La vida de Isabel Rizzo y Matteo Callen da un giro inesperado cuando son forzados a casarse por el bienestar de las empresas de sus padres. Inicialmente enemigos, su relación evoluciona de desafíos y conflictos a una conexión inesperada. A través de...
― Matteo , Isabel no se siente bien - avisó Andrea , que al parecer había llegado corriendo .
― Nadie se siente bien en está fiesta - hablé serio
Se lo advertí y no le importó . Yo también estaba cansado y lo mejor era irnos ya .
― Ya vomitó , está en una de las habitaciones de arriba , ve a buscarla y váyanse
― Claro - hablé agotado ya de todo esto , y ¿ se suponía que tenía que aguantar esto por tres años más ?
La mayoría de invitados ya se habían ido y el resto ya estaban borrachos . Subí las escaleras de dos en dos , en ese lugar habían como 15 habitaciones , en cual de todas estaba Isabel , empecé a abrir cada una de las puertas , la puerta número 06 estaba medio abierta , iba a abrir la puerta hasta que se escuchó la voz de Marahana , no la había visto en toda la fiesta . . .
―Tienes que calmarte , te aseguro que todo va a salir bien , el documento está en proceso , no te estreses.
Mi corazón se aceleró. Sabía que Nicolai escondía algo , y no voy a dejar de culpar a Nicolai por lo que le pasó a mi empresa . Estoy seguro que fue él. Me quedé quieto, escuchando con atención.
― Marahana, esto es más grande de lo que pensaba. Si alguien descubre lo que estamos haciendo, estamos perdidos —dijo Nicolai en un tono bajo, casi susurrante.
― Nadie lo descubrirá. Tenemos todo bajo control. Además, nuestro contacto en la junta asegura que los fondos serán transferidos
Mi mente trabajaba a mil por hora. ¿Fondos? ¿Transferencias?
― Escríbeme cuando todo esté bajo control - Nicolai tomó una gran bocarada de aire y se acercó
Al escuchar los pasos empecé a caminar hacía la última habitación lo más rápido que podía , para mi suerte o desgracia . Isabel estaba allí .
Estaba tumbada en la cama, pálida y con los ojos cerrados. Me acerqué y la toqué suavemente en el hombro.
― Isabel, vamos. Es hora de irnos.
Ella abrió los ojos lentamente y me miró con una mezcla de confusión y cansancio.
― Matteo... lo siento...
― No hay tiempo para disculpas. Necesitamos irnos ahora.
La ayudé a levantarse y la sostuve mientras caminábamos hacia la salida. Mi mente seguía dándole vueltas a lo que había escuchado. Esta familia no me da buena espina , no dejaría esto aquí ...
Mientras bajábamos las escaleras, no pude evitar mirar hacia la puerta donde había escuchado la conversación. Sabía que esto solo era el comienzo de algo mucho más grande.
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Hace media hora , habíamos llegado a casa . Ya eran como las 2 de la mañana , Isabel entró a bañarse primero , después de un buen rato , salió con el pelo seco y una pijama de seda roja , manga larga y sudadera larga . Me metí al baño , me quité toda la ropa y me metí a la ducha , tomé una ducha de 15 minutos , el agua se deslizaba por mi abdomen , piernas , espalda , tenía el pelo mojado , mis ojos permanecieron cerrados . Solo quería olvidar todo por un momento , y el agua fría se encargaría de ello .
Cuando salí con mi sudadera gris y mi camisa negra , mi cuerpo de inmediato se calentó, Isabel había encendido la calefacción , ya se encontraba enrollaba en mis cobijas en un lado de la cama , dándome la espalda , pero pude notar que un dispositivo , le alumbraba la cara.
― Perdón por no contestarte antes cariño -habló Isabel en un susurro .
¿ Con quien estaba hablando ?
― ¿ No crees que es muy tarde para llamarme ? , ¿no te regañan?
― Nopi - la voz de Annie se escuchó a través de la linea- mi niñera me prestó su teléfono , hoy no pude estar mucho contigo , ya los extraño un montón
― Cariño , ¿ llegaste bien ?
Isabel estaba hablando con Annie , la trataba bien y Annie que comúnmente es tímida , se sentía cómoda con ella , me alegraba que Isabel se llevara bien con ella , pero eso no lo admitiría en voz alta .
― Sip , me encantó viajar en avión
― Me alegro
― Hoy estabas muy hermosa
― No tanto como tú
― Te veías muy feliz - mencionó Annie riendo
― ¿ Tú crees ? -preguntó dudosa
― Sip , Matteo está cerca ?
― Emm - Isabel se volteó para buscarme y me descubrió mirándola - estoy hablando con Annie
― Ya veo - me acerqué a la cama y pude ver el rostro de Annie somnoliento -
― Matteo !! - gritó , emocionada.
― ¿ No crees que ya es muy tarde pequeña ?
― Solo quería saludarlos , la niñera ya me mandó a la cama , pero antes me quiero despedir .
― Hasta luego Annie , descansa -dije acostándome al lado de Isabel
― Hasta luego , los quiero un montón - empezó a tirar besos a la pantalla
― Adiós cariño , que sueñes con los angelitos - Isabel le mandó un pico por la pantalla
Luego de eso la videollamada se colgó , Isabel puso el teléfono en la mesita que había al lado de su lado de la cama y apagó la luz .
Intenté relajarme, pero mi mente seguía atormentada por lo que había escuchado en la fiesta. La conversación entre Nicolai y Marahana no dejaba de repetirse en mi cabeza. Sabía que no podía ignorarlo, pero no podía involucrar a Isabel en esto, no sin pruebas concretas.
El silencio se volvió casi opresivo, interrumpido solo por el sonido suave de la respiración de Isabel.
Hubo un silencio un poco incómodo y tenso. La oscuridad de la habitación parecía acentuar la distancia que sentía entre nosotros. Isabel se acomodó en su lado de la cama, dándome la espalda.
― Buenas noches Matteo - dijo por último.
― Buenas noches
Nos quedamos en silencio, ambos inmóviles, tratando de mantener la mayor distancia posible en la cama. Podía sentir el calor de su cuerpo, pero no quería acercarme más de lo necesario. Este matrimonio arreglado ya era suficientemente complicado sin agregar más confusión a la mezcla.
El espacio entre nosotros se sentía como un abismo insalvable. Cada vez que uno de los dos se movía, la tensión en el aire parecía crecer. Estaba agotado, pero la incomodidad y la mezcla de emociones me mantenían despierto.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, la respiración de Isabel se volvió más lenta y regular, indicándome que se había quedado dormida. Cerré los ojos, intentando calmar mi mente. Con el tiempo, el cansancio me venció y me quedé dormido
