— Se acabó, estás solo y acabado, entrega la corona. — El hombre estaba rodeado, miró histéricamente a todos lados buscando la manera de salir de aquella situación negándose a rendirse ante su hijo.
— ¡Jamás! — A un lado, escondido entre los arbustos del jardín, el rey vio al hombre que había sustituido a Jaehyun, el almirante Kang le hizo una señal para avisarle de que corriera hacia el lado opuesto de la plaza, no todo estaba perdido aún.
— Levantad las armas o le corto el cuello a la bestia — El hombre salió de su escondite levantando el cuerpo paralizado de Jeongin en sus brazos. Todos giraron la mirada hacia el hombre y el rey aprovechó para salir corriendo de allí para ponerse a salvo.
Jisung chasqueó la lengua molesto, viendo sin poder moverse, como su padre se alejaba corriendo fuera del recinto del palacio. Le llamó la atención que también faltase uno de la tripulación, Minho no estaba por ninguna parte, aunque estaba seguro de que lo había visto al llegar, justo al lado de Chan.
El pirata se había escabullido entre la multitud de soldados que acompañaban a Jisung y había salido del jardín siguiendo al rey sin que este lo notase.
No tuvo que caminar mucho para encontrar al hombre, se había adentrado en el bosque de fuera del castillo, tratando de llamar a la dragona que antes lo acompañaba. El hombre escuchó pasos a su espalda y salió corriendo de nuevo, tropezando en su huída.
— ¡Hallie! ¡Hallie, ven!
— ¡No la llames! ¡Maldito cobarde, enfrenta tu destino como un hombre! — A cada paso que el pirata daba para acercarse al hombre, él también lo daba, manteniendo una distancia prudente entre ambos. — Ya no puedes seguir huyendo. — Minho sonrió notando como habían llegado hasta el borde de la montaña.
Tras ellos había un acantilado tan alto como lo era la imponente montaña sobre la que se alzaba el palacio real, el hombre gateaba arrastrándose penosamente por el suelo tratando de huir, aun sabiendo que no había manera de escapar.
La dragona apareció tras el rey alzando el vuelo desde el mar bajo el acantilado con un rugido que resonó por toda la montaña de palacio. Sus escamas azuladas brillaban bajo la luz de la luna, mostrando imponente a Hallie.
El rey se giró, con un atisbo de esperanza hacia la mujer que había estado tantos años bajo su control, sin embargo los ojos anaranjados de la dragona no reflejaban más que un profundo odio, clavados en el hombre al borde del acantilado.
— ¡Hallie, ven! ¡Soy tu amo! — Dijo temblando desesperado, viendo como su última oportunidad de salir de aquella se le escurría entre los dedos como la arena de la playa.
La dragona levantó la mirada levemente hacia Minho, pero a él no lo miraba como al rey, el pirata vio en sus ojos a la humana tras aquellas escamas oscuras, y ambos asintieron, haciendo un pacto silencioso en el que ambos acordaban quien era el verdadero enemigo.
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La Princesa Y El Gato De Mar
FanfictionJisung no se sentía querido, sentía su vida perder el sentido por momentos, encerrado en esa jaula de oro en la que siempre había vivido. Para un pequeño grupo de piratas que por casualidad se enteraron del problema del príncipe, la solución se veía...