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Lucifer
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Estoy que hiervo del maldito coraje.
¿De dónde fregados esos dos son amigos? ¿Y por qué precisamente con ese imbécil?
¿Que no se supone que tiene novio y lo quiere mucho? bonita fregadera con ella. y también yo soy un idiota.
Mira que exhibirme así delante de ella. ¿Para qué? ¿Para qué se dé cuenta que me importa más de lo que debería?
—Vamos al tocador. —Se levantan Emma y Helen para irse.
—Me puedes explicar ¿qué fue lo que te paso? —me dice René ya que estamos solos.
—¿Qué quieres que te diga?, ¿Qué no viste?
—Sí, y por eso te lo pregunto, te desconocí completamente, ¿quiénes son ellos?
—Él es el pendejo de Dylan Brenan, ya te he hablado de él.
—¿Y ella?, porque creo que tu problema no es el, es ella.
—Su nombre es Júpiter.
—¿Júpiter?, ¿Cómo el planeta? —lo miro irritado, no estoy de humor para estupideces—. Vale, ¿y que hay con la preciosa chica?
—No lo sé. —Me mira alzando una ceja—. Tenemos algo ella y yo.
—¿Están juntos?
—Sí.
—¿Y porque estaba con él?
—Eso quiero saber yo.
—Bueno tal vez por la misma razón que tú estabas con Emma. —Lo miro mal—. No tienen nada serio ni formal eso es obvio. Si tú puedes salir con otra chica, ella puede hacer lo mismo ¿no crees?
—Pues se supone que bajo esa regla he vivido, hasta ahora, no quiero verla con Brenan y no la quiero con el corriente, si está conmigo no necesita a ningún otro.
—No me digas. —Ironiza y luego lo piensa antes de hablar— pues, joder, es hermosa Lucy. —Continúo ignorando su pendejo comentario.
—Me gusta estar con ella, saber un poco más de ella, hasta me presento a su mamá.
—¿Te presento a su mamá?, no inventes, ¿qué no se supone que tú le huyes a todo eso?, ni siquiera has tenido una presentación formal con los papás de Emma.
—Ya lo sé. —Mi primo me levanta las cejas en señal de asombro—. Te puedo jurar por lo que tengo que fue algo diferente y no sé cómo explicártelo, nunca había sentido lo que sentí con ella, nunca había estado tan desesperado por alguien, y ahora llego y la veo ahí tocando y cantando y de sobra con Dylan, ¿qué hace con él?
—Haber, vamos por partes, ¿Sientes algo por ella? —Me pregunta y yo arrugo las cejas
—¿Qué?, no, solo me gusta y ya. Aparte tengo otra teoría sobre ella.
—¿Cuál?
—De todo lo que he investigado con respecto a mi situación, descubrí que hay alguien para mí. Mi ancla.
—¿Ósea cómo?
—¡Sí!, se supone que soy el mal encarnado y toda esa mierda, bueno pues leí que el cielo envió un regalo para moderar al hijo de satanás.
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Corazones Rotos
RandomQuien diría, que abecés el amor llega a nosotras desde el mismo infierno para acerté arder en él, y quien diría, que abecés somos tan masoquistas, que lo único que queremos es vernos envueltas en esas llamas con los brazos de un demonio acunándonos...