El graznar de una lechuza le hizo despertar. Abrió los ojos y miró hacia todos lados, pero no encontró ninguna lechuza y dio por hecho que se lo había imaginado. Volvió a cerrar los ojos y se acomodó, con la esperanza de dormir un poco más aún. Pero de nuevo escuchó un graznido y esta vez lo reconoció. Solo Yumi podía sonar así de desafinada y aguda. Levantó la mirada y ahí estaba su lechuza, posada en lo alto de su cama.
En cuanto Yumi vio que su ama estaba despierta, dejó caer la carta que llevaba en su pico. Sophie se levantó y le abrió la ventana al ave que, después de apoyarse en el brazo de su ama y recibir unas caricias, salió volando. La chica cerró la venta y sentándose en la cama inspeccionó la carta.
En el sobre no ponía nada más que "Para Sophie."
Sophie se puso eufórica. Si no se equivocaba, era la caligrafía de su madre.
Con las manos impacientes abrió el sobre y sacó la carta.
"Querida hija:
Papá y yo sentimos mucho no haberte escrito antes, pero nos había sido imposible. Nos alegra mucho que las cosas por Hogwarts vayan tan bien y es una alegría para nosotros ver que el joven Potter y tú sois tan amigos. Esperamos que sigas disfrutando mucho del curso, cariño mío.
Tenemos que darte una noticia que tal vez te desanime un poco... Estas navidades va a ser imposible que vuelvas a casa. Lo sentimos muchísimo. Vas a tener que quedarte en Hogwarts, pequeña.
No te entretenemos por más tiempo, cariño. Y dale un premio a Yumi, ha recorrido una distancia muy larga.
Te quieren y echan de menos
Papá y mamá."
Sophie dobló la carta y resopló. Tanto tiempo esperando saber de sus padres ¿para esto? Su lista de tareas tenía más letras que la dichosa carta. Y encima le dicen que no van a verse por Navidad. Chasqueó la lengua y guardó la carta en un cajón. Solo le apetecía darse una buena ducha y distraerse.
La chica se dirigió malhumorada al baño, pasando por el lado de Hermione, que se despertó al notarla.
-¿Va todo bien, Sophie? - dijo una Hermione muy somnolienta.
-Hermione... Sí, no te preocupes, duerme un poco más - le contestó, dedicándole una cálida sonrisa.
Después de la ducha se encontraba muchísimo mejor y el cabreo se le había pasado. Tenía que entender la brevedad de sus padres. Estaban trabajando y, posiblemente, ese fuera el motivo por el que no podían verse en Navidad. Tampoco era para tanto.
Decidió esperar a sus compañeras leyendo en la sala común. Por fin tenía un rato libre para poder empezar a leer el dichoso libro muggle. Se enfrascó en la lectura pero a los cinco minutos unos chicos de quinto se acercaron a preguntarle por su estado, al igual que una serie infinita de compañeros que, cada dos por tres, le sacaban de la lectura. Finalmente, rindiéndose, dejó el libro en el mismo momento que Ron y Harry bajaban seguidos por Dean y Neville.
-Buenos días, chicos - les sonrió.
-Hola, Sophie. ¿Estás mejor? - le preguntó Dean.
-Mucho mejor, solo necesitaba dormir - dijo, guiñándole un ojo para quitarle importancia.
-¿Estás esperando a Hermione?
Sophie asintió y antes de que ninguno pudiera hacer un chiste sobre la tardanza de la morena, bajó las escaleras detrás de Parvati y Lavender, que se lanzó corriendo en los brazos de Ron en cuanto lo vio, provocando un gesto de repugnancia en Hermione. Ginny también bajó las escaleras en ese momento y saludó a todos, dedicándole un "hola" tímido a Dean. Para haber cortado hace tan poco, se llevaban muy bien.
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La historia de la serpiente y la leona
FanfictionUna historia de amor, donde todo se mezcla con el futuro del mundo mágico. Sophie Slumber Una Gryffindor que siempre ha pasado desapercibida. Hasta que le salva la vida a Harry Potter, el famoso mago. Desde entonces, su vida cambia, convirtiéndose e...