-Ya te lo he dicho. No pienso ordenar esta mierda - dijo, apoyándose contra la pared y cruzando los brazos.
-Tú mismo, pero te vas a aburrir mucho toda la noche cruzado de brazos.
-Seguro que encuentro alguna forma de entretenerme.
Sophie puso los ojos en blanco y se dirigió a una torre de libros. Empezar por ahí sería lo más fácil. Sacó su varita e intentó que éstos se levantaran en el aire, pero no ocurrió nada. Lo intentó de nuevo y, al ver que nada ocurría, frunció el ceño. Oyó la risa de Malfoy detrás de ella. Lo de trabajar sin magia iba en serio. La profesora se las había arreglado para que tuvieran que realizar el trabajo con sus propias manos. Suspiró y agarró el primer libro. "Mil hierbas mágicas y hongos". Lo colocó en la estantería y fue hacia el siguiente.
A los veinte minutos ya había completado toda la estantería de los libros de primer curso. Esto era agotador. Y más sola. Miró a Malfoy, que seguía en el mismo sitio, mirándose las uñas, y levantó la ceja.
Soltó aire y se dirigió a otro montón de libros. Maldito Malfoy.
El resto de los libros fueron más rápidos de ordenar, ya que la mayoría no estaban en el aula y los tenían los alumnos en sus habitaciones para estudiar. Satisfecha por haber terminado con parte del trabajo, miró la habitación. Comenzó ordenando los calderos, aunque le costaba desplazarlos, debido al peso. Uno de ellos se le resbaló y casi le cayó en el pie. Detrás, la chica escuchó a Malfoy riendo y le dedicó una mirada llena de odio, levantándole el dedo corazón. El chico seguía mirándose las uñas mientras sonreía y Sophie no lo soportaba más. Agarró una de las cucharas de madera y se la lanzó a Malfoy, dándole en la cabeza.
-¡Ey! ¿Estás loca? ¡Eso duele, pedazo de estúpida!
-¡Me importa una mierda! Ponte a ayudarme de una maldita vez o te juro que...
-¿Me juras qué, Slumber? - le desafió.
-Te juro que me pasaré la noche rompiéndote la nariz toda la noche a base de patadas, Malfoy. Y aquí no está Harry para detenerme ni tu novia para ayudarte.-Antes de que me vuelvas a tocar, te maldeciré.
-Malfoy, espabila. Estamos sin magia. Prueba, adelante- le invitó la chica, extendiendo los brazos -. Tus únicas alternativas son ayudarme o defenderte durante toda la noche. Y dudo que consigas esquivar golpes durante 10 horas.
Malfoy la miró un segundo, dudando. Finalmente gruñó y se acercó a Sophie, cogiendo el caldero que casi le escachó el pie hace un momento, y colocándolo en su sitio.
-Gracias - masculló Sophie.
-¿Ordenamos las plantas primero?- preguntó, sin mirarla.
-Sí, vale... Está bien.
Y se acercaron a las plantas. Mientras Sophie las colocaba en el estante, Draco se las alcanzaba, ahorrando mucho tiempo. Después de una hora se dividieron las plantas por orden alfabético y las amontonaban según su nombre.
Cuando terminaron, Sophie comenzó a pasarle las plantas que empezaban por la A para que Draco las colocara. Después por la B, C... En otra hora habían terminado de ordenar las plantas.
No intercambiaban ni una sola palabra. Trabajaban en equipo, pero guardando silencio. Entonces comenzaron a ordenar las pociones. En su mayoría, eran remedios tontos y trabajos que habían realizado los alumnos. Solo algunas tenían aspecto de haber sido hechas por el profesor.
-Poción alisadora...- leyó Draco en voz alta, dudoso.
-Es para que el pelo, te lo alisa.
Draco la miró fijamente, con la ceja levantada.
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La historia de la serpiente y la leona
FanfictionUna historia de amor, donde todo se mezcla con el futuro del mundo mágico. Sophie Slumber Una Gryffindor que siempre ha pasado desapercibida. Hasta que le salva la vida a Harry Potter, el famoso mago. Desde entonces, su vida cambia, convirtiéndose e...