AMISTADES PERDIDAS...

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Capitulo dedicado a @rhaefyre Gracias por leernos!

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Esfuérzate por estar biencontigo y con los demás, no lo dejes para luego, incluso si no puedes contigomismo.

Estoy rodeada, un sin número de personas sin rostro me rodean, tienen todo tipo de armas en mano, muchos de ellos una espada, es una katana, una muy particular pues tiene una línea en el centro de color azul, brilla bastante como para no notarle, la reconozco, es la que atraviesa al dragón del libro que deje en mi ventana... ¿esto es una pesadilla? No creo, se supone que, de serlo, no me lo preguntaría.

Lo cierto aquí es que están furiosos, puedo sentirlo en mi piel, en el aire a mi alrededor, aquel contaminado por sus coléricas exhalaciones.

¡Soy el motivo de su enfado!

No sé la razón, solo sé que hice algo que no debía y ahora en sus manos, debo aprender las consecuencias de mis actos.

Prefiero no mover un solo musculo, es cierto que no puedo observarles a todos, pero siento que si se mueven lo sabré. Solo debo concentrarme.

—Has traído demasiada podredumbre, muerte y destrucción a este pueblo.

Sus palabras poseían un tono filoso, note que la persona frente a mi dio un paso en mi dirección, las palabras debían provenir de sus labios, aquellos que la oscuridad oculta de mí. Su cabello suelto ondea con el aire, dándole un aspecto peligroso, sus palabras me molestan, tenían ese amargo sabor a verdad, una que no aceptaba, no quería y no entendía.

—No he hecho nada malo —intente decir, pero apenas y escuche mi voz, a pesar del silencio que nos rodeaba.

La oscuridad me golpeo con fuerza, cubrí mi rostro con mis brazos, sentí calor, uno despiadado, intenso. Baje lentamente mis brazos, un círculo de fuego me rodea. Una bestia salta a este, retrocedo, aunque no demasiado, no deseo quemarme, tampoco que la criatura me aplaste.

La bestia gruñe mi nombre, mi primer nombre y despierto.

Confundida y algo adormilada noto que el diario de papá aún sigue en la ventana, corro con toda la rapidez que mis piernas me permiten y le tomo. El sol comienza a salir, abrazo el diario con fuerza, no le habían llevado, extrañamente esto no me deja más tranquila, siento una rara pesadez en el aire, lo miro, no quiero abrir sus páginas, hay toda una historia deletreada en ellas, la historia de papá, no estoy lista para conocerla.

Algo me dice que necesito hacerlo.

Camino al bosque me topo con Layla. se ve algo pensativa, tarda un rato en notar que le sigo.

—¿A dónde vas?

—Con Anne, debe cuidar a sus hermanos hoy, me ofrecí a ayudarle.

Note que miraba hacia la entrada del hotel, Mak salía de este con Asier y Hikki mordía su mano. Los dos nos notaron, Asier me guiño un ojo, pero note que Mak desvió la mirada y se enfocó en el mapache. Mire a mi amiga justo en el momento en el que cerraba los ojos y me miraba.

—¿Puedo ir contigo? —pregunte haciendo un puchero.

Por algún motivo creí que ella diría que no, lo que me entristece un poco, siento que me alejo de ellas, siento que las pierdo. Es por su bien, me recuerdo. Ella sonríe, aunque parecía evitar hacerlo y asiente, el camino se sintió aún más largo, Layla suele llevar las conversaciones entre nosotras, pero esta triste, lo que hace que el silencio pese un poco. ¿Tendrá su tristeza relación con la de Mak?

Draco, el bosque bromista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora