25: Un gato no sabe de citas

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Chan y Seungmin habían buscado la ruta mas complicada para llegar hasta la costa japonesa, tratando de evitar a toda costa una persecución con el navío militar enviado por su idiotisima majestad

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Chan y Seungmin habían buscado la ruta mas complicada para llegar hasta la costa japonesa, tratando de evitar a toda costa una persecución con el navío militar enviado por su idiotisima majestad.

Jisung estaba dispuesto a pasar esos últimos dos o tres días sin separarse de Minho. Seungmin incluso le ofreció cambiar habitaciones, en parte por qué intuía que el príncipe iba a dormir en su camarote de todas formas y prefería prevenir antes de ser el mal tercio en su propia habitación.

— Entonces estas dos palabras son diferentes por la tilde, no es lo mismo "río" que "rió" — Jisung sintió el agarre de Minho en su muñeca, y levantó confundido la mirada, el pirata no prestaba atención a la lección, lo miraba a él.

— Jisung, para... No va a servir de nada.

— No digas eso Minho, claro que sirve, aún puedo ayudarte un poco más. — El príncipe sintió la mano del chico acariciar su mejilla con delicadeza, el puso la suya sobre la de Minho.

— Se nos está acabando el tiempo, y no quiero perder mis últimos días juntos así. Puedo pedirle a Chan que vuelva a intentar enseñarme, pero no puedo recuperar el tiempo contigo. — Jisung se quedó en blanco mirándolo, tratando de retener sus ganas de llorar, había estado tratando de no pensar en ello, y fingir que no quedaban solo unos pocos días hasta llegar a Incheon.

— Minho... — La voz salía en un hilo de su garganta. El vice capitán tiró de su brazo, haciendo que Jisung cayera sobre su regazo, tan cerca de él que sus respiraciones nerviosas se entremezclaban.

— Esta noche llegaremos a Fukuoka ¿Quieres salir conmigo princesa? Tu y yo, solos, sin los chicos. — Susurró Minho sobre sus labios, mirándolo a los ojos, acariciando su mejilla con el pulgar, suplicando con la mirada que aceptase.

— ¿Una cita?

— Una cita. — El pirata trataba de ocultar sus nervios, quería verse como un chico seguro ante Jisung, pero su falta de todo tipo de romance durante toda su vida lo hacía torpe, a penas era un pequeño minino frente a un abismo al que debía saltar.

En cuanto Jisung se marchó a hablar con Jeongin, Minho salió corriendo, buscando por el barco, alguno de sus compañeros debería poder ayudarlo.

— Changbin, tengo algo que preguntar.

— No he roto nada, lo juro... ¡No he sido yo! — El chico ladeó la cabeza frunciendo el ceño sin entender nada.

— No es eso... He invitado a Jisung a una cita ¿Qué demonios hace la gente en una cita? — Minho tomó los musculosos hombros de su amigo, viendo como levantaba una ceja haciendo una sonrisa extraña.

La Princesa Y El Gato De MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora