ISABEL:
La mañana estaba nublada y hacía un frío intenso, así que me abrigué con una chaqueta antes de salir. Opté por una camisa blanca básica, unos vaqueros color crema y un chaleco largo negro. Completé mi atuendo con unos zapatos blancos y un toque de joyería dorada.
Ayer, Azura me había ayudado a empacar mi maleta, y justo cuando estaba lista para salir, recibí un mensaje de Matteo. Simplemente decía que me esperaba en el auto. Sin más preámbulos, me dirigí hacia donde él estaba.
— Te dije que a las 6 de la mañana.
— Hola —saludé cuando llegué a su lado.
No hubo respuesta a mi saludo. En cambio, Matteo simplemente tomó mis dos maletas y las colocó en el maletero del auto.
— Entra al auto —me ordenó sin mirarme.
Asentí en silencio y obedecí, deslizándome al asiento del copiloto. La atmósfera entre nosotros era tensa, cargada con la misma frialdad que siempre había caracterizado nuestras interacciones.
— ¿Cuántas horas son de viaje ? - pregunté tratando de llenar el frío silencio
— Dos horas aproximadamente
El pasatiempo favorito de Matteo es no mirarme mientras hablamos y por supuesto hacerme sentir horrible.
— ¿Crees que le caiga bien a Sunnie?
— No lo sé
— Me gustaría visitar nuestra casa, Azura la quiere ver -sonreí
— Te pasaré las llaves , mi padre ya llenó la casa de servidumbre
— No me gusta llamar a las personas de esa manera , es como si nos sintiéramos más que ellos , no lo sé - mi sonrisa permanecía
Por primera vez en el día , me dirige la mirada, seria pero a la misma vez burlona
— Que le ves de gracioso - solté una risita , sabía que estaba roja como tomate , solo su mirada , me hacía poner nerviosa .
¿ Quién me entiende? Me molesta que no me mire cuando le hablo , pero a la hora que me mira me pongo nerviosa y prefiero que no me mire.
No duró mucho su mirada burlona , pues volvió a su postura totalmente seria .
— Voy a empacar toda mi ropa , para mudarme del todo , a Madrid -entró al estacionamiento del aeropuerto y empezó a estacionar el auto.
— ¿Qué vas a hacer con tu casa de París ? ¿La vas a vender?
— No, solo es por tres años , cuando todo esto se acabe , volveré a París - se bajó del auto , fue al maletero sacó mi maleta y empezó a caminar
Lo imité, me bajé del auto y caminé a su lado .
Como era de esperarse , la prensa nos esperaba , en el momento en que pusimos un pie en la entrada del aeropuerto , las cámaras se dirigieron a nosotros , los flashes no cesaron momentáneamente , susurros , gritos se escuchaban , demasiadas preguntas , sin ninguna respuesta de nuestra parte .
En un acto instintivo, tomé la mano de Matteo y entrelacé nuestros dedos. Fue un gesto simple, pero en ese momento, parecía ser la única conexión tangible entre nosotros, una pequeña ancla de apoyo en medio del torbellino de atención mediática.
Necesito hablar de su mano. En ese momento, sentí un cosquilleo en la palma de la mía, un calor reconfortante que contrastaba con la frialdad de su piel. Era un contacto fugaz pero significativo, un pequeño destello de humanidad en medio de la vorágine de cámaras y micrófonos.
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Tú eres como las nubes
RomanceLa vida de Isabel Rizzo y Matteo Callen da un giro inesperado cuando son forzados a casarse por el bienestar de las empresas de sus padres. Inicialmente enemigos, su relación evoluciona de desafíos y conflictos a una conexión inesperada. A través de...