ISABEL:
— Este fue mi outfit - Azura con una gran sonrisa en el rostro , me pasó su teléfono , donde estaba ella con un vestido azul oscuro divino , que resaltaban sus curvas , sus crespos y su maquillaje natural .- ¿ qué opinas?
— Fuiste demasiado bonita.- le devolví la sonrisa
— Eso mismo dijo él - Su tono reflejaba el carrusel de emociones que llevaba dentro , con suerte son buenas.
Como les explico que llevo tres horas escuchando a Azura hablar de lo perfecta que fue su primera cita con Nathan, la primera cita oficial . No me acostumbro a esto , es raro verla con el mejor amigo de mi esposo , pero lo único que tengo claro es que ella está feliz con él , y si ella está feliz , yo también.
— Él es perfecto - suspiro
Yo no tenía nada que decir , la verdad es que nunca la había visto en este estado, por lo tanto nunca había tenido que aportar ningún comentario en situaciones como estas. Les voy a dar un poco de contexto de estos días .
Matteo a estado muy distanciado , bueno más bien concentrado en algo que tengo conocimiento nulo , supongo que es trabajo de Brilliance Works , se pasa todo el día en la oficina y luego va a dormir . No lo veo todo el tiempo , pero no puedo evitar que mis sentimientos crezcan cada vez que lo veo. Me gusta todo de él . Al parecer Azura no es la única enamorada aquí.
Hace poco fue el cumpleaños de Nathan, Fuimos a un centro comercial y no pude evitar antojarme ... le compré un reloj a Matteo el cual no le he entregado .
— ¿No se lo piensas entregar? - dijo Azura , señalando el cajón de mi escritorio , donde escondía esa cajita color azul claro ...
— ¿No crees que es demasiado?
—Ni que le fueras a pedir matrimonio - sonrió y luego se arrepintió de lo dicho - bueno , es tu esposo , y a las esposas le regalan cosas a sus esposos , es normal.
— Esta tarde lo invitaré a cenar
— Nada pierdes con intentarlo
— Que animadora -dijo con sarcasmo
—Deberías ir ya
— Valee - dije mientras me levantaba de mi silla , antes de salir por la puerta , Azura le me acercó corriendo.
— No te olvides de esto - no sé en que momento cogió el reloj , pero el caso es que lo metió en el bolsillo de mi pantalón .
— Intensa !!! - fue lo ultimo que dije para luego salir de la oficina y caminar hasta la de Matteo
Toqué la puerta y Matteo me dio el acceso.
Entré y mis ojos se chocaron con los suyos. Estaba sentado en su escritorio con las mangas de su camisa blanca remangadas , su cabello levemente despeinado , sus codos estaban apoyados sobre la mesa , sus manos estaban entrelazadas ,su mirada era oscura y profunda, sus venas se realzaban por sus brazos dándole un toque de masculinidad , y su olor llenaba mis fosas nasales... ¿Cómo no me va a gustar un hombre así?
— ¿ Qué necesitas ? -su voz retumbó, haciendo que un escalofrío recorriera mi espina dorsal.
— Estaba pensando en que podríamos ir a comer hoy a algún restaurante ... -Mi voz por alguna razón sonaba temblorosa y mis manos no dejaban de moverse nerviosas
— No puedo - dejó de mirarme y volvió a bajar su vista a los documentos que habían regados por el escritorio .
— ¿Por qué ?
— No puedo Isabel , tengo mucho trabajo y te agradecería si te retiras de mi oficina - su voz sonó de tono , su mirada me congeló todo .
La puerta a mis espaldas se abrió , pero yo seguía sumergida en la mirada de Matteo
— No te tienes por qué desquitar con ella , tú esposa no merece eso - la voz de Nathan me hizo volver , llevaba dos vasos llenos de café y no voy a negar que su aspecto demostraba lo cansado que estaba .
El rostro de Matteo de inmediato cambió a uno más amable , se levantó de su silla y empezó a caminar hacía mi.
— Perdón , enserio perdón - me tomó por la cintura y me pegó a su cuerpo - Nathan tiene razón, tú eres la última persona que me debe de aguantar cuando estoy así , he tenido algunos problemas con la empresa y estoy estresado . Perdóname cariño
— No te preocupes- le sonreí.
Caminé hacía el escritorio de Matteo y ver que enserio estaban llenos de papeleo empresarial, matemáticas por todo lado . Matteo me abrazó por detrás , no pude evitar ponerme nerviosa al sentir mi espalda contra su pecho.
— Amor , me gustaría resolver el problema que tengo con la empresa , si podemos programar para otro día nuestra cita , sería mucho mejor...
Con la presencia de Nathan sabía que Matteo no podría rechazar el reloj que le tenía, así que no dude en sacarlo y ponerlo en el escritorio.
— Planeaba dártelo en la cena , pero pues como no se va a poder , es mejor dártelo ya - miré a Matteo que no dejaba de mirar la caja un poco confundido - bien los dejo trabajar
Me voltee chocándome con su pecho, Matteo no se había quitado , me miró con una mezcla de suavidad y algo que no podía descifrar. Tomó la pequeña caja del escritorio, y antes de que pudiera apartarme, me sujetó delicadamente del mentón. Su tacto era firme pero tierno, y cuando inclinó su rostro hacia el mío, dejó un suave beso en la comisura de mis labios.
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, como si una corriente eléctrica hubiese despertado cada uno de mis sentidos. Sentí mi corazón acelerarse, como si estuviera fuera de control. No era un beso profundo ni apasionado, pero había algo en su sutileza que me hizo sentir vulnerable, expuesta. Era una mezcla de anhelo y frustración, como si estuviera atrapada entre lo que deseaba y la fría realidad. Me atreví a dejar otro beso , igual de delicado que el anterior.
— Gracias —murmuró él, su voz tan cercana que pude sentir su aliento contra mi piel. Sus ojos se encontraron con los míos, y por un momento, todo lo demás desapareció. Pero luego se apartó, rompiendo la conexión que me mantenía en pie.
Me forcé a sonreír, aunque por dentro sentía que se me rompía algo. Asentí, sin encontrar las palabras adecuadas para decir. Me despedí con un leve gesto, mientras mi mente estaba hecha un torbellino. Sabía que tenía que salir de allí antes de que las emociones que me embargaban se convirtieran en lágrimas que no podía ni quería derramar frente a ellos.
Cuando finalmente crucé la puerta, sentí como si el peso del mundo cayera sobre mí. No estaba segura si las disculpas de Matteo habían sido sinceras, o si solo intentaba mantener las apariencias frente a Nathan. No iba a salir con él esta noche, y esa realidad me golpeó con más fuerza de la que había anticipado.
El beso, aunque tierno, se sentía vacío, como si fuera parte de un guion que ambos estábamos siguiendo, pero sin realmente sentirlo, por mi parte, yo si lo di con amor, con deseo; pero era como si un fosforo prendido intentara derribar a un iceberg, Imposible . Estaba cien por ciento segura de que este había sido otro de sus rechazos, y la tristeza me invadió, mezclada con la frustración de no poder hacer nada al respecto.
Salí del edificio, tratando de alejarme de esos pensamientos, aunque se me hizo imposible.
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Tú eres como las nubes
Roman d'amourLa vida de Isabel Rizzo y Matteo Callen da un giro inesperado cuando son forzados a casarse por el bienestar de las empresas de sus padres. Inicialmente enemigos, su relación evoluciona de desafíos y conflictos a una conexión inesperada. A través de...