Corazones Rotos

capitulo 14

Tercera persona omnisciente

Octubre de 1998

Mónaco, Europa.

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Mónaco es el principado más pequeño de Europa así como el segundo país más pequeño del mundo, pero no por eso es menos importante, todo lo contrario.

Decimos el Príncipe de Mónaco y no el Rey de Mónaco porque reina sobre un principado y no sobre un reino.

Más allá de las razones políticas se debe al hecho de que Mónaco es un estado independiente dentro de un estado soberano.

Así, la política del país está fuertemente influenciada por esta última.

Los príncipes de Mónaco son Alberto II y Catalina su esposa, tuvieron dos hijos varones dentro de su matrimonio.

El mayor es Alex III casado con Laila y será el próximo príncipe cuando su padre muera, este matrimonio no ha tenido hijos aun.

El segundo hijo del príncipe es Liam II casado con Fiona, en su matrimonio ya hay una hija de 14 años de edad, Ardal.

Pero esta joven no lleva la sangre de la familia real, es hija solo de Fiona y Liam la adopto apenas teniendo 2 años de edad cuando decidió formar una familia con Fiona, esta pequeña familia está en la espera de su segunda hija pero primera nieta de los príncipes Grimaldú de Mónaco.

El príncipe Alberto en una ocasión recibió una visita muy peculiar en su palacio, era el líder de la mafia rusa, ya había tenido ciertos altercados puesto que el mafioso que introducir mercancía a su país y el príncipe no se lo permitió.

—Príncipe Alberto, es un placer verlo al fin en persona— Le saludo el ruso muy extrovertido y feliz, el príncipe trago en seco y se le planto firme pero a la defensiva.

— ¿A que debo el honor de tu visita?

—Sabes porque estoy aquí, vengo a renegociar contigo.

—No hay cantidad de dinero que me interese, no dejare que consumas mi país, no permitiré que la delincuencia y las drogas se alberguen aquí con mi gente.

—Eres un excelente príncipe ¿ya te lo había dicho? como sé que no vas a cambiar de decisión quiero hacerte otra propuesta, tengo un hijo, a mi heredero, el solo tiene apenas 8 años, es un polluelo, pero te aseguro que desde ya se está preparando para ser el mejor de todos.

Esas palabras hicieron que el príncipe tragara en seco, no sabía que pretendía el ruso, pero sabía que no era nada bueno.

— ¿Y eso a mí y a mi país en que nos afecta?

—Oh no en nada de hecho, al contrario, mi propuesta es la siguiente, casare a mi hijo con una de tus herederas, así cuando tú ya no estés, el podrá gobernar el país.

—Estás loco, ¿Qué te hace pensar que voy a aceptar? Además, por si no lo sabes, yo no tengo herederas, mis 2 hijos son lo bastantes adultos y para tu mala suerte ya están casados, la única nieta que lleva mi apellido no lleva mi sangre, por lo tanto ella no gobernara.

—Ah pero viene una en camino ¿No es así?

El príncipe alzo el mentón y no respondió.

«Claro que si, Liam tu hijo, tendrá una hija en unas semanas, ella será la futura princesa de Mónaco cuando tu reinado y el de tu hijo Alex terminen»