LEVEMENTE ATRAPADA.

17 10 18
                                    

Mak cerró la puerta tras de él, sin decir nada, yo recordé como respirar y me levante con lentitud, evite parpadear, ellas podrían pasar por amigas mías si no fuese por su apariencia de muñequitas de porcelana y ese cabello tan peculiar.

Él dio un par de pasos y se sentó en el puf junto a Akbal, ella lo observaba embelesada, mire a Ilka a los ojos ¿Por qué no desaparecen? Le pregunte en mi mente, ella señalo a los dos chicos, Hikki estaba relajado mientras Akbal le sobaba la barriga, Mak miraba a Akbal con ternura y tenía una sonrisa condenadamente sexy en sus labios.

Intente gritar, pero mi boca fue cocida.

―Lo siento ―dijo Ilka―. Los delatarás.

Mak me miro avergonzado, ¡estaba rojo de la vergüenza! ¡¿Qué demo...?! Akbal abrazo a Hikki y cubrió su rostro con el mapache.

―Mnuru junulu mm

Intente hablar, hacer preguntas, estaba impactada. Pero mis labios seguían cosidos lo que lo complicaba, mi rostro en el espejo se veía aterrador, estaba algo pálida y con los labios cosidos, parecía un cadáver, una momia en el peor de los estados.

―A nadie le agrada más que a mí que no hable, pero deberías...

Mak hizo una seña de tijeras con sus dedos índice y medio y fingió que cortaba unos hilos inexistentes en sus labios, Akbal soltó a Hikki y salto hacia Mak, abrazándolo y besándolo. Fue un beso desesperado, cargado de amor, eléctrico incluso. Yo volví a intentar gritar emocionada y confundida, pero ¡no podía! Mire a Ilka.

―Gracias ―dije abriendo mi boca y haciendo gestos para relajarla.

―Te extrañe ―le dice Akbal a Mak y esté le besa la nariz.

―No más que yo a ti ―le responde y yo muero de ternura.

― ¿Cómo es que no me dicen? ―pregunto lanzando una de mis almohadas, la cual Mak atrapa en el aire.

―Intente... ―Mak cerro la boca y me miro con una expresión molesta.

― ¿Sigues molesto?

― ¿Hablaste con él?

―Es que no lo entiendes...

En Välitä

Le dio un beso corto a Akbal y salió, mientras yo busque mi celular, intentando ver que había dicho.

―Que no le importa ―susurra Ilka a mi lado.

Dejo de buscar sintiéndome cansada, Akbal se queda observando la puerta, Ilka mira sus muy doradas y asombrosas uñas y yo no sé qué más hacer, no quiero que siga molesto conmigo, él me importa, ¡esto no es culpa mía! Fueron mis muy inexpertas hormonas... y no es tan sencillo.

―No sé qué decirle ―acepto y ambas me miran―, no es como que pueda decirle que no puedo hablar con Asier porque se trata de Draco.

Akbal se levanta y sacando sus alas vuela a mí.

―Solo quiere que aclares tus sentimientos, ¿con quién deseas estar?

Las miro mordiendo mis labios, no tengo tiempo para esto, debo enfocarme, y aun así la situación parece perseguirme, es como si el condenado de cupido quisiera darme deseos de seguir con vida.

―Tal vez lo que sientes por Draco no es real.

Miro a Ilka sin dar crédito a sus palabras, ¿está diciéndome que él puede crear este tipo de sentimientos en mí?

Ella niega luego de que pregunte en voz alta.

―Me refería a que tal vez lo idealizas, estabas enamorada de él cuando eran niños, fue tu primer amor ¿no?

Draco, el bosque bromista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora