MATTEO:
Llevábamos más de 30 minutos sentados en una zona VIP de uno de los restaurantes más famosos de Madrid.
El restaurante para nuestra reunión era simplemente espectacular. Al entrar, te envolvía una atmósfera de lujo y elegancia. Los muebles cómodos y elegantes, los techos altos y los ventanales con vistas impresionantes creaban un ambiente exclusivo y acogedor.Nicolai Rizzo no dejaba de hablar con mi padre, cosas que no tenían nada que ver con nuestra futura alianza.
— Lo siento señor, he estado muy ocupado últimamente y me gustaría que esta reunión se terminara rápido, para poder seguir trabajando.
— Pido disculpas, mi hija está atrapada en el tráfico de Madrid, pronto llegará. Sin ella no podemos hacer nada, ella es importante.
— Bien -suspiré mientras miraba hacia otro lado.
Mi vista se cruzó con una mujer muy hermosa. Corría en tacones, su elegancia y seguridad en cada paso me dejaron sin aliento. Sus ojos verdes brillaban con una intensidad cautivadora, contrastando con su vestido negro que resaltaba su figura esbelta. Su largo cabello negro caía en cascada hasta su cintura, ondeando con gracia con cada movimiento que hacía. Enmarcando unos ojos ligeramente rasgados que parecían observarlo todo con una mezcla de determinación y misterio. En ese momento, todo a mi alrededor parecía desvanecerse mientras me quedaba absorto en la belleza y el magnetismo de esta mujer desconocida.
Espera... ¿se estaba acercando a mi mesa o era alucinación mía?
— Lo siento por hacerlos esperar, no estaba en mis planes quedarme atrapada en el tráfico -sonrió.
Su sonrisa era radiante, iluminando su rostro con un brillo contagioso que me dejaba sin aliento. Su tono de voz era dulce y amable, con una ligera melodía que transmitía calma y confianza. A pesar de la situación, su voz era reconfortante, como si todo estuviera bajo control. Me sentí hipnotizado por su presencia, cautivado por cada palabra que pronunciaba.
Dios, ¿ qué me pasaba?
— Un gusto, mi nombre es Isabel Rizzo -estiró su mano hacia mí.
Sin pensarlo mucho, me enderecé y tomé su mano con delicadeza, mi mano cubría toda la suya.
— Matteo Callen, el gusto es mío -solté su mano.
Isabel se sentó en frente de mí.
— ¿Empezamos? -propuso mi padre.
— Claro; bueno, sabemos que ambas empresas estamos pasando un momento complicado. La empresa BrillianceWorks es una de las mejores, al igual que Rizzo Companys. Siempre hemos estado en una rivalidad que es muy tonta, y en momentos difíciles como estos es que debemos mostrar nuestro apoyo a las demás empresas. Si nos unimos podríamos volver a tomar el puesto uno en el ranking y sabemos que el ranking es importante. Solo será por un tiempo hasta que logremos estabilizarnos, esa fue la propuesta que se había tenido, pero...
— Queremos que nuestras empresas se unan, sean una sola. Dos de las mejores podrían llegar a ser una potencia mundial. Es muy importante para nosotros este trato, y antes que todo les queremos agradecer por estar presentes -sonrió.
Era la primera vez que Elena hablaba y expresaba su opinión. Su sonrisa era igual a la de Isabel, blanca, amable, reconfortante y linda.
— ¿Cómo nos vamos a unir? -pregunté.
— Esta es la parte complicada -dijo Isabel, mientras bajaba su mirada, impidiendo que la pudiera ver a los ojos.
— Queremos que tú, Matteo Callen, te cases con nuestra hija. Solo será por tres años hasta que encontremos otra forma de unir las empresas.
Mi mundo se detuvo. ¿Casarme? Con la mujer que tenía al frente, una mujer que acababa de conocer. Sentí como si el tiempo se detuviera y todo a mi alrededor se desvaneciera en un instante.
La idea de casarme, especialmente con alguien que acababa de conocer, era simplemente abrumadora. Mi mente se llenó de preguntas y dudas, y me quedé paralizado por la sorpresa. No estaba preparado para algo así, y la idea misma me dejó en estado de shock. Sí, Isabel era hermosa, pero no para casarme con ella. Vuelvo a recalcar que era la primera vez que la veía, esto no estaba en mis planes, no me quería casar.
NO ME QUERÍA CASAR.
Todas las emociones se me juntaron, en vez de confusión me dio enojo. No quería y punto.
— No me voy a casar.
— Pero... -interrumpió mi padre.
— Ya dije que no. Necesito tomar aire.
Me levanté de mi asiento y salí al pequeño balcón del restaurante.
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Tú eres como las nubes
RomanceLa vida de Isabel Rizzo y Matteo Callen da un giro inesperado cuando son forzados a casarse por el bienestar de las empresas de sus padres. Inicialmente enemigos, su relación evoluciona de desafíos y conflictos a una conexión inesperada. A través de...