Tú eres como las nubes

Capítulo 9

MATTEO:

Y ahí estaba yo, cinco días después de la reunión con los Rizzo, yendo como perro regañado de nuevo a sus pies. El día que abandoné la reunión, mi padre llegó furioso a casa. Mi madre trató de calmarlo, como siempre, estaba de mi lado, pero eso no fue nada comparado con la ira de mi padre. Me amenazó con quitarme la sede de París e incluso rompió un documento importante.

Recuerdo:

— Cometiste un grave error, ¿cómo se te ocurre dejar una reunión así como así? -expresó frunciendo el ceño.

— No me voy a casar con una mujer que acabo de conocer.

— ¿Qué no te gustó de ella? -preguntó.

— Ella es una mujer agradable, pero eso no quiere decir que porque es bonita me voy a casar con ella -mi tono de voz se puso ronco.

— Ella está de acuerdo con el matrimonio, Matteo -intentando convencerme.

Me dio demasiado enojo saber que ella apoya tal barbaridad, ¿acaso quiere acabar conmigo, incluso con ella misma?

— No tienes derecho a intervenir en mis decisiones personales, padre.

— No se trata solo de tus decisiones personales, Matteo. Tu terquedad está poniendo en peligro el futuro de BrillianceWorks -alzó la voz.

—Cariño, cálmate -intervino mi madre- debes entenderlo, el matrimonio no es cualquier cosa.

— Que no lo entiendes, en este momento lo que menos importan son los sentimientos, lo haremos a las buenas o a las malas.

— ¿Qué quieres decir?

— Si no cambias de parecer y aceptas la propuesta de Nicolai, me veré obligado a tomar medidas drásticas. No puedo permitir que tu orgullo arruine todo lo que hemos construido, incluida la sede de París.

— No te atrevas a amenazarme, padre. No cederé ante tus manipulaciones.

— Entonces prepárate para enfrentar las consecuencias, Matteo. No toleraré insubordinación en esta empresa.

ACTUALIDAD

Estaba a 20 minutos de llegar a la empresa Rizzo; estaba experimentando muchas cosas a la vez, sentía enojo con todos, más con Isabel, ¿ cómo puede ponerse ella en una situación así y arrastrarme con ella, solo por la felicidad de su padre?

Trato de pensar que solo será por tres años para tranquilizar mi ira, pero no funciona, me estreso mucho más, tres años es muchísimo tiempo.

Recibieron las llaves de mi auto para estacionarlo, me registraron en el sistema y luego me informaron a qué sala debía ir.

Al adentrarme en el edificio de los Rizzo, quedé inmediatamente impresionado por su imponente presencia. Este coloso de 14 pisos se alzaba majestuoso, como un monumento a la opulencia y el éxito empresarial.