La estatua del pasillo.

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Era el primer día de clases después de la vuelta de las vacaciones y Sophie tenía que utilizar su hora libre a segunda para asistir al último día de su castigo con la profesora McGonagall. La idea no le hacía mucha gracia, pues tenía entrenamiento de quidditch pero, por otra parte, quería hablar con Malfoy. Tenía que darle alguna explicación a lo que había pasado esa noche en La Madriguera.
Avanzó por el pasillo, repleto de alumnos de los primeros cursos que se dirigían a sus clases, y entró en el aula de primer curso. Los alumnos aún estaban entrando y Sophie se acercó a la mesa de la profesora, donde ésta revisaba algunos papeles. Levantó la vista y le dedicó una sonrisa a la joven bruja.
-Hola, querida. ¿Qué tal las Navidades?
-Em... Bien, profesora - contestó ella. Le extrañaba que no supiera nada del ataque de los mortífagos. Todo el mundo lo sabía.
-Me alegro, querida - dijo, pero algo en su mirada le dio a entender a Sophie que sí que sabía lo que había pasado. O incluso más de lo que ella misma sabía -. Vamos a empezar ya -. Se giró hacia los alumnos y carraspeó -. Jóvenes, atentos.
El Slytherin aún no había llegado.
Y no lo hizo. No apareció en toda la clase.
Sophie ayudó a McGonagall a guardar los libros en la estantería al final de la clase.
-Señorita Slumber, ¿por casualidad sabe por qué Malfoy no ha venido hoy?
-No lo sé, profesora. Tal vez no recordaba el castigo. Si no le importa, me voy ya, tengo clase en breve y no me gustaría llegar tarde.
Disculpándose, Sophie salió del aula. A decir verdad, no había visto a Malfoy en todo el día. Ni tampoco lo vio ayer al volver a Hogwarts. Pero sabía que estaba, Harry ya se había quejado del comportamiento de besugo que había tenido en los pasillos esa misma mañana. Quizá le estaba evitando a ella. No, qué tontería, ¿por qué iba a hacer eso? En cualquier caso, ahora tenía clase de Pociones, por lo que él también. Así que suponía que coincidirían.
Bajó las escaleras a las mazmorras y tropezó con alguien, haciendo que casi cayera al suelo sino hubiera sido por la barandilla. Estaba cansándose un poco de tropezarse con todo el mundo en todos lados.
-¡Perdona, Sophie! No te había visto.
Sophie levantó la mirada y se encontró con el amigo de Cormac McLaggen.
-¿Te has hecho daño? - preguntó.
-Eh, no. No te preocupes... Paul. Estoy bien.
-¿Qué tal te han ido las navidades? Bueno, sé lo del ataque de los mortífagos... Me refería en general... Es decir, el resto de los días que no... Bueno... Eh...
-Paul, está bien. Te había entendido, no te preocupes. Me ha ido bien, la verdad. Estuve en España. ¿Y las tuyas que tal?
-Bueno, las pasé en Francia, con mi familia materna. Pero echaba de menos Hogwarts.
-Siempre se echa de menos Hogwarts, ¿no? - dijo ella, sonriéndole sinceramente. Le caía bien el chico -. Oye, Paul. Tengo clase y...
-Sí, claro, lo entiendo. Yo me voy ya, que también tengo clase. En fin, nos vemos en la Sala Común. Me ha gustado verte, adiós.
Se sonrieron mutuamente y siguieron sus caminos. Sophie aceleró un poco el paso para no llegar tarde y entró en el aula, que estaba prácticamente llena ya. Se sentó junto a sus amigos y observó la clase. Los de Slytherin aún no habían llegado.
-¿Dónde estabas? - preguntó Harry, agarrándole la mano.
-¿Eh? Oh, me encontré a Paul Fletcher y me lió.
-¿El amigo de McLaggen? - preguntó Ron con cierto asco.
-Sí, ¿qué pasa?
-Pues... que es amigo de McLaggen -. Se encogió de hombros.
-Pero no es como él. Paul no es imbécil - respondió Sophie.
-Cormac tampoco es imbécil - le defendió Hermione, provocando en todos una mirada de sorpresa e ironía.
-Hermione, sí que es imbécil. Y lo sabemos todos - le dijo Sophie, sonriéndole y guiñándole el ojo. Sabía que lo decía para poner celoso a Ron.
El profesor Slughorn se acercó a saludar a Harry justo en el momento en el que los Slytherin comenzaron a entrar. Y lo vio aparecer detrás de Zabini, seguido por Parkinson. Su mirada se cruzó con la de Malfoy, que le miró una décima de segundo.
El resto de la clase fue una pesadilla para la chica, que no fue capaz de concentrarse ni en poder realizar una poción multijugos en condiciones. Al terminar, todos se apresuraron a salir, pero Sophie se quedó atrás recogiendo sus cosas. Cuando fue a salir, la clase estaba casi vacía. A excepción del profesor, Neville y Malfoy.
Neville estaba hablando con el profesor, al que pedía disculpas por haber incendiado el cuarto caldero del curso. Sophie miró a Malfoy, que le miraba fijamente. Bajó la mirada, recogió sus cosas y se levantó, pasando por delante de Sophie y dejándole una nota en la mesa antes de salir.
La chica miró hacia todos lados, asegurándose de que nadie lo había visto y estrujó la nota en su mano. Se apresuró a recoger sus cosas y salió del aula. Subió las escaleras de las mazmorras y se dirigió al pasillo del primer piso por el que nadie solía pasar. Cuando se aseguró de que estaba sola, sacó la nota que había guardado en uno de los bolsillos de su túnica y la abrió.
"Esta noche donde siempre, a la hora de la cena. Inventa una excusa cualquiera. Quiero explicártelo todo.
D.M.".
Sophie estaba realmente confusa. Arrugó la nota y la guardó en el bolsillo de su túnica, pero cambió de idea. La tiró dentro de la boca de una estatua y desapareció por el pasillo.
***
Neville arrugó la nariz. Juraría que había visto a Malfoy dejarle algo en la mesa a Sophie. Así que decidió seguir a Sophie cuando le vio alejarse por el pasillo desierto del primer piso. Lo último que se había imaginado al recoger la nota que Sophie había tirado era lo que leyó.

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⏰ Última actualización: Nov 27, 2017 ⏰

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