiosa. Anticipé que correría hacia mí, pero para mi sorpresa, me pasó de largo y se lanzó directamente a los brazos de Isabel. Por un instante, temí que Sunnie pudiera reaccionar de manera brusca, pero todo lo contrario sucedió. Sunnie la recibió con lamidas cariñosas, olfateándola con entusiasmo y saltando a su alrededor con una felicidad desbordante, como si hubiera encontrado a una amiga de toda la vida. La fascinación de Isabel era evidente, su rostro se iluminaba con una sonrisa mientras saludaba y acariciaba a Sunnie con ternura.

— Esa es tu habitación - la señalé

— Gracias - no me miro , pues toda la atención se la llevaba Sunnie

— Iré a trabajar , no me esperes.

Era demasiado raro decir eso , estando tantos años viviendo solo , y más raro aún querer asimilar que se lo decía a mi comprometida.

— Si te da hambre , en la cocina hay comida , creo, y si no hay algo que te guste llámame yo mandaré un a domicilio - le hablaba , pero ella no parecía escucharme-

— Si si , ya entendí - se levantó del suelo, cogió sus maletas y caminó hacia la habitación sin mirarme , y por una extraña razón Sunnie la siguió , voleando su cola de un lado a otro - que papá tan intenso tienes - le habló a Sunnie

— ¿ Está bien ? - no pude evitar preguntar , no olvidaba que se pasó 25 minutos en el baño y regresó cubriéndose un poco la cara con su pelo

— Yo , si super bien -sonrió- Emmm ¿ cuándo vamos a ir con los niños ?

— Mañana , solo nos vamos a quedar una semana aquí

— Matteo , perdón por lo que pasó en el avión, no debí de enojarme por esa bobada -sonrió - ¿estamos bien ?

asentí , me volteé y me dirigí a mi habitación , empecé empacar mis cosas.

Luego cuando salí ella estaba con Sunnie en la sala jugando .

— Al parecer si le caí bien - su sonrisa no se desvanecía ni un poco , ¿ cómo puede estar sonriendo todo el día? , su sonrisa a veces hipnotiza - adiós

Salí de la casa y fui a BrillianceWorks Paris , empecé a trabajar . 

Tú eres como las nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora