ISABEL:
— Hasta ahora todo va a la perfección , como lo predijimos tu padre no me a vuelto a golpear, me lleva a cada una de sus reuniones y veo casi a diario a los Callen - explicó mi madre mientras su mirada se perdía en el paisaje que teníamos en frente.
Me encontraba en casa de mis padres , sentada con mi madre en el patio de la casa tomándonos un té. Mi madre me estaba mintiendo y lo sabía porque no era capaz de mirarme a los ojos, además de que hacía un calor infernal , ellas tenía un saco que le cubría sus brazos ...
— ¿ Por qué me mientes ? - pregunté antes de que ella siguiera con su farsa, mi madre se tensó donde estaba sentada, por fin me dirigió la mirada.
Pero no me gustó lo que vi , sus ojos reflejaban temor, preocupación y mucha tristeza . esta no era mi madre .
— Perdóname-dijo al borde de las lagrimas - te prometí que te contaría todo
hizo una pausa que se me hizo eterna , suspiró y luego se quitó el saco , dejando ver unos hematomas enormes , se tornaban de color morado , azul y verde ; eran demasiados .
— Pensé que ... que todo iba bien - mi voz tembló , ¿Cómo pude permitir esto de nuevo?.
— Tú padre tiene un problema con el alcohol , eso se sabe. últimamente a estado estresado , toma demasiado hasta el punto de perder la cordura y se desquita conmigo
Estaba anonadada , esto debería ser algo de lo que ya estuviera acostumbrada , pero la verdad es que cada vez me sorprendía al ver el tipo de padre que tengo , me quedé mirando sus hematomas , no escuchaba nada de lo que mi madre decía , solo quería una solución , no merecíamos esto , pero el otro lado de la moneda me hacía retroceder , tengo miedo , demasiado miedo.
Mi madre, notando mi estado, intentó calmarme.
—Isabel, estoy bien. Tenemos que seguir con el plan. Lo importante es que tú estás sana y a salvo.
—No mamá , no estás bien - dije sin mirarla al rostro.
— Confía en mi , esto se terminará pronto para mi , así como ya se terminó para ti .
Antes de que pudiera responder, mi teléfono vibró en mi bolso. Era una llamada de Azura.
—Ya estoy afuera esperándote —dijo Azura al otro lado de la línea.
—Ya voy - dije para luego colgar .
— Debes estar tranquila- me aseguró mi madre tomándose todo lo que quedaba de té
— Esto no se quedará así , luego vendré a hablar contigo , lo prometo - me levanté de mi asiento, me despedí de mi madre y salí a las afueras de la casa donde el auto de Azura me esperaba .
Me monté a su auto, ella de inmediato al percatar mi presencia le mermó a la música que estaba escuchando y me sonrió
— ¿Cómo estás nena? ¿ Cómo sigues con el resfriado? -saludó , mientras empezaba a conducir hacia el centro comercial , el plan del día era ir de compras y pasar tiempo de calidad juntas .
—Mejor, ya se me quitó el resfriado hace tres días —respondí, intentando sonar más animada de lo que me sentía.
El trayecto fue tranquilo, con el murmullo de la música de fondo llenando el espacio. Observaba las calles pasar a través de la ventana, tratando de distraerme del torbellino de pensamientos que giraban en mi mente. Azura no presionó, y le agradecí en silencio por eso.
Al llegar al centro comercial, el bullicio de la gente y las luces brillantes lograron distraerme un poco. Caminamos entre las tiendas, Azura comentando sobre los nuevos escaparates y tendencias, mientras yo asentía, agradecida por su compañía.
...
Ya eran las cinco de la tarde y Azura y yo estábamos sentadas en uno de los restaurantes del centro comercial. Las sillas a nuestro alrededor estaban llenas de bolsas con todas las compras que habíamos hecho. Aunque la tarde había sido un buen escape, una parte de mí seguía atrapada en los pensamientos que intentaba evitar.
Azura, siempre perceptiva, notó mi distracción mientras tomábamos nuestros batidos.
—¿Estás bien, nena ? —preguntó, ladeando la cabeza y sonriendo con una mezcla de curiosidad y preocupación.
Suspiré, removiendo mi batido con la pajilla antes de responder. Sabía que no podía seguir guardándome todo para mí.
—Es Matteo... —empecé, sin mirar a Azura directamente.
Ella arqueó una ceja, pero no interrumpió, solo me dio el espacio para seguir.
—No sé lo que siento por él, Azura. —Dije al fin, con un suspiro más profundo—. No me quiero ilusionar, pero... es que es muy lindo. Cada vez que me trata mal, más me gusta, y eso me confunde mucho. ¿Por qué me atrae alguien que es una red flag andante?
Azura se quedó en silencio por un momento, asimilando lo que había dicho, luego se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en la mesa.
—Nena, lo que sientes es normal, pero tienes que ser honesta contigo misma. —Comenzó, con su tono habitual de consejo—. A veces, confundimos pasión con atracción por lo prohibido, por lo complicado. Pero, ¿de verdad quieres estar con alguien que te trata mal? ¿O es solo el reto lo que te atrae?
Me quedé pensativa, sus palabras resonaban en mi mente. ¿Era realmente el reto? ¿O había algo más que me hacía seguir pensando en él?
—No lo sé... —admití finalmente—. Hay momentos en los que es encantador, y otros en los que es como si levantara un muro entre nosotros. Eso me desconcierta. Pero a la vez, no puedo evitar sentir algo por él.
Azura me observó con una expresión que mezclaba empatía y preocupación. Como ella no dijo nada yo seguí andando.
— Pero , no puedo sentir nada por él , yo se que él no siente nada por mi , además es ridículo que me guste alguien que está a mi lado solo por un contrato.
Ella sonrió de lado, como si una idea brillante se le hubiera ocurrido.
—Tal vez lo que necesitas es un tiempo para ti, para despejar tu mente y aclarar lo que sientes sin la presión de estar cerca de Matteo. ¿Qué te parece ir a París? Podrías quedarte en la casa de Matteo allá. Sé que te agrada la idea de estar con Annie, y sería una buena oportunidad para distanciarte un poco y pensar con claridad.
París. La idea de ir a la ciudad me llenó de una mezcla de emoción y alivio. Me imaginé en esa casa, lejos de todo este caos, con Annie como compañía. Podría ser justo lo que necesitaba para poner en orden mis sentimientos.
—No suena mal —dije finalmente, una pequeña sonrisa se formó en mis labios—. Tal vez un cambio de escenario me ayude a ver las cosas de otra manera.
Azura sonrió, satisfecha de ver que había logrado sacarme de mi confusión aunque fuera un poco.
—Eso espero. París tiene una forma de aclarar la mente, y quién sabe, tal vez te ayude a entender lo que realmente sientes por Matteo. Y si no, al menos disfrutarás de la ciudad y de la compañía de Annie.
Asentí, sintiendo que un peso se levantaba ligeramente de mis hombros. Quizás París sería el escape que necesitaba para encontrar respuestas, y con un poco de suerte, también para encontrarme a mí misma en medio de todo este enredo.
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Tú eres como las nubes
RomanceLa vida de Isabel Rizzo y Matteo Callen da un giro inesperado cuando son forzados a casarse por el bienestar de las empresas de sus padres. Inicialmente enemigos, su relación evoluciona de desafíos y conflictos a una conexión inesperada. A través de...