21: Hacia lo profundo

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— ¿Crees qué falta mucho? — Gritó Jisung, asomando la cabeza por la borda

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— ¿Crees qué falta mucho? — Gritó Jisung, asomando la cabeza por la borda.

Jeongin salió del agua, rodando los ojos. — ¡Te avisaré si veo algo pero cierra la boca! ¡Me desconcentras estúpido! — El tritón volvió a sumergirse, dejando a su amigo mirando las olas chocar contra el mascarón de proa.

— ¡Sirenito borde!

El principe suspiró, creía que buscar ciudades secretas sumergidas bajo el agua sería un poquito más interesante, llevaba toda la mañana y toda la tarde viendo a Jeongin nadar durante horas y salir tan solo unos pocos segundos para avisar cuando había revisado un gran trozo de suelo marino para mover el barco unos cuantos kilómetros hacia delante.

El sol comenzaba a caer, y Chan se acercó a decirle a Jisung que cuando Jeongin volviera a sacar la cabeza, le pidiera que dejase la búsqueda por ese día, Minho y Félix pronto terminarían de hacer la cena. El tritón debía descansar para continuar al día siguiente, debía estar exhausto.

— ¡Un barco de las tropas reales se acerca por estribor! ¿¡Ha salido Jeongin!? — Hyunjin se acercó corriendo al príncipe, quién negó, mirando hacia el lado contrario del barco, viendo la imponente figura de uno de los barcos militares de su padre acercarse a toda velocidad.

— Mierda... Innie aún no ha salido ¡No podemos irnos sin él! — Jisung miró al agua, sin la luz del sol el mar parecía un negro pozo sin fondo. Una idea desesperada pasó por su mente, parecía la solución definitiva. — Si no me encuentran a bordo, vosotros seréis inocentes ¿Cierto?

— No hagas una estupidez... Por lo que más quieras, Chan y Minho van a matarme... — Jisung sonrió, palmeando el hombro de su compañero, quitándose la chaqueta verde de la cintura y dejándose caer por la borda hacía el mar.

Repasó el plan mientras caía. Sin príncipe no hay delito, Jeongin estaba en el agua, no debería estar lejos de la superficie porque no había apenas luz, además, recordaba que el chico le había explicado que su oído dentro de el agua era comparable al de una ballena, escucharía el chapoteo de su cuerpo cayendo al mar.

Un horrible frío le caló hasta los huesos cuando se hundió en el agua, recordando entonces un pequeño fallo en su plan, en el que no había caído cuando se dejó caer, no sabía nadar.

Trató de mover los brazos y las piernas para subir a la superficie, pero no estaba siendo de mucha ayuda, seguía hundiéndose.

El reflejo plateado del sol en la cola de su mejor amigo se veía mágico debajo del agua, sintió los brazos de Jeongin rodear su cintura y nadar a toda velocidad hacia donde Jisung pudiera respirar.

Los gritos alegres de Hyunjin, aún mirando hacia el mar lo acompañaron mientras el oxígeno volvía a entrar dolorosamente en sus pulmones.

— ¡He encontrado la entrada a Lemuria! — Gritó Jeongin mirando hacia arriba, dónde estaba Hyunjin. — Avisa a Lix, empujaremos el Levanter hasta Taiwán, está cerca. — El pirata desapareció, y el tritón volvió la mirada a su mejor amigo, claramente molesto. — ¡¿Qué demonios te pasa por la cabeza!? ¡No sabes nadar!

La Princesa Y El Gato De MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora