MATTEO:
13 de Junio
Le había hecho caso a Isabel en muchos sentidos. El día de nuestra boda había llegado, y aunque no estaba completamente de acuerdo con todo esto, había decidido seguir adelante.
Me levanté temprano, el nerviosismo apenas perceptible, pero presente. Miré mi reflejo en el espejo mientras me abrochaba la camisa blanca impecable. La ceremonia estaba programada para la tarde, y el reloj parecía moverse más rápido de lo habitual.
Tomé un respiro profundo, intentando calmarme. Hoy era el día en que formalizaríamos nuestro contrato, aunque para el mundo sería una boda real. Me dirigí a la cocina, donde Martha ya estaba ocupada preparando el desayuno.
—Buenos días, señor Matteo —dijo con una sonrisa.
—Buenos días, Martha —respondí distraídamente mientras tomaba una taza de café.
Mi mente vagaba, repasando cada detalle del día. Sabía que Isabel había estado ansiosa y emocionada, y su entusiasmo, aunque contagioso, solo aumentaba mi incomodidad. Estaba en esto por un motivo, y nada más. Intenté recordar eso mientras bebía el café negro.
El tiempo pasó rápidamente y pronto llegó el momento de vestirme con el traje de boda. Era negro, perfectamente ajustado, con una corbata gris plateada. Me miré en el espejo una vez más, ajustando la corbata. Mis pensamientos volvieron a Isabel. ¿Estaría ella tan nerviosa como yo? ¿O su emoción la estaba manteniendo tranquila?
Decidí salir un momento para tomar aire fresco. El jardín de la casa estaba impecable, y Sunnie, correteaba alegremente. Caminé por el césped, tratando de ordenar mis pensamientos. La boda sería grandiosa, llena de gente que apenas conocía, pero tenía que mantener las apariencias.Finalmente, el tiempo llegó. Martha me informó que era hora de partir hacia la iglesia. El auto negro estaba esperando en la entrada, y con un último respiro profundo, me subí.
El trayecto fue silencioso, excepto por el leve zumbido del motor. Mis manos descansaban en mis rodillas, y mi mente seguía repasando cada detalle. Llegamos a la iglesia, y las puertas se abrieron para revelar un mar de rostros familiares y desconocidos. Todos estaban aquí para vernos unir nuestras vidas. ( Solo por tres años )
Caminé hacia el altar, sintiendo cada mirada fija en mí. La iglesia estaba decorada con elegancia y sofisticación. Guirnaldas de flores blancas y verdes adornaban los altos techos abovedados, mientras cintas de satén blanco y enredaderas de hiedra envolvían las columnas del pasillo central.
Arreglos florales de rosas blancas, lirios y eucalipto adornaban los extremos de cada banco, llenando el aire con un suave aroma. El altar destacaba con un majestuoso arco floral compuesto de rosas, peonías, hortensias y ramas de olivo. Detrás, una gran ventana de vitrales dejaba pasar la luz del sol, proyectando colores cálidos. Velas parpadeantes de diferentes tamaños creaban una atmósfera íntima, y una larga alfombra roja bordeada por pétalos de rosa guiaba el camino desde la entrada hasta el altar.
La iglesia, con su decoración encantadora, era el escenario perfecto para el día que cambiaría nuestras vidas para siempre. La ceremonia aún no había comenzado, pero el murmullo de la multitud era incesante. Me posicioné en mi lugar, y esperé.
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Tú eres como las nubes
RomanceLa vida de Isabel Rizzo y Matteo Callen da un giro inesperado cuando son forzados a casarse por el bienestar de las empresas de sus padres. Inicialmente enemigos, su relación evoluciona de desafíos y conflictos a una conexión inesperada. A través de...