| • ° † 𝓥𝓮𝓬𝓲𝓷𝓸 𝓡𝓾𝓲𝓭𝓸𝓼𝓸 † ° • |
❞𝐎𝐛𝐬𝐞𝐪𝐮𝐢𝐨𝐬❞
Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ: 48
Había pasado todo un mes desde lo sucedido con aquella chica, la cual no se había aparecido por aquí otra vez, ya que Tobirama le había advertido que si volvía él mismo se iba a encargar de sacarla de aquí, y creo que eso le causó algo de miedo pues no se ha aparecido por aquí, y es mejor así, además, durante todo este mes, Tobirama, se había encargado de darme algunos obsequios, eso sí, cuando no me daba obsequios me llevaba a cenar o a dar una vuelta por el parque, la verdad es que jamás ví a Tobirama siendo un romántico, pero admito que me gusta así.
Pero también extraño a ese Tobirama gruñón aunque no lo soporte a veces, me gusta cuando frunce el ceño haciéndolo ver más malote de lo que aparenta, de alguna manera lo hace ver sexy y no puedo negar que se ve tan jodidamente bien, tan apetecible, pero por supuesto que no puedo decirlo ya que no soy de esas chicas que en cuanto tienen la oportunidad ya se están ofreciendo como unas putas, al menos yo sé controlarme, pero mi mente no, ya que en mi mente ya hemos hecho de todo, y la imagen de su cuerpo al desnudo desde aquella primera vez, no sale de mi cabeza.
Intento no pensar mucho en ello todo el tiempo, pero Tobirama no ayuda en nada, creo que a veces lo hace a propósito para que lo vea y mi mente sólo pueda pensar en una sola cosa, y ese sea Tobirama sin nada, y aunque me guste la idea de recordar aquel día como si hubiera sido ayer, no es posible porque en algún momento puedo soltar alguna cosa que tenga que ver con mis pensamientos cochinos y tanto Tobirama como Hashirama podrían escucharme, incluso podría decírselo personalmente a Tobirama y me vería como una grandísima loca que se lo está comiendo con la mirada y le hace de todo con el pensamiento.
Era mejor callarlo y hacer como si nada hubiera pasado por esta mente tan pervertida. Llegue algo tarde a casa el día de hoy debido a un pesado trabajo que me había puesto el señor Kim, y si no hubiera sido porque Hashirama le había dicho al señor Kim que me sentía algo mal, yo aún seguiría allá como él, sólo por eso es que llegue sin Hashirama a casa, y no me gusta que el señor Kim esté haciendo trabajar de este modo a Hashirama, pero no puedo decirle nada porque podría despedirme y conseguir otro trabajo no sería muy bueno.
—¿Y mi hermano? —preguntó Tobirama saliendo de la cocina con una taza en su mano derecha
—Se quedó en la empresa —me senté en el sofá soltando un quejido —Volverá en unos minutos —lo miré —O al menos fue lo que dijo el señor Kim —cerre mis ojos para descansar un poco
—El señor Kim, ¿Eh?
Abrí mis ojos para verlo con el ceño fruncido; cada vez que hablaba de esa manera no significaba nada bueno, sabía que algo estaba tramando pero era mejor no preguntarle nada porque podría molestarse más de lo que ya estaba comenzando a hacerlo, además de que sabía de sobra que el señor Kim jamás le agradó porque tanto a su hermano como a mí nos hacía salir del trabajo muy tarde, y la verdad es que a mí tampoco me gustaba salir tan tarde del trabajo, porque terminaba muy cansada.
—Antes de que lo olvide —se sento a mi lado cambiando su tono de voz a una más suave —Toma —me extendió una cajita
—¿Otro obsequio tuyo?
Él asintió dedicándome una sonrisa, la cual le devolví mientras abría la cajita. En esta estaba un hermoso collar con mi nombre, no podía creer que Tobirama haya sido capaz de mandar a hacer un collar con mi nombre, era el mejor regalo que me pudo haber hecho durante todo este mes, eso sí, todos sus regalos me habían gustado como nunca, pero este, superaba a todos los que me había dado, no tenía palabras para describir lo bien que me hizo sentir dándome este regalo, ni siquiera para describir lo mucho que me había gustado, sólo pude abrazarlo demostrándole que me había gustado y que estaba agradecida con él.
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| • ° † 𝓥𝓮𝓬𝓲𝓷𝓸 𝓡𝓾𝓲𝓭𝓸𝓼𝓸 † ° • | 𝐓𝐨𝐛𝐢𝐫𝐚𝐦𝐚 𝐒𝐞𝐧𝐣𝐮
FanfictionQuizás el haber llegado a ese vecindario no había sido lo mejor que pudo haber hecho. Para Tobirama era gracioso tener que molestarla, hasta que se dió cuenta de que aquello era lo mejor para él. Entre tantas molestias ella fue siendo lo mejor que l...
