27: Una última noche

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— ¿No quieres bajarte también? Es tu última noche

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— ¿No quieres bajarte también? Es tu última noche. — Minho notó a Jisung sentado en la cubierta, con la espalda pegada a la pared de madera del barco.

— Quiero disfrutar mis últimas horas en el Levanter... A Busán puedo ir cualquier día ¿Te quedas conmigo? — Minho sonrió, caminando despacio hasta dejarse caer a su lado. Entrelazó los dedos con los del príncipe, disfrutando la calma de la noche y el barco para ellos dos solos.

— ¿Qué quieres hacer tu última noche a bordo? Tu pide, haré lo que quieras hoy — Jisung sonrió y se levantó tirando de su mano, guiándolo por el barco hasta la despensa.

Jisung sacó una botella de ron y volvió a arrastrarlo hasta la habitación que habían compartido un par de días.

— Bebe conmigo y conozcámonos mejor, quiero saberlo todo de ti antes de irme ¿Eso está bien? — Minho se encogió de hombros, tomando la botella y dejándose caer en su cama, abriendo el corcho de la botella con la boca, Jisung tragó saliva nervioso, eso había sido extrañamente atractivo.

— ¿Estás seguro que te parece bien beberlo solo? No se si podrás con ello princesa, es bastante fuerte.

— Muy seguro... — Dijo Jisung sentándose en la cama junto a él. — Hacemos preguntas y si no quieres responder bebes ¿Quieres empezar? — Minho asintió dándole vueltas al líquido en la botella.

— ¿El príncipe heredero ha tenido algún otro romance secreto? — Minho sonrió viendo el sonrojo en las mejillas de Jisung. Si él quería jugar, no se iba a cortar un pelo.

— Uno... ¡Me toca preguntar!

— No valen respuestas cortas, así es muy fácil, desarrolla. — Jisung suspiró, mirando la botella de ron aún en las manos de Minho, tentado a evitar contar esa anécdota.

— No fue serio, apenas nos vimos unos pocos días en un viaje diplomático a Japón, creo que era sobrino del emperador. Puede o puede que no nos besáramos un par de veces ese viaje. — Minho rió y Jisung le quitó la botella para darle un trago, Jeongin le había asegurado que todo el mundo perdía la vergüenza con un poco de alcohol. — Lo mismo ¿Ha habido alguien más? — Jisung vio a Minho dudar un momento antes de responder.

— Chan...

— ¿¡Qué!?

— Tampoco fue nada serio. Me salvó la vida, y sufrí algo así como un flechazo... Y puede o puede que no hayamos sido pareja un par de meses antes de darnos cuenta de que solo nos queríamos como amigos. — Jisung se tapó la boca tratando de evitar reírse. — Cállate, no es tan raro.

— Vale... vale, pero tengo dudas, te toca preguntar. — Minho se paró un segundo a pensar.

— ¿Cuál es tu anécdota más vergonzosa?

— Ignorando el día en que casi me come un cocodrilo... Jeongin una vez me pilló mirándome desnudo en el espejo del baño. — Minho estaba bebiendo y se atragantó. Tosió y siguió riéndose. — ¡Oh vamos, no es tan gracioso! Estaba teniendo un momento horrible sintiéndome super inseguro con mi cuerpo ¡Casi me muero de vergüenza! — Minho suspiró, paró de reírse y se inclinó hacia Jisung, dejando un beso sobre sus labios.

La Princesa Y El Gato De MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora