— Hogar dulce hogar. — Murmuró Jisung con sarcasmo, frente a la puerta del palacio. Suspiró una última vez antes de golpear con fuerza la puerta, esperando que alguna de las criadas le abriera.
Una mujer del servicio abrió la puerta, encontrándose con los chicos que llevaban dos meses fuera. Su expresión se deformó de alegría, abrazó con fuerza a Jeongin y con una sonrisa que brillaba emocionada hizo una pequeña reverencia hacia Jisung.
— Jeongyeon ¿Puedes avisar a todos de que hemos vuelto? A nosotros nos hace falta una ducha en condiciones. — La chica asintió, esperando a que ambos estuvieran dentro para volver a cerrar la gran puerta y se marchó corriendo por los pasillos hacia las habitaciones de los criados.
— Es raro volver a ver todo esto, comenzaba a acostumbrarme al barco.
— Yo no... Tengo la espalda hecha polvo y estoy todo mugroso, el Levanter ha conseguido que echase de menos este sitio. — Jisung trataba de estirarse cuando Jeongin se adelantó corriendo hacia su baño.
— Déjame usar tu baño primero, quiero una ducha real
— ¡Y una mierda Jeongin! ¡Voy yo primero que es mi baño! — Los chicos hicieron una carrera por los pasillos, olvidando que aquello era un palacio y no el barco pirata en el que habían estado, recibiendo miradas extrañadas del poco personal que acababa de despertar ante la noticia de su regreso.
Jisung perdió la carrera, aunque estaba orgulloso de haber perdido por poco, parecía que su forma física había mejorado un poco esos dos meses.
Caminó por su habitación, pensando en como matar el tiempo mientras su amigo usaba su baño, y decidió sentarse en el balcón. La noche era clara y podía apreciar los pequeños puntitos de luz en el cielo. Recordando la noche que durmió al aire libre, se dio cuenta de los maravillosos recuerdos que acompañarían ahora a su lugar favorito, sin duda debía repetir el viaje en otra ocasión, un mes de vacaciones de vez en cuando no sería un gran drama para el reino, y sonaba como un plan perfecto.
Escuchó a Jeongin salir del baño, con una toalla rodeando su cintura y otra enroscada en la cabeza, se dejó caer junto a él.
— Te toca princesa. — Negando con la cabeza se levantó del borde de su ventana y de camino al baño se quitó las botas, abandonándolas por ahí.
Suspiró mirándose al espejo, tenía la piel notablemente más morena que cuando se fue, la camisa blanca robada en Busán había dejado de ser blanca, su chaqueta verde tenía toda la parte de abajo rasgada prueba de aquella vez que la usó para tapar la herida de Minho y su pelo estaba mucho más largo y se había rizado, probablemente por la falta de limpieza en ese tiempo y ahora tenía el tatuaje de una mariposa azul, con motivos marinos de tinta temporal en las costillas, pasó la mano con cuidado sobre el dibujo suspirando.
Estaba hecho un completo desastre, no parecía un príncipe, y en cierto modo, le gustaba ese reflejo.
Pero tenía demasiadas ganas de ducharse así que terminó de quitarse la ropa y se lanzó bajo el agua, disfrutando como nunca lo había hecho del agua caliente arrastrando la suciedad fuera de él.
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La Princesa Y El Gato De Mar
FanficJisung no se sentía querido, sentía su vida perder el sentido por momentos, encerrado en esa jaula de oro en la que siempre había vivido. Para un pequeño grupo de piratas que por casualidad se enteraron del problema del príncipe, la solución se veía...