|| Cap 6 ||

22 2 1
                                    



—Abuelo, es un gusto verlo y que se encuentre con buena salud. —En el fondo de mi corazón, solo quería ver a este zorro con cara de bulldog muerto.

—Tu tío Hitoshi me estaba comentando algo muy importante. ¿Es cierto que estarás presente mañana en el anuncio del rey?

Su voz se intensifica al preguntar, por lo que todos los presentes se detienen y callan para escuchar mi respuesta. Mis padres se acercan un poco más para brindarme un poco de apoyo.

—Sí, como deben saber por la constante comunicación de mis acciones por parte de mi tío. —Miro desafiante a Hitoshi— Soy la protegida del comandante Barrax, logrando en estos años ganarme el privilegio de ser la nueva escolta militar del rey Farjam, siendo la encargada de transportar instantáneamente a las tropas del rey al punto de encuentro con los ángeles.

Todos comienzan a susurrar; se preguntan qué planea el rey, qué quiere comunicar y por qué eso tiene que ver con los ángeles. Entre el ruido de la familia discutiendo sus teorías, Kenshin de un chasquido cierra el hocico de todos con su magia. —¿Y quién tiene el poder de determinar que tú eres capaz de eso? Solo eres una hellhound, no es por menospreciar a mi hija, pero dudo que su engendro pueda lograr tanto. No puedo creer nada de esto. Solo quieren engañar a este viejo zorro, ¿verdad?

El anciano me estaba irritando tanto que mis garras me pican con la necesidad de cortar su garganta, pero al voltear a ver a mis padres, mi madre me guiña un ojo. Esa era la señal de ignorar lo que sucede, aunque odio ese gesto con toda mi alma, sabía que lo hacía por algo.

—Yo creo que solo te están lamiendo las patas porque eres una bestia obediente y que no duda de nada de lo que te dicen. —Dice Shiori—. Todo debe ser mentira solo para no hacerte llorar, jajaja...

Todos se reían. Sí, yo lloraba por todo. Puede que aún me pase en algunas ocasiones, pero veía mi sensibilidad emocional como un argumento estúpido, un supuesto impedimento para mi desarrollo en habilidades.

—Los demonios de ahora no son como los de mi época; no hay valor, no hay fuerza. A cualquier inútil le dan privilegios en lugar de verdaderos prodigios. ¡Qué falta de respeto a nuestros ancestros! —Dijo mi abuelo mientras sostenía una calada de tabaco en sus pulmones.

Mi abuelo se reía, perdiendo aire por su incapacidad para respirar correctamente. —Es una lástima que no me creas, abuelo. Sea una hellhound o no, también soy tu nieta, tu sangre, y llevo la magia negra en mi sangre y alma. Pero si tanto te molesta mi clan, supongo que no tendrás problemas en que mis logros como militar y más sean solo de los hellhounds. No quisiera que mis insignificantes logros manchen al clan que tanto te costó mantener. —Dije en voz alta, cortando sus risas.

Rojo de ira, saca el humo que inhaló por su nariz como si fuera un toro, y con furia me responde. —No me respondas, maldita mocosa. A mí no me interesa de qué clan seas. Solo quiero logros, ¡no mentiras ni humillaciones como tu primo Makoto!

Makoto, un primo muy querido y el equivalente masculino de mi hermana en belleza, era sumamente atractivo y, lamentablemente, como mi hermana, esa era su única virtud. Sabía que no le había ido bien en la vida, pero me impresionaba esta reacción por parte de mi abuelo. —¿Y qué tiene que ver? ¿Qué le pasa a mi primo?

Todos miran a los lados, buscando un escape de la situación, una vez se dan cuenta de que dijo algo indebido a la persona equivocada. Mi tío Osamu, padre de Makoto, se acerca furioso a mi abuelo. Se estaban gritando sobre el comentario, y de pronto, todos los hijos se acercan para gritarle a Kenshin, mientras mi abuela intenta calmarlos sin éxito. Mi padre trata de apartarme del lugar tomando mi cola y jalándola poco a poco para sacarme de la zona de conflicto.

Demon withinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora