Harry le soltó, algo colorado, y le dejó en el suelo. Al poco, se vio envuelta de nuevo por los brazos de sus amigos. Hermione, después de un largo abrazo, se separó de ella, mirando las flores que su amiga llevaba en la mano.
-¿Ya sabes quién te ha regalado flores? - le dijo la morena con una sonrisa.
Sophie les miró confusa. Había estado casi convencida de que habría sido alguno de ellos.
-¿No habéis sido vosotros? -todos negaron con la cabeza. Dirigió su mirada a Harry-. ¿Ni tú?
-No - dijo, sonriendo un poco al ver que la chica había pensado en él como autor del regalo.
La chica miró los girasoles, aún más confusa. Las flores anónimas y el libro que Malfoy le había quitado. ¿No habría sido él? No, qué tontería. Inconscientemente, se giró hacia la mesa Slytherin y se encontró con los ojos grises de Malfoy, que la miraban fijamente con un brillo distinto al habitual que Sophie no fue capaz de identificar. Un escalofrío le recorrió el cuerpo al mismo tiempo que recordaba el beso que el chico le dio en la Sala de los Menesteres. Tenía que sacarse eso de la cabeza. Rápidamente, giró la cabeza y volvió a mirar a sus amigos, que la observaban, impacientes.
-¿Y bien? - dijo Ron.
-¿Y bien qué?
-Nos tienes que contar qué fue lo que pasó. Qué fue lo que viste.
Se sentaron en la mesa y Sophie se sirvió un poco de zumo, aunque no lo probó. Sabía que tenía que comer, los médicos habían insistido en ello, pero no tenía apetito. ¿Qué les iba a contar a sus amigos, si ella tampoco tenía muy claro qué había pasado? Harry la sacó de sus pensamientos, poniéndole la mano en el hombro.
-¿Fue Draco, Sophie? - le preguntó, muy serio y con sus ojos verdes fijos en ella.
Sophie se puso tensa. Harry sospechaba de Draco, así que le habían visto entrar en los baños, ¿no? Pero Sophie no sabía si había sido Draco, no creía que fuera tan malvado como todos creían.
-¿Por qué crees eso? - preguntó, con los ojos muy abiertos, mostrando su sorpresa.
-¿Ves, Harry? Te dije que eras un paranoico - le dijo Hermione -. Además, el collar lo tenía Katie, Sophie no tiene por qué saber de dónde salió el collar.
En ese momento Katie se le acercó corriendo.
-¡Por Merlín! Sophie, ¡estás bien! - casi gritó mientras la abrazaba -. Sophie yo... lo siento mucho, de verdad.
-Katie, no fue culpa tuya. Estabas hechizada, sé que no querías hacerme daño. Ahora solo quiero olvidarlo y seguir adelante - dijo, dedicándoles una sonrisa a todos y dando por concluido el tema de la maldición. Realmente quería dejarlo correr ya -. Bueno, tengo entendido que mañana hay partido, ¿no?
-Sí, así es pero ¿te encuentras en forma como para jugar?
Sophie se lo pensó un momento. Era el primer partido que jugaba, pero aún sentía el cuerpo muy pesado y la cabeza le daba vueltas de vez en cuando.
-La verdad... No lo sé, tendría que pensarlo - dijo, mientras veía como McGonagall se aproximaba a ellos.
-Querida, tengo que hablar con usted. Acompáñeme - dijo y se volvió a girar, yéndose en dirección a la puerta.
Sophie miró a sus amigos y se encogió de hombros, levantándose y dejándole las flores a Hermione para que las subiera al dormitorio. Siguió a la profesora, notando las miradas de todos clavadas en ella. Mientras salía del comedor hacia el recibidor, pensó en que la vida en Hogwarts era más fácil cuando resultaba invisible para todo el mundo.
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La historia de la serpiente y la leona
FanfictionUna historia de amor, donde todo se mezcla con el futuro del mundo mágico. Sophie Slumber Una Gryffindor que siempre ha pasado desapercibida. Hasta que le salva la vida a Harry Potter, el famoso mago. Desde entonces, su vida cambia, convirtiéndose e...