HORRIBLES ATADURAS.

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Cerca de mí, no hay más que lejanías

_Antonio Porchia.

Había encontrado algo más que un hermano en todo el camino que me había forjado tras mis imprudencias, estaba demasiado, agradecida, la vida me había dado tanto, la muerte se había empeñado en quitarme un sinfín de personas, pero la vida seguía obsequiándome seres preciosos como Mak, que robando las palabras de mamá iluminaban mi camino, mi vida, mi existencia, y la hacían menos dura y vacía. No fue fácil alejar a la muerte de Mak, ella estaba atrapada ante su presencia, descubrí que es uno de sus favoritos, ella se había encargado de favorecerle demasiado, se lo hizo saber y él hecho de que su belleza y personalidad fueran caprichos de la muerte fue demasiado para su ego. Así que luego de que le dijera "No harás que crea que todo mi encanto esta dañado".

Permití que la muerte viera a Victoria, realmente odiaba a esa mujer, pero no pensaba soltarle sin estar segura de que no volvería. Mi vida parecía mantener un ritmo, algo en mí no está dispuesto a dejar el odio a un lado, parece ser vital en mi querer que otra sufra y pague, supongo que eso inspiro un poco el nombre que la muerte me otorgo. Pensé en dársela, pero al verla ya no la quería, al parecer Victoria debía morir y renacer, pero yo la había marcado y no solo en esta vida, si no por la eternidad, cada que su alma nazca sera fea y asquerosa, odiada por todos, temida por muchos, no estoy segura de que sobreviva mucho tiempo en cada una de sus vidas, la verdad cuando le maldije no creí tener tanto poder.

Al parecer mi odio me controla y yo estoy harta del sentimiento, es por ello que fui a ver a Rafael, y le pedí a la muerte unas horas, unas horas en las que él me recordará, para que me ayudará a dejar este ciclo, para que me guiara en un camino en donde odiar a alguien quedara atrás. Confundida creo yo al ver que me había dado más poder del permitido, acepto. Y luego de robarle un beso a Mak, nos dejó frente al consultorio de Rafael. Espero que Akbal no se enteré algo me dice que es bastante celosa.

Me encontraba demasiado nerviosa, debía cuidar mis palabras, debía limitarlas, y él debía ayudarme en tiempo récord. Pues no le volvería a ver.

―No te esperaba hoy ―dijo al abrir la puerta―, sigue pequeña, hablemos.

Entre más que nada porque Mak me empujó, él debía esperar por mi afuera.

―Felicidades, escuché que tu madre se casó, recibí la invitación, pero... tenía asuntos que atender, no podía ir.

―Fue una ceremonia hermosa, podrías llegar a la fiesta.

―Espero a alguien. Así que cuéntame, a que debo el placer de verte antes de tiempo.

No sabía por dónde empezar.

―Estoy en un ciclo de venganza constante y necesito parar ―él tomo su libreta electrónica, tome aire y continúe―, tengo demasiado odio en mí, y todo lo que mis acciones ante ello me traen es soledad y... perdida.

― ¿Cómo crees que debes pararlo?

―No lo sé, es decir, entiendo que debo detenerme, perdonar, ¡es tan difícil! Al verlos, recuerdo el daño que me hicieron y el que intentaron hacer a mi familia, sé que si hubiesen logrado su objetivo no habrían tenido piedad y lo único que mi mente me dice es ¿Por qué debes tenerla tu?

―Y aun así sientes que no eres tú la que habla, sino ese odio.

―Necesito detenerme, dime como lo hago.

―Se me viene a la mente una frase de una película que vi hace un tiempo... "Tú no eres juez, jurado, ni verdugo"

― ¿Y qué hago con el dolor atorado, con el enfado?

―El dolor nos forma, es nuestro maestro en la vida, nos muestra de que estamos hechos y nos guía, depende de ti, saber que camino tomar, tus acciones te obligan a vengarte y eso te molesta porque no es lo que eres, ¿Por qué no tomas otro camino?

―Porque no es lo que quiero ―él dejo su libreta a un lado, yo me levanté, no había notado cuando me senté en ese sillón―, regresarles lo que me hicieron, darles sufrimiento, que tengan un desenlace violento, es algo que disfruto ―no quise mirarlo, porque sabía que no estaba de acuerdo conmigo―. No soy la protagonista de un libro a la que pueden pisotear como desean y luego vive como si nada porque el perdón es bonito y se dice que es así como demuestras que eres una buena persona. Tal vez no sea un juez, o el verdugo, tal vez no esté en mis manos decidir que está bien o como lo pagaran, pero dime ¿para qué me dan las opciones si no me las van a dejar tomar?

―Charlotte ―me interrumpió―, tu misma lo dijiste, estas en un ciclo bañado en venganza, no saldrás de él pequeña sino cambias tu forma de verlo y le dejas ir.

Sé que él tiene razón, sé que Draco tiene razón, vi decepción en los ojos de la muerte y algo de orgullo también, vine con Rafael buscando que me detuviera, pero solo me ha dado lo que necesito, me ha ayudado a encontrarme a mí misma, y lo que soy es esto, venganza, odio, dolor. Nací en medio del dolor de una pareja que no podía estar junta a causa de un destino cruel, la muerte me forjo, mis pesadillas me alentaron, mi dolor me empujo y mi odio se acumuló a tal punto que no había otra cosa en mí. Victoria seria mi nuevo juguete eso no podía cambiarse, el padre de Draco obtuvo mi perdón por el simple hecho de que entendía mi dolor al haberlo vivido, Victoria sin embargo no merecía nada, ni siquiera el tiempo que le había sido otorgado, aquel en donde yacía tranquila e intocable en el lugar más tranquilo y solitario de mi mente. En el abismo mismo de los que morían a diario. Ella estaba en mi propio purgatorio, y yo no solo no la dejaría ir, sino que crearía una nueva casa de torturas, una que no le diera paz, un infierno caótico, traicionero y tétrico, eso era todo lo que ella merecía, la muerte no me hizo un Ker por diversión, lo hizo porque eso es lo que soy y puede que viva en un ciclo sí, pero es un ciclo que no me hace daño. Que me motiva.

A veces necesitas tocar fondo, y yo, no había encontrado mi limite aun, porque ¿Quién es feliz cuando deja de lado algo que quiso hacer? Siempre te queda el remordimiento, la incertidumbre, yo no quiero eso, y si no pueden entenderlo no es mi culpa, tal vez no sea yo la del problema, tal vez me ahogo porque me limitan, no nací para controlar mis sentimientos que bien, pues que sean libres entonces, que generen caos y destrucción ya causaran lo opuesto cuando sea necesario o tal vez no. 

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3. Un capitulo corto para descansar. 

Draco, el bosque bromista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora