Time skip 2 meses
El tiempo pasa de manera vertiginosa. Los días se sienten monótonos, carentes de sentido. Me he sumido en una sensación de inutilidad que me cuesta sacudirme. Fui ascendida a coronel en el ejército, y estoy a solo un paso, unas cuantas evaluaciones más, de ser considerada para el puesto de comandante.
Incluso en mi ausencia, mis decisiones estratégicas a distancia han inclinado la guerra a nuestro favor. Casi el 45% del territorio de las bestias ya nos pertenece. Solo nos falta conquistar una buena porción del sur, aunque la barrera rocosa sigue siendo un impedimento para nuestro avance. Aun así, tenemos la posibilidad de que esa línea se convierta en nuestra frontera con Melfare, lo que sería un logro histórico. Desde la primera gran guerra, nuestro territorio no se había expandido ni la cuarta parte de lo que hemos logrado ahora.
Quizá lo único que se necesitaba era un buen gobernante para hacer esto posible. Aunque fui yo quien inició la guerra, fue el rey Farjam quien permitió que se extendiera. Él me da órdenes, y yo las sigo. Si estas estrategias tienen algún peso o valor, es por su visión. Farjam, siempre en las sombras, como una figura enigmática, manipula los hilos de la guerra, asegurándose de que todo funcione según sus designios.
Él ha sido quien ha decidido qué territorios debo conquistar, a quiénes matar, cuántos dejar vivos y quiénes deben ser ejecutados en un evento que llama "Justicia Tenebrosa". Se celebra en un coliseo erigido en el círculo de la violencia, y en este festival demoníaco se asesinan prisioneros de guerra, tanto soldados como civiles. Por un módico precio de 50 juls, cualquier demonio puede matar a una bestia; por 80, a un híbrido; y por 150, a un ángel.
Al pagar por el derecho a depredar a uno de ellos, los demonios son llevados a un vestíbulo donde esperan junto a otros que han pagado. Luego, las víctimas son sacadas al coliseo, identificadas con collares de cuero que llevan los colores de sus respectivos reinos: verde para las bestias, violeta para los híbridos, y celeste para los ángeles.
Aquellos que no pueden pagar por la matanza pueden subir a las gradas del coliseo por solo 5 juls, y desde allí, observan cómo los demonios, quienes sí pagaron, hacen un espectáculo visceral y cruel al masacrar a los prisioneros. Es peor que un crimen de guerra, pero es una forma efectiva de desahogar la frustración del pueblo por el desgaste que la guerra ha traído.
Muchos de los que pagan para matar lo hacen con un objetivo claro. Han perdido a un familiar en las garras de algún ser de una de esas razas, y ven en este ritual sangriento la oportunidad de vengarse, incluso si el prisionero en cuestión es inocente de esa muerte. A los demonios solo les importa la especie, y al ejecutar a uno de esos seres, sienten que están vengando la pérdida de alguien que amaban.
No podemos ocultar el sol con una garra. Aunque el pueblo no lo sabe con exactitud, Farjam ha manejado muy bien el encubrimiento de la información. Sin embargo, hay que admitir que esta guerra está cobrando la vida de demasiados demonios. Tantos, que jóvenes que apenas comenzaban sus carreras militares ya han sido enviados al campo de batalla, y aquellos que lograron regresar de la muerte fueron enviados de nuevo a pelear. Esta guerra da la impresión de entregarnos mucho, pero en realidad, con menos bocas que alimentar, es obvio que ahora tenemos más recursos. Si hubiéramos mantenido nuestra población intacta, esta guerra sería una pérdida a largo plazo. La tasa de mortalidad ha sido lo que ha permitido que todo lo conquistado, todos los tesoros y recursos externos, sean viables a futuro.
Sin embargo, esto debe terminar en algún momento. Aunque no lo hará hasta que Farjam lo decida. A pesar de todo, lo considero una figura paterna. Incluso a la distancia, ha procurado mi bienestar, mi salud, mi educación y formación. Ha creído en mí, y ahora, siendo casi como una hija para él, considera a la camada que espero como sus nietos. Me da tantos mimos como lo haría un abuelo ansioso, pero debajo de esa fachada puedo ver la realidad. Él solo se asegura de tener bien manipulada a su máquina de matar, encadenada a sus decisiones.

ESTÁS LEYENDO
Demon within
FantasyEn un mundo dividido, el odio que consumió el alma de una joven es la gota que derramó él vaso, Desató y terminó a la fuerza, una guerra sangrienta termina por llegar al límite de todos los involucrados, no pueden seguir, pero la desconfianza y des...