- ¡Recoged velas! ¡Llegamos a puerto! - Changbin y Jeongin corrieron a guardar y asegurar las velas, mientras Seungmin manejaba el barco para entrar a puerto.
Minho salió a cubierta y respiró con fuerza, por fin podría caminar un poco y estirar de verdad las piernas, tenía todos los músculos del cuerpo agarrotado.
Con la sinfonía de las gaviotas, la tripulación del Levanter bajó de su barco con una tarea fundamental, encontrar un médico que pudiera revisar y curar la herida de Minho. El trabajo de Félix no era para nada malo, pero no era un experto cerrando heridas y todos preferían poner a su vice capitán en las manos de un profesional.
Jisung lo ayudaba a caminar, se decía a sí mismo que la única razón por la que seguía ayudando al pirata era por qué era su culpa que estuviera en esa situación. Era consciente de que esa no era la verdadera razón, pero era mucho más fácil aceptar que estaba agradecido con él por defenderlo a riesgo de su vida que admitir que aquel pirata sarcástico, maleducado y que no sabía leer estaba logrando ganarse un lugar privilegiado en su corazón.
Jisung paseaba por las calles, recordando con cariño los meses que había vivido en Malasia, cuando logró convencer a su padre a los quince años de que le vendría bien ir a otros países para ser un digno sucesor. El príncipe y su criado habían usado ese supuesto viaje de estudios como sus primeras grandes vacaciones. Ver de nuevo las calles de la capital años después de aquella pequeña experiencia de libertad, le traía recuerdos cargados de nostalgia a la mente.
- ¿En que piensas? - Preguntó el pirata.
- En las cosas que viví cuando vine de vacaciones con Jeongin aquí... Y en aquel grandioso momento en el que casi me come un cocodrilo. - Jisung se echó a reír viendo como Minho apretaba el gesto, tratando de ocultarle lo mucho que le dolía su herida - ¿Te apetece ir a mi lugar favorito - Jisung lo guió por las calles de la ciudad hasta un pequeño parque lleno de árboles en flor que Minho jamás había visto. - Parece que no se me ha olvidado el camino a los lugares importantes.
- ¿Viniste a Malasia de vacaciones? Creí que no tenías vacaciones.
- Jeongin y yo nos escapamos para venir aquí constantemente cuando vine a estudiar a Malasia, solo fueron un par de meses, pero fue mi primer contacto con la libertad... Y prácticamente él único hasta que llegasteis vosotros. - El príncipe lo ayudó a sentarse en un pequeño banco de piedra, viendo preocupado como trataba de aguantar el dolor de su herida. - ¿Te duele mucho?
- No es nada, cada día duele un poco menos. - dijo Minho, tratando de ignorar de nuevo las punzadas de dolor de su torso. Jisung no le creía, había pasado suficiente tiempo con ese pirata para saber que era incapaz de mostrar debilidad a otros y había aprendido a ver cuándo mentía.
- ¿Sabes que mientes de pena?
- ¿Va a cambiar en algo que diga la verdad en esta situación? Eres igual o más dramático que Chan, si te digo que me duele vas a hacer un escándalo. - Los dos sentados el uno junto al otro miraron a lados opuestos del parque.
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La Princesa Y El Gato De Mar
FanficJisung no se sentía querido, sentía su vida perder el sentido por momentos, encerrado en esa jaula de oro en la que siempre había vivido. Para un pequeño grupo de piratas que por casualidad se enteraron del problema del príncipe, la solución se veía...