Jisung no se sentía querido, sentía su vida perder el sentido por momentos, encerrado en esa jaula de oro en la que siempre había vivido.
Para un pequeño grupo de piratas que por casualidad se enteraron del problema del príncipe, la solución se veía...
Este capitulo es totalmente independiente a la historia, es una pequeña licencia creativa que me he dado para explorar esta cosa de Chan y Minho que comenzo siendo "de broma" pero ha terminado por gustarme.
Esta perfectamente bien si no quieres leerlo si no te gusta el ship, no te vas a perder nada importante de la historia del Minsung.
Gracias (◍•ᴗ•◍) 💙
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Después de unos cuantos meses a bordo, la vida pirata comenzaba a ser tan fácil como respirar para Minho.
No sabría nadar, pero lo sustituía con otras habilidades que había ganado gracias a haber vivido toda su vida en un barco.
Conocía las rutas comerciales del rey de Corea como las líneas de la palma de su mano, sabía cuando se acercaba una borrasca y sabía distinguir si se acercaba una pequeña llovizna o una gran tormenta, por lo que no tardó en volverse un miembro indispensable de la pequeña tripulación.
Había algunas cosas a las que por mucho que hubieran pasado los meses, no lograba acostumbrarse y en la gran mayoría de ellas siempre terminaba de alguna manera involucrado su capitán.
Chan tenía una paciencia de oro, Minho era como un niño pequeño, todo era nuevo y desconocido para él, solo había conocido el barco. Se asusto cuando sus pies descalzos pisaron la hierba por primera vez, y la primera vez que fueron a un mercado estuvo a punto de echarse a llorar... El capitán estuvo ahí para él en cada paso, enseñándole con paciencia el mundo y la vida fuera de aquella prisión en la que había vivido.
Los piratas acababan de asaltar un enorme barco de telas lujosas cerca de la costa de corea y después de una apasionante huida, llegaron a Akita para vender la mercancía robada.
— Seungmin, Changbin, nos separamos aquí, al anochecer nos reuniremos en el barco. — Seungmin llevaba más de un año y medio navegando con ellos, pero desde que Minho había llegado, el capitán siempre lo dejaba con Changbin, el ex duque parecía muy feliz con ello, él no lo estaba tanto, suspiró resignado y los dos se alejaron del puerto.
Minho miraba asombrado a todas partes, la ciudad estaba llena de luces y colores, parecía alguna fiesta local, el pirata novato no había visto nunca nada similar y por mucho que Chan tratase de mantenerlo concentrado, era imposible, las lucecitas lo tenían hipnotizado.
Minho estuvo a punto de perderse al menos cuatro veces en los primeros minutos dentro de la ciudad, el capitán, resignado a lidiar con la primera vez del chico en un festival, tomó su mano para evitar que se perdiera, arrastrándolo por la ciudad mientras él vendía las telas.
— Minho
— Que — Su mirada por fin cayó sobre su compañero, dándose cuenta de que los rollos de seda ya no estaban. — ¿Ya lo has vendido todo?
