SIN CORAZÓN.

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¿Puedes sentir mi corazón?

Se esconde como un fantasma.

—¿Quieres algo de comer, de tomar?

La voz de Logan me irrita, le odio tanto ahora, todo lo que necesito es tomarlo del cuello y arrancarle la piel lenta y dolorosamente, que viva para verse, ¡que se pudra! Aún con vida, sacudirle el cerebro y lavárselo con hipoclorito a ver si se le acomodan las ideas.

Mi mente sigue nublada, no logro hilar nada, puedo notar que ha llegado la noche, ¿pero de que día? No sé cuánto tiempo ha pasado.

—Van dos días.

Su respuesta me sorprende, no sabía que le había preguntado, ¿dos días? Cuantas criaturas han muerto.

—Necesito que dejes de resistirte, deja de devolverlos a la vida, no sé cómo le haces, pero te has llevado pocos y has de vuelto un montón —tocar la luz funciona, pensé—, debes entender que entre más te resistas más tiempo pasaras aquí y más vamos a tardar en recuperar lo nuestro. Tiny, ¿Cómo te vas a enamorar de mi si no me das tiempo?

Me sentí débil, asqueada, hambrienta, no como cuando desperté de los recuerdos, pero me acerco un poco. Necesito fuerzas.

—¿Podría comer? —pregunto, mi voz se escucha agotada y mi garganta se siente como si tuviera un montón de púas en ella.

—Ellos no quieren que lo hagas, fue difícil convencerlos, pero... todo lo que desees amor.

Una hora después había comido, pollo, arroz, un caldo que no recuerdo de que era, comí algo de chocolate y tomé algo con sabor cítrico. Logan intento conversar conmigo, el dolor aun late en mi espalda, pero parece perder intensidad, tal vez solo me estoy acostumbrado.

—Necesito bañarme, ir al baño.

—No sé si puedas, hueles fatal es cierto, pero —mira la puerta detrás de el—... ellos no quieren que puedas si quiera intentar irte.

—Ya me lo habías dicho, pero pude comer y no lo intente, solo... quiero un descanso, sentirme con vida.

—Veré que puedo hacer.

Luego de lo que me pareció una hora, estaba en una tina, dándome un gran baño con agua caliente, mi cuerpo adolorido se sentía un poco mejor, mi mente aún seguía trabajando, adolorida, agotada. Quería salir de aquí, pero ellos no me lo pondrían nada fácil, por eso no había sido tan tonta como para intentarlo, no sabía dónde me encontraba, observe el agua, está limpia, la he cambiado con la intención de darme un segundo baño, ya que no sabría si podría darme otro pronto. Mi piel se siente seca, odio la sensación, visualizo algunas cremas y aceites. Suspiro.

—Me gustaría hablar con Draco, con las gemelas, con alguien que... si llamo a un poglo, a... ¿cómo se llamaba? —suspiro—, extraño a Mak, a mamá —las lágrimas comienzan a brotar descontroladas—, Asier espero estés bien, Kara —mi voz se rompe—, mi pequeña dragona, ¿Por qué no puedo al menos tener esa tonta foto que tomaste?

Enjuago mi rostro, sintiéndome un poco mejor, observo parte de mi reflejo en el agua, bastante distorsionado por mi cuerpo. ¿Sabría el padre de Draco que esto pasaría? ¿les sintió llegar? ¿les permitió hacerlo?

Mientras me aplico aceite de coco en el cuerpo observo el reflejo de mi espalda en el espejo, hay una enorme cicatriz, se parece mucho a una runa... pero no puedo visualizar su forma.

Horas más tarde, he vuelto a comer, me han vuelto a amarrar en la silla, una mujer entra.

—Hora de cooperar.

Entrecierro los ojos, deseando que se queme viva frente a mí. Que su cuerpo se derrita como lo hacía mi familia en mis pesadillas. Mi familia...

—Un incentivo —continúa diciendo, sonriente y señala la puerta.

Draco, el bosque bromista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora