🌊Gatito a bordo🌊

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Minho estaba viviendo en un sueño, no podía parar de sonreír

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Minho estaba viviendo en un sueño, no podía parar de sonreír.

Estaba en la habitación grande con Changbin, dormía como un bebé hasta que salía el sol. Aquella era la cama más cómoda que había probado en toda su vida, aun que fuera la primera cama que tenía solo para él.

Por las mañanas era él primero el salir a cubierta para disfrutar del amanecer antes de meterse a la cocina, nunca había cocinado, pero quería esforzarse por aprender para ayudar a sus nuevos amigos, sabía que les costaba despertarse por la mañana.

- Buenos días flacucho ¿Qué tal has dormido? Es un poco pronto para despertar. - El capitán del barco entró por la cocina, frotándose los ojos en busca de un poco de agua fresca para desperezarse.

- Increíble, me siento en una nube, aún que tengo la costumbre de levantarme muy temprano. - respondió él mientras rompía la cáscara de un huevo sobre la sartén donde había estado cocinando los otros ingredientes. - Estoy haciendo el desayuno, ya casi está listo.

- Iré a despertar a los chicos entonces. - Chan dejó el vaso de agua sobre la encimera y se giró a su nuevo miembro antes de salir de la cocina. - Me alegro de tenerte aquí Minho.

El chico se giró hacia el capitán, pero él ya se había ido. Una sonrisa comenzó a crecer en sus labios y una sensación cálida lo llenó, haciéndolo despistarse un momento del fuego y el huevo terminó quemado.

Se sirvió el desayuno que había quemado en su plato y llevó todo a la mesa, viendo como Changbin se sentaba aún con los ojos cerrados, cabeceando aún din terminar de despertar.

- Buenos días enano.

- Cierra la boca Minho, es muy pronto para que te metas conmigo. - Murmuró Changbin, dejando caer la cabeza en la mesa. Minho puso el plató de comida y el café frente a él, sabiendo que el hambre siempre ganaba cuando se trataba del chico de cuna noble del Levanter, viendo como Changbin parecía revivir con el olor de la comida. - Retiro todo, si me cocinas por la mañana me puedes insultar lo que quieras... No te marches nunca porfa.

Minho volvió a sonreír, y se sentó frente a su compañero de cuarto, viendo feliz con una mano sujetando su mejilla como el chico disfrutaba de lo que había cocinado, mientras él esperaba a que llegasen los otros dos chicos.

Chan y Seungmin no tardaron mucho en aparecer, y se sentaron a comer, halagando su cocina. - ¿Cómo puede ser que cocines así de bien pero no lo hayas hecho antes? - Murmuró Seungmin antes de darle un largo trago a su café.

- Veía a los cocineros del barco esperando que les sobrase algo o se les cayera algo de comida, con el tiempo comencé a fijarme en como cocinaban y supongo que recuerdo bien esas cosas. - Minho había tenido miedo de ser un miembro inútil de la tripulación cuando Chan lo rescató del barco en el que vivía, se sentía feliz sabiendo que los otros tripulantes apreciaban su esfuerzo.

La Princesa Y El Gato De MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora