Mi mente es como una enfermedad mortal,
Una que no tiene cura, una que no me dejara morir en paz.
Un fuerte ruido me despertó, salte de mi cama y apunté a lo que era con lo que estuvo a mi alcance, parpadee un par de veces, tratando de que mis ojos se acomodarán a la luz que ingresaba por mi ventana, Ilka y Akbal tenían sus largos y delicados dedos en sus labios, me tomo un par de segundos reconocerlas y otro para reconocer el gesto. Bostece y me estiré, sentándome nuevamente en mi cama, bajando la almohada, la mire y caí en cuenta de que no me habría servido de nada.
― ¿Qué hacen aquí? ―observe la hora― Las cinco de la mañana, ¿es en serio?
Ilka levanto el objeto que había ocasionado el ruido, no me fije en que había sido, estaba demasiado dormida aún como para notar que lo había roto, me acomode en mi cama pues aún hacia algo de frio, Akbal se sentó en el puf de gato, me quede observándola sin saber realmente la razón hasta que di con ella.
―Tus alas no están ―le dije señalándola y muy sorprendida.
Ella miro su espalda y luego a Ilka.
―Las lleve a lavar.
¿Qué?
―Son retractiles ves ―dijo Ilka mientras las de ella desaparecían en su espalda y luego salían nuevamente―. Tienes una habitación muy bonita.
―Me gusta el techo ―continuo Akbal―, "¿Qué debería hacer entonces, permito que este dolor me asfixie o lo controlo para que no se note?"
Fruncí mis labios, anoche tuve uno de esos momentos agónicos, pues no podía dormir, la pregunta me golpeo con fuerza, sobre todo porque la respuesta correcta es obvia, pero aquí estoy... aferrándome a la equivocada. Ilka seguía observando mi habitación, sé que escucho la pregunta que Akbal recito, sus alas emitieron un breve destello azul que me hizo sentir... comprendida.
Akbal salto a mi cama... ¡oh n-no! Intente detenerla, pero mis cobijas se enredaron en mis piernas y termine cayendo de la cama.
―Hay algo más ―me miro con cierta sorpresa―, no es la respuesta que esperaba.
― ¿Qué dice? ―cuestiono Ilka acercándose.
Me levante de un salto, me subí a la cama y le borre con mi mano, no se fue todo, pero le costaría descifrar que decía.
―Al parecer es privado ―dijo Akbal mirándome con cierta ternura y ¿preocupación?
―Está bien... querías saber cosas ¿cierto? Nos queda poco tiempo ―miro a su hermana―, notara que no estamos.
Tenía demasiadas preguntas, ambas se sentaron frente a mí en la cama, intente organizar mi mente lo mejor que pude, supuse que preguntar directamente por Draco podría ser un tanto brusco de mi parte, así que opte por Ilka y Ninan, me contaron que ambos eran pareja, se aman al parecer, pero su relación es prohibida, la mezcla de especies ya no es permitida, no desde la muerte de la madre de Draco, a Ilka se le salió algo de una maldición, dieron varias vueltas evitando hablar del tema, algo paso en esa época, no solo estaba prohibido, quien lo intentaba obtenía gran sufrimiento si estaba demasiado tiempo cerca del otro, tanto que uno de los dos podría morir en el proceso, el más débil.
―Estuve a punto de morir hace un par de meses ―Ilka cubrió su boca luego de un fuerte sollozo y Akbal miro mi tocador, note que Ilka había roto mi barco, pero verla llorar... me rompe el corazón, sin duda alguna Anne me matara cuando lo note―, nos quedamos demasiado tiempo juntos, el dolor siempre fue intenso, y aunque cada vez se sentía peor, dolía mas no estar juntos así que intentamos...yo le pedí... por un momento fue ―una hermosa sonrisa se dibujó en su rostro―... y entonces la muerte se acercó, mirándome a los ojos... saboreando el momento... Ninan se dio cuenta y se alejó lo suficiente y yo me quede allí... sola... menos débil. Pude ver lo molesta que la muerte estaba al no poder llevarme ya con ella. Me habría ido feliz si le hubiese tenido conmigo unos segundos más.
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Draco, el bosque bromista.
Fantasy"Bromas, misterios y pesadillas" En el bosque de Ferr hay más que risas y sueños cumplidos, también hay un lado oscuro que Charlotte conocerá en medio de lo que todos han denominado estrés postraumático y otros, locura, ella vio morir a su padre a l...