La historia de la serpiente y la leona

La clase de Transformaciones

Entró en el Gran Comedor mordiéndose el labio. Buscó con la mirada y vio a sus amigos, esperándola en la mesa de Gryffindor. Cogiendo una bocanada de aire, se sentó al lado de Harry, que le miraba preocupado.

-¿Te ocurre algo? ¿Es por Dumbledore? - Sophie asintió -. ¿Qué ha pasado?

Sophie cogió otra bocanada de aire y comenzó a narrar todo lo sucedido. Les narró todos los sueños que había tenido durante semanas y que se los había mostrado a Dumbledore, que no supo darle una respuesta. Sus amigos escucharon paciente y atentamente, sin interrumpirla. Cuando la chica terminó, todos la miraban. Y después miraron a Harry.

-Sophie… - dijo este, con la cabeza agachada. Entonces Sophie se giró hacia él -. Ese sueño… El de Voldemort. Yo lo tuve hace un par de años. Y no es un sueño. Ocurrió de verdad, Sophie.

La chica guardó silencio unos minutos. ¿Cómo era posible que fuera real? ¿Cómo era posible que ella pudiera haberlo soñado?

-Entonces eso significa que…

-Que el resto de sueños pueden ser reales también - murmuró Hermione. Y todos asintieron -. Todos tienen sentidos. Tus padres estaban en la Orden del Fénix durante la Primera Guerra. Lucharon contra Voldemort. Y eran amigos de los padres de Harry…

-Pero, ¿cómo es posible que yo vea esas cosas? ¡En la mayoría ni siquiera estaba! ¡Ni había nacido!

-¿Cómo es posible que Harry viera todas esas cosas que durante estos años?

-Un vínculo… - dijo, esta vez, Ron.

-Exacto, un vínculo.

Sophie estaba poniéndose cada vez más nerviosa y Harry, al notarlo, le posó su mano en la rodilla.

-Pero ¿con quién?

-¿Tus padres, quizás?

-Eso podría ser en la mayoría de los sueños. Pero no con el último. No hay alguien que se repita en todos los sueños.

Todos se quedaron en silencio, sin encontrar respuesta posible. Se quedaron así un rato, sin percatarse de que todos se habían levantado ya de la mesa. Entonces Sophie, recordando que tenía que ir (de nuevo) al castigo, miró a Hermione.

-Hermione, ¿qué hora es?

-Las tres menos cinco, ¿por qué?

-¡Mierda! Tengo que irme, McGonagall quiere que también vayamos a las clases de cuarto - se apresuró a explicar, levantándose de la mesa y alejándose. Entonces, como si hubiera recordado algo, paró en seco y se giró -. ¿Nos vemos después de esta clase?

-Yo tengo Adivinación - suspiró Ginny.

-Y yo Estudios Antiguos - añadió Hermione. Todos le miraron. Nadie entendía cómo podía con tantas asignaturas.

-¿Ron? ¿Harry?

-Si Lavender no me encuentra sí que podré, así que cuenta con… ¡Ay! - se quejó, miró a Hermione y esta le dedicó una mirada con la que el chico se calló y solo añadió unas palabras -. Bueno, en realidad posiblemente quede con ella, así que mejor que hagáis planes Harry y tú. Solos. Sin mí - dijo, mirando a Hermione, como preguntándole si con eso bastaba.

Sophie intentó disimular su cara irónica. No era tonta y se les notaba demasiado que querían dejarles a solas. Pero no dijo nada sino que les siguió el juego.

-¿Qué te parece, Harry? ¿Nos vemos después?

-Claro - contestó, tan bajito e inseguro que Sophie no pudo evitar sonreírle.