Jisung jamás en toda su vida se había despertado tan temprano como esa mañana, se le pegaban los párpados, los ojos le dolían por el cansancio y le dolía todo el cuerpo.
Los primeros rayos de sol comenzaban a aparecer por el horizonte, pero incluso a esa hora de la mañana, toda la tripulación del Levanter llevaba rato moviéndose de un lado para otro, alzando las velas, planificando la ruta del día y preparando el desayuno.
Jisung había quedado fuera de todo eso, no sabía de navegar, no sabía nada de barcos y definitivamente no sabía nada de cocina...
No quería pensar demasiado en ello por su propia cordura, pero era cierto que había sido demasiado consentido toda su vida. Miró el amanecer, dejando salir con tristeza todo el aire de sus pulmones en un pesado suspiro, no quería sentirse inútil, pero no podía dejar de pensar en ello, no sabía hacer nada.
— Bonito ¿Verdad? — Jisung se sobresaltó escuchando la voz del capitán a su lado. El joven pirata sacaba el pecho, con sus manos tras la espalda y una expresión de pura felicidad.
— Es impresionante. — El príncipe trataba de no sentirse incómodo, no saber como relacionarse con otras personas lo estaba matando. Trató de concentrarse en los tonos anaranjados del cielo mientras el sol, enorme e imponente emergía del mar en la línea del horizonte, sin embargo la cercanía del capitán lo distraía.
— El amanecer en alta mar sin duda es mucho mas bonito de lo que es en tierra firme.
— No lo se, nunca había visto el amanecer, en ninguna parte, no había tenido la necesidad de despertar temprano nunca... — Jisung se sorprendió al escuchar reir al pirata, probablemente la risa mas suave que había escuchado nunca en realidad, Jeongin reía como si se quedase sin aire, y nadie más que su criado reía con el cerca en palacio. — ¿Ocurre algo?
— No quisiera cambiar mi vida por la tuya ni aún que me pagasen una fortuna por ello... Antes de volver a palacio deberías aprender a disfrutar de las pequeñas cosas como la belleza del sol surgiendo por la mañana, es en estas pequeñas cosas donde reside realmente la verdadera felicidad, o al menos eso es lo que yo creo. — Chan dejó un par de palmadas en el hombro del chico, caminando dentro del barco, preguntando a gritos cuando estaría listo el desayuno.
Jisung se quedó admirando el amanecer unos segundos más, pensando en las palabras de su capitán antes de caer en la cuenta de que quizás podría prestarse a servir el desayuno, en eso si podía contribuir. Salió corriendo por donde Chan se había marchado antes, llegando a la cocina, donde Minho daba órdenes a Jeongin y a Félix guiándolos diligentemente para terminar el desayuno.
— ¿Puedo ayudar en algo? — Los tres chicos se giraron en su dirección viendo la brillante mirada emocionada del príncipe, a punto de suplicar que lo dejasen ayudar, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa.
— Puedes fregar las tazas para que podamos comer. — Respondió Minho sin el tono sarcástico al que Jisung estaba acostumbrado a escuchar en él. Sorprendido por aquel cambio de actitud, caminó hacía el fregadero, aquello no debía ser complicado, solo era pasar una esponja sobre la vajilla.
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La Princesa Y El Gato De Mar
Fiksi PenggemarJisung no se sentía querido, sentía su vida perder el sentido por momentos, encerrado en esa jaula de oro en la que siempre había vivido. Para un pequeño grupo de piratas que por casualidad se enteraron del problema del príncipe, la solución se veía...