Capítulo 58: "Humanos y Celestiales"

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Cuando aterrizaron en el Cielo, vieron que había ángeles y Emisarios heridos por doquier. Habían llevado humanos para que los ayudaran a curar a los enfermos.

—¿Humanos en el Cielo? —preguntó Alexander, y en ese momento, se le llenaron los ojos de esperanza.

Esperanza por Ámbar Boyer. Esperanza de cambios en el mundo. Dimitri sabía lo que su subordinado estaba pensando, y que estaba escaneando el sitio con la vista para lograr encontrarla.

—Ella debe estar aquí, a salvo. Namael no puede habérsela llevado a ningún otro lugar.

—Iré a buscarla... —empezó a apresurarse para avanzar.

Se veía sumamente ansioso para ver a su amada.

—Esperá. Hay algo que quiero decirte... —a pesar del dolor físico que sentía por las cortaduras, necesitaba aclararle algo a Alexander—. Lo que dijo mi primo sobre la homosexualidad...

Alexander no dejó ir su brazo, y lo miró con sus hermosos ojos grises. Notó que Samaras también estaba herido: le sangraba el hombro del lado izquierdo.

—No es de mi incumbencia. No hace falta que me aclares nada. Creo que no es el mejor momento para esto...

—No importa... quiero decírtelo... por si muero. Creo que me lo debo a mí mismo: el Cielo siempre repudió la homosexualidad y el adulterio ¿No?

—Yo he pecado de ambas —rió Alexander. Se notó que sonrió para no echarse a llorar allí mismo—. Así que no te preocupes. En ese sentido, no estoy de acuerdo con Dios.

Dimitri asintió. Él pensaba de la misma manera.

—Alex... mi primer beso fue con un varón a los trece años, poco antes de que mis padres fueran asesinados por la Inquisición... y nunca volví a besar a nadie hasta aquella noche que...

Se conocían tanto, que Alex supo lo que venía a continuación.

—¿En la que yo te besé? ¡No sabía que te acordabas de eso!

—Sí ¿Cómo olvidarlo, si siempre... si siempre...? —sus ojos se llenaron de lágrimas.

Que un hombre como él se atreviera a mostrar cómo se sentía era porque realmente se encontraba abrumado.

En ese momento, Alexander lo abrazó. Sus brazos eran tan cálidos... cálidos a pesar de que estaba sudado y olía a sangre.

—Ámbar solía decir que estabas enamorado de mí... pensé que estaba equivocada.

Si Dimitri tuviera corazón, estaría latiendo con fuerza.

—Ámbar es demasiado perceptiva para ser una humana ¿Será por su energía espiritual? —Dimitri se aferró a los brazos de Alexander—. Lamento no habértelo dicho nunca. Lamento todo lo que has sufrido por culpa de mi primo. Lamento mucho lo de tu hermana...

Alexander se apartó y le secó las lágrimas a Dimitri, aunque él mismo parecía a punto de echarse a llorar.

—Yo también estaba enamorado de vos cuando era joven —comentó, evitando hablar del doloroso asunto de Alysa—. Luego se me pasó...

Que Samaras hubiera sentido lo mismo por él en alguna época era, en cierta forma, reconfortante.

—...tenés una debilidad con las mujeres. Lo sé. Si no fuera así, Beatriz no hubiese robado tu sangre tan fácilmente. Ahora llévame hasta el salón principal y luego andá a buscar a Ámbar. Ella debe de estar esperándote.


* * *


Ámbar se encontraba sentada en forma de canastita en el medio de la Asamblea Blanca. Había decenas de inmortales a su alrededor.

MI AMANTE INMORTAL (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora