Júpiter
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- ¡Hey niña!
Levanto la mirada y veo a un chico como de unos veintitantos, muy guapo, cabello castaño claro, ojos de un hermoso azul, tiene un rostro cincelado y perfecto, me bajo del escenario y me pongo frente a él con una sonrisa tímida.
-Ese piano muñeca, es demasiado caro como para que le pongas tus curiosas, pequeñas y pelirrojas manos encima -Sonrío con el comentario y me miro mis manos a ver si son pelirrojas.
-Lo siento, es solo que soy fan de ellos y no pude evitarlo, pero no lo alcance a tocarlo.
-Bien más te vale, mucho gusto muñeca, soy Eider, ¿Y tú? -Se para frente a mí y me estira su mano y yo la recibo amable.
-Un gusto, soy Júpiter.
- ¿Júpiter? ¿Cómo el planeta? ¿Enserio? -Vuelvo a sonreír.
-Si, como el planeta -Asiento.
-Bueno Júpiter, pues encantado, y dime ¿Que necesitas?
-Estoy buscando a mi mamá, me dijo que estaba aquí.
-Tengo al personal en la cocina, te voy a dejar pasar por única ocasión, pero no puedes estar aquí si no eres trabajadora, ¿Ok?
-Ok, muchas gracias -Corro hacia donde me indica con la mano que esta la cocina.
- ¡No corras joder! -Me grita y yo empiezo a caminar sonriendo.
- ¡Ok! -Con precaución abro las puertas dobles de la cocina y asomo la cabeza, hay mucha gente, pero mamá luego, luego me observa y se acerca, se despide y salimos caminando juntas del lugar.
-Y bueno, pues con la novedad que ya comencé a trabajar, a partir de hoy seré una mesera en este lujoso restaurante, ¿Qué te parece? -Se cierran las lujosas puertas negras del ascensor.
-Que increíble mamá, te felicito.
La abrazo y seguimos caminando, salimos del elegante edificio, caminamos una cuadra más y tomamos el bus para ir a casa, comemos después de preparar juntas la merienda, subo a mi cuarto y realizo las tareas pendientes, como a las 7 mamá sube a decirme que Oscar está en la puerta, y que ella saldrá a comprar unas cosas en el súper, reviso que mi delineador este bien hecho y coloco poco brillo labial.
Bajo corriendo las escaleras para encontrarme a Oscar bajo el umbral de la puerta recargado en un muro de esta.
Oscar siempre fue mi amor adolecente, me gustaba y me sentía muy atraída por él, durante el colegio siempre me coqueteaba y me sonrojaba, pero si me hacia su novia no podría seguir de romper corazones, eso me decía Roisin, a ultimas de año se me declaro y yo acepte feliz, él era algo así como el chico popular y cuando lo vieron entrando de mi mano a otro día en el colegio me gane a muchas enemigas que ni siquiera conocía.
-Hola nena, ¿Qué hacías?
-Hola, pasa, nada estaba recostada escuchando música.
Me da una vista de abajo hacia arriba, esa costumbre tiene, pasa y cierra la puerta detrás de él, me siento en el sofá y el junto a mí, me pone un brazo en el hombro en forma de abrazo y me pega a él, cuando quiero decir algo ya es tarde, me está devorando la boca.
Une sus labios a los míos y comienza a moverlos, se lo correspondo pues cuando Oscar me besa así, siento muchas hormiguitas por todo el cuerpo.
Chupa mi labio e introduce su lengua en mi boca, me aprisiona más en sus brazos y su mano libre la pone en mi muslo izquierdo, sigue devorándome la boca con muchas ganas, su respiración se hace más pesada y su mano comienza a subir por mi pierna, la mete lentamente debajo de mi falda y la deja ahí un ratito dándome leves apretones, yo tengo ambas manos en su pecho, me suelta la boca y comienza a besarme el cuello.
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Corazones Rotos
RandomQuien diría, que abecés el amor llega a nosotras desde el mismo infierno para acerté arder en él, y quien diría, que abecés somos tan masoquistas, que lo único que queremos es vernos envueltas en esas llamas con los brazos de un demonio acunándonos...