Con un par de sacudidas, retoques en mi chal y peinado, estoy lista para seguir como si nada. La medicina estaba haciendo efecto, así que la migraña dejaba de segar mis sentidos y estabilidad.Con la frente en alto, la cola alzada y pasos delicados, me acerco a mis padres, quienes se encuentran al pie de las escaleras que llevan al segundo piso del palacio.
—Te ves bellísima —dice mi padre una vez me posiciono a su lado.
Solo atino a sonreírle sonrojada como respuesta. Estaba nerviosa, pero mi migraña, aunque leve a este punto, engañaba mis sentidos impidiendo que me afectara demasiado.
Un par de guardias abren una gran puerta al son de las trompetas, anunciando a los presentes la llegada de la familia anfitriona.
Las multitudes se aglomeran detrás de nosotros para presenciar el acontecimiento.
La primera en aparecer es la matriarca del clan, la más poderosa del infierno después del mismísimo rey: Cowa, la Condesa del Fraude. Es la más vieja entre todos los condes del infierno, incluso más vieja que el rey, con envidiables 290 años. Tuvo solo 8 hijos, los cuales se reparten la responsabilidad de cada anillo del comercio de fraude.
Esta noche, con orgullo, ella presenta a su primogénito, Bazal, el responsable de llevar el liderazgo de todo fraude, pues Cowa ya es demasiado vieja para hacerse cargo de ese trabajo. Pronto él la reemplazará como conde de este círculo del infierno.
Y detrás de ambos poderosos y orgullosos estaba mi futuro esposo... Cierro los ojos rezando a Tenebris que mi prometido no sea tan grotesco como tantos otros demonios presentes, o al menos que no sea difícil verlo a los ojos.
Mi madre me da un codazo en el costado para que levante la mirada y abra los ojos, así viendo a un joven elegante, delgado como un galgo, con pelaje color chocolate amargo y un brillo dorado, con unas marcas negras en los ojos muy distintivas. Lo vi fijamente, atónita. Muchos padres buscan esas marcas en sus hijos, a menos que sea maquillaje; esas marcas son algo que realmente deseaba en mi descendencia.
—Mira, tiene las marcas de Tenebris. ¿No es hermoso? —dice mi madre susurrando a mi oreja.
—Sí, lo vi...
Esas marcas en los ojos son las mismas que tiene Tenebris en los suyos. Muchos creen que es una tontería, pero yo puedo confirmar que nuestro amado dios las lleva en su divino rostro. Casi sentí como si estuviera frente a él, pero la ridiculez de ese pensamiento se desvanece cuando veo cómo los tres nobles bajan a nuestro encuentro con una elegancia y orgullo comparables a los de los ángeles.
Al estar frente a frente, todos intercambiamos sonrisas como un saludo cortés y delicado. Todo parecía normal hasta que Cowa, con una señal de su oreja, hace que su hijo y nieto se arrodillen frente a nosotros.
Ese gesto dispara suspiros de incredulidad y sorpresa entre todos los presentes, pues está reservado para los demonios más poderosos e influyentes, no para miembros de un clan o nobleza baja.
—Es un honor y privilegio estar en presencia de los progenitores de la demonio más poderosa del infierno... —dice Cowa, con su mirada temblorosa por el peso de su edad, mirándome con una sonrisa, aún reverenciado—. Artemisa Hellhound, es un orgullo, una alegría y paz para mi vieja alma, saber que mi amado nieto, futuro conde de mi gran legado, tenga el privilegio de tomar tu zarpa en matrimonio...
Grim se levanta y camina hacia mí. Hago lo mismo, acercándonos, mirándonos fijamente. Mi corazón late fuertemente. Este sentimiento no es miedo, no es ansiedad... Al ver sus ojos dorados como el sol, siento una gran calidez en mi interior.
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Demon within
FantasyEn un mundo dividido, el odio que consumió el alma de una joven es la gota que derramó él vaso, Desató y terminó a la fuerza, una guerra sangrienta termina por llegar al límite de todos los involucrados, no pueden seguir, pero la desconfianza y des...