Alexander dejó a Ámbar en la librería (junto a Samantha) y condujo hasta su casa.
No podía evitar sentirse sumamente preocupado por lo que le había dicho Dimitri. Si él le había ordenado personalmente que cuidara a Boyer, las cosas en el cielo debían de estar muy complicadas.
Eso era lo malo de ser un Emisario de nivel uno: recibía tarde la información y prácticamente no podía opinar al respecto.
Entró a su vivienda y fue directamente hacia la cocina... en donde alguien había dejado dos pañuelos blancos sobre la mesa. Eran exactamente iguales, pero uno de ellos estaba cubierto de sangre.
Alexander se tambaleó hacia atrás. Sabía a quiénes le pertenecían ambos pañuelos: el manchado era el de Mía. El otro, de Ámbar.
De repente, comenzó a oírse una melodía desafinada dentro de su vivienda. Mientras la música sonaba, una voz familiar habló:
—Mía y Ámbar son la misma persona.
—No puede ser. NO —Alexander se tapó los oídos, pero sentía que la magia negra lo estaba calando hasta los huesos.
Los Emisarios muchas veces quedaban indefensos ante tal exposición a los Demoníacos.
—Fue asesinada por un arma negra... —se esforzó por hablar, pero se sentía realmente aturdido. Si quitaba su mano de su oído para buscar su espada, la música podría volverlo loco.
—El cuerpo de Mía desapareció luego de su examinación para el conocimiento de los de la mayoría de los Celestiales.
>>El arma negra impregnó de magia negra el aura de Mía, pero no la mató... reencarnó. Ámbar convive con esa magia y por eso el pañuelo de seda, contaminado de su sangre, ha reaparecido. Y hemos traído ambos chales para que vos mismo hagas la comparación.
¿Beatriz? ¿Era la voz de la prostituta? ¡Mentía!
>>Por cierto, hemos estado vigilando a Ámbar Boyer a través de una vela blanca, de un Cazador y también la hemos hecho ver fantasmas para que cumpla con su destino.
No podía ser. Todo lo que decía debía de ser un truco de los Demoníacos.
Sin embargo, tenía sentido que hubieran estado hostigando a Ámbar ¡Pobrecilla!
—¡No puede ser! ¡Todo eso es mentira! —gritó, cubriéndose las orejas con fuerza.
No podía ser cierto.
Ámbar era una mujer fuerte como Mía, y odiaba el fuego, al igual que ella... pero ésas eran simples coincidencias. La personalidad de Loncar era dulce e ingenua, Ámbar era más desconfiada.
—¡Por supuesto que es mentira! —exclamó otra voz.
Dimitri había aparecido en su casa y sostenía una navaja celestial en la mano, y un amuleto en la otra ¿Era una esfera de bronce? ¡Eso servía para cortar los hechizos malignos!
Pronunció unas palabras en latín, y de pronto, la música y la voz fueron silenciadas.
* * *
—Recomponete, Alexander. El hechizo de magia negra que vimos cerca del Obelisco tiene que haber sido usado para localizar el pañuelo. Fue hace poco más de un mes ¿Te acordás?
Alexander se veía destrozado. Se sentó en el suelo y apoyó la cabeza contra la mesada de mármol.
Dimitri se agachó frente a él, y tuvo que contener el impulso de consolarlo.
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MI AMANTE INMORTAL (COMPLETA)
RomanceAlexander Samaras es un ser inmortal que se enamora con facilidad. Ámbar Boyer es una humana con un alma muy especial, y está casada con un hombre que no la ama y no la respeta. Los caminos de Samaras y Boyer estuvieron destinados a cruzarse desde h...