Júpiter
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Me doy mi baño diario, después de responderle a Lucián los buenos días.
Ayer tuvimos un momento un tanto extraño, me confeso muchas cosas y aunque sea complicado de entender le creo todo lo que me dijo, no es extraño saber que hay personas que hacen pactos satánicos ni nada de eso.
Y por otro lado esta su aura, él es un hombre diferente al resto, su temperamento, el cómo sus ojos brillan cuando está demasiado excitado, o molesto, todo en él es muy diferente. No me da miedo, por el contrario, el hecho de que todo eso esté relacionado con él y su vida me hace adorarlo más
Aunque lo quise muchas veces, nunca imagine que llegara el día en el que él y yo tuviéramos una relación formal, mucho menos que me convirtiera en su novia oficialmente. Ni en mis sueños más locos imagine algo como esto cuando lo conocí, no niego que capte su coqueteo pero no pensé que se tomaría tantas molestias conmigo y mucho menos que terminaríamos jugando a casarnos.
Bajo a desayunar con mamá y Dylan toca la puerta, abro y doy un grito de emoción, consigo trae a un gatito, pequeño, blanco con rallas grises oscuras, como un pequeño tigre.
—Que precioso Dylan —lo tomo y lo acaricio.
—¿Te gusta?, no estaba muy seguro si lo querías o no —mamá se acerca a acariciarlo.
—Es un precioso, me encanta, gracias —le doy un beso en la mejilla suave y sonríe encantado, dejo al gatito en el sofá, pero primero le indico donde le deje su lechita, me despido y salgo con mi amigo, me llevará a la universidad, se ofreció y no quise rechazarlo ya que me siento en deuda con él.
No puedo portarme mal después de lo que sucedió. Pienso si apartarme o no, pero es que siento que debo compensarlo por lo que le hice.
—¿No se te hace tarde? —le pregunto ya estando en la camioneta, intenta tomarme la mano y me aparto con cuidado.
—No, hoy tengo tiempo, cuando no pueda venir te lo avisaré antes para que te prepares con tiempo, pero no serán muchas veces, te lo advierto —sonrió con su comentario, me gusta pasar tiempo con él. Dylan es un excelente amigo y como persona es el mejor del mundo. Pero necesito poner ciertos límites porque no quiero otra disputa con Lucián.
Oficialmente ahora soy su novia, me dio lo que tanto le pedí y no quiero echar a perder esto que tanto nos costó tener.
—¿Cómo le pondrás al gato? —lo miro con detalle, Dylan es robusto de rasgos bellos y varoniles, imposible no admirarlo. Pero no como mi Lucián.
—No lo sé, en el día lo pensaré y te aviso, tiene que ser un nombre muy especial.
—Estoy de acuerdo, hoy tendré práctica aérea con mis tenientes, así que si no me comunico contigo será por esa razón ¿ok? —asiento un poco extrañada con su actitud.
—Muy bien, no te preocupes por mí, estaré bien y tampoco tienes que informarme de tus actividades Dylan, eres libre, recuérdalo.
—Ya lo sé, pero me gusta estar cerca de ti, me gusta esta conexión que tenemos, aunque tú te resistas, ya te lo dije antes, no voy a darme por vencido contigo.
Cuando se declaró así tan abiertamente delante de todos, delante de Lucián, dude un poco pero lo pensé rápidamente, no podía decirle que no delante de todos, se burlarían de él, y dirían que soy una grosera sin corazón, no podía lastimarlo así.
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Corazones Rotos
RandomQuien diría, que abecés el amor llega a nosotras desde el mismo infierno para acerté arder en él, y quien diría, que abecés somos tan masoquistas, que lo único que queremos es vernos envueltas en esas llamas con los brazos de un demonio acunándonos...