17: Canto de sirenas

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A Jeongin le gustaba sentarse en la proa del barco, sentir la brisa salada en el rostro, lo hacía sentirse como en casa

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A Jeongin le gustaba sentarse en la proa del barco, sentir la brisa salada en el rostro, lo hacía sentirse como en casa.

Hyunjin se apoyó sobre el borde del barco a su lado, y lo miró respirar calmadamente con los ojos cerrados, imitándolo, tratando de entenderlo mejor.

— Hola — Dijo Jeongin, girándose a mirarlo al darse cuenta de que había alguien con él.

— Hola — Respondió Hyunjin abriendo de nuevo los ojos, sin poder contener su sonrisa admirando al tritón, se veía irreal con la tenue luz del ocaso.

— ¿Aburrido?

— Cansado, me he escapado de Chan, le ha apetecido cambiar su despacho y nos ha arrastrando a todos con él, necesito que Minho se recupere del todo para que evite que le den estos arranques al capitán. — El pirata dejó escapar un largo suspiro sintiéndo sus fuerzas renovarse con la suave brisa y la risilla del chico. — ¿Y tu? ¿Estás aburrido?

— Qué va, todo lo contrario. Estoy disfrutando de estar tan cerca del mar... Me ayuda a estar más en contacto con esa otra parte de mi, es agradable.

— ¿Chan ya te ha dicho que buscaremos la tierra sumergida? — Jeongin asintió emocionado en respuesta, volviendo la vista al mar. — ¿Cómo te sientes sobre eso?

— Cómo si fuera a volver a casa... No conozco Lemuria en persona, pero ahí están mis raíces, la mitad de lo que soy. Además, hace años que no veo a mi madre, me muero por verla de nuevo. — Jeongin giró la cabeza para mirar de nuevo a Hyunjin, encontrando su expresión confundida. — ¿Qué ocurre?

— ¿Qué es Lemuria?

— El nombre real de la tierra sumergida, hay una en el Atlántico, cerca de España, la Atlántida, y otra cerca de Taiwán, Lemuria... Al menos esas dos son las que mi madre conoce. Se supone que es el secreto mejor guardado de las sirenas, pero si vamos a ir allí, supongo que debéis saberlo. — Jeongin suspiró, viendo al pirata sonreirle con la cabeza apoyada sobre sus brazos cruzados en el borde de la cubierta. — Confío en vosotros, confío en tí, y en qué jamás me traicionarás.

— No lo haré, no soy ese tipo de persona. — Hyunjin se atrevió a sentarse junto al chico, y puso la mano sobre la suya, tratando de dejar claro que estaba siendo sincero. — ¿Puedo hacer más preguntas sin parecer demasiado intrusivo?

— Dispara, estoy listo.

— ¿Es cierto que las sirenas cantan para atraer a los marineros? — La risa del tritón lo dejó fuera de lugar, no había preguntado nada gracioso.

— Que egocéntricos... El canto de las sirenas es como el de las ballenas, es nuestra lengua, es como nos comunicamos entre nosotros. Siento decirte que no tiene nada que con los marineros, y las sirenas no comen humanos.

— ¿Y tú... puedes hablar esa lengua? — Preguntó con la mirada brillando de emoción, clavada en los ojos de Jeongin, explotando cuando lo vio asentir. — ¿Puedo oírte?

La Princesa Y El Gato De MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora