Sophie salió bastante satisfecha con el castigo de McGonagall. Esta vez se había limitado a obligarles a ayudarla en sus clases de Transformaciones del primer curso, lo cual no resultaba ninguna tortura para Sophie, que siempre había experimentado una cierta admiración por esa asignatura y la profesora estaría presente en el tiempo que tuviera que pasar con Malfoy. Además, le ayudaría a prepararse un poco para los ÉXTASIS de esa asignatura. Sintiéndose victoriosa al ver la cara del rubio con la noticia, Sophie se fue a su habitación, dispuesta a descansar de una vez por todas.
Draco salió del despacho de McGonagall pegando tal portazo que la puerta tembló. No podía estar más enfadado. Nada había salido como él planeaba. Llevaba semanas hartando a Slumber, agotando su paciencia, con el propósito de que en el momento más indicado explotara y arremetiera contra él. La conocía, sabía que si conseguía picarle lo suficiente, ella no dudaría en pegarle o hechizarle. Y sabía también que, si actuaba en el momento preciso, conseguiría que les castigaran de nuevo, y así obligarla a pasar tiempo con él. Y ahí podría vengarse de ella.
Ese día se había dado la situación perfecta. Había observado durante todo el día lo mal que estaba soportando la chica sus insultos y ataques. Se le notaba que tenía un día de troll. Así que Draco decidió actuar.
La siguió después de la comida cuando vio que la chica se iba sola al bosque. A una distancia prudencial, la observó descargar su furia hechizando cosas. Incluso la vio soltando algún que otro gruñido. Estaba realmente furiosa. Por eso, cuando sin querer piso una rama, sintió un poco de miedo de que la chica le descubriera y decidiera utilizarle a él para sus prácticas. Pero consiguió no ser descubierto gracias a la estúpida comadreja Weasley, que se dejó descubrir. Cuando los dos Gryffindor emprendieron la marcha de vuelta al castillo, él no lo dudo y les siguió. Escuchó la conversación que estaban manteniendo sobre Potter, sin que ninguno de los dos estúpidos e ilusos se diera cuenta de su presencia. Se regocijó en sí mismo, sin saber muy bien por qué, al descubrir que la chica no salía con Potter.
Pero cuando entraron en la Sala Común, Draco no pudo evitar chasquear la lengua y dar una patada al suelo. Creía que había perdido la oportunidad por no haber actuado antes. Sin embargo, al ver a una chica de larga melena oscura salir del retrato de la Señora Gorda, salió corriendo hacia una esquina a esconderse. Siguió a Sophie, que parecía saber muy bien a dónde se dirigía. Y Draco lo adivinó. Iba a ver a la sangre sucia. Y, obviamente, la sangre sucia estaría en la biblioteca. Tomó el pasillo paralelo al de Sophie y la fue observando por las columnas. En cuanto advirtió las intenciones de la chica de torcer la esquina, torció el también, provocando que ambos cayeran al suelo.
Tenía que admitir que la parte de caerse de culo no entraba en sus planes, pero resultó la mar de convincente, ya que la chica no intuyó ni por asomo lo que había pasado. El resto fue cuestión de suerte. Después de ver a la chica palpar su varita, vio a lo lejos a McGonagall acercándose por el pasillo y no puedo evitar sonreír para sus adentros. Solo necesitaba tocarle donde más le doliera para que ella sacara la varita y le atacara. Y así fue. En cuanto Draco se metió con su soledad, ella le apuntó con la varita, con la mirada llena de odio, y él hizo lo mismo justo en el momento que vio que McGonagall estaba lo suficientemente cerca como para detenerlos. Tampoco quería hacerle daño físico, no era necesario.
Y hasta ahí todo había ido bien. Hasta que la estúpida de la profesora había decidido que el mejor castigo para ellos era actuar como ayudantes en su clase, ya que ambos habían elegido Transformaciones para sus ÉXTASIS. Encima McGonagall le había amenazado con recomendarle a Dumbledore revocar su título como prefecto debido a su "inadecuado comportamiento". Bah. Es cierto que le sería útil poder practicar y alardear de sus habilidades en la asignatura, pero no podría hacer nada a Sophie con la profesora acechando.
Con un bufido entró en su sala común. Era cerca de media noche y estaba agotado. Ya se le ocurriría algo. Además, iba a ser interesante competir con Slumber en Transformaciones. Tenía que admitir que la chica era muy buena con los conjuros. Solo había que verla ese mediodía en el claro del bosque, transformando piedras en animales con una facilidad admirable.
Se tumbó en la cama bocarriba. Sin duda era buena. Una bruja brillante, con unas capacidades increíbles. Talentosa y ambiciosa como una Slytherin. Recordó el primer día que llegaron a Hogwarts. Sophie era una chiquilla pequeñaja de pelo oscuro y grandes ojos verde grisáceo, que brillaban, expectantes. Compartieron barca y casi se cae de ella cuando vieron Hogwarts, por asomarse más de la cuenta al borde. Draco le sostuvo un brazo, evitando que se callera y la chica le dedicó una sonrisa tímida y un "gracias" muy silencioso. Draco le había dedicado esa mueca que ya ponía desde esa temprana edad y se fijó en la chica. Todos hablaban con todos, nadie sabía a qué casa iría y aún no existían rivalidades. Pero ella estaba sola en un rincón de la barca, jugando con su varita entre sus manos, sin hablar con nadie. Más tarde escuchó como el Sombrero Seleccionador le persuadía para enviarla a Slytherin, pero ella decidió ir a Gryffindor, provocando en Draco una pequeña decepción.
Al recordar esto, se dio cuenta de lo peculiar que había sido siempre la joven bruja. Sin duda, poseía un temperamento muy propio de Slytherin, pero había rasgos de su carácter que no encajaban en la casa verde, si no en Gryffindor. Sin dejar de mirar al techo, frunció el ceño. ¿Qué habría pasado si Sophie hubiera entrado en Slytherin? Tal vez las cosas serían diferentes. Pensando en esto y escuchando los ronquidos de Crabbe, se quedó profundamente dormido.
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La historia de la serpiente y la leona
FanfictionUna historia de amor, donde todo se mezcla con el futuro del mundo mágico. Sophie Slumber Una Gryffindor que siempre ha pasado desapercibida. Hasta que le salva la vida a Harry Potter, el famoso mago. Desde entonces, su vida cambia, convirtiéndose e...