CAPÍTULO 5 HERIDAS

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Un ruido en la cocina levanta a Momo de su sueño tan liviano. El reloj de la mesa de noche marca pasadas las seis de la mañana y de afuera ya se empiezan a filtrar los primeros rayos de sol a través de las cortinas. Anoche se quedaron hablando hasta las cuatro de la mañana, lo que explica la profundidad con que duermen sus dos mejores amigas abrazadas a su lado.

La chica baja las escaleras medio adormilada escuchando el grifo correr y la estufa borbotear, una sombra moviéndose de aquí para allá, se ha metido un ladrón a casa de Sana, ¿qué hará?

Momo toma la escoba del lado de la cama de Toulouse, quien apenas se estira en su lugar y se enrosca del otro lado provocándole ternura... Pero Hirai Momo no se puede desviar del objetivo.

A paso ninja se acerca con la escoba bien levantada hacia el tipo que hurga en el refrigerador y lanza el primer golpe, aunque es esquivada con éxito por el tipo.

—¡Oye, ¿qué te pasa?! —esquiva el joven un segundo escobazo.

—¡Ladrón!

El pobre tipo intenta quitarle la escoba de las manos a Momo pero no lo logra, en cambio la chica logra acomodarle un palazo en el costado haciéndolo doblar de dolor.

—¡Detente, por Dios!

—¡¿Qué demonios haces aquí, maldito ladrón?!

—¡No soy un ladrón!

—Sí, eso dicen todos —otro escobazo directo en la espalda.

—¡Momo, para en este instante!

Antes de que la peli castaña logre partirle el palo de la escoba al tipo en la cabeza, Sana la sujeta a tiempo impidiéndoselo.

—¡Basta ya, lo estás lastimando!

La ingeniera ve con ojos sorprendidos y a la vez tristes cómo su Sana se acerca al tipo con preocupación acariciando sus golpes y murmurando palabras de amor. El chico solo sonríe excusándola, diciendo que como no lo conoce, por eso ha reaccionado así. Hirai Momo no necesita que ningún tipo con cuerpo y cara de niño bonito la defienda delante de Sana.

—¿De verdad estás bien?

—Sí mi amor, no te preocupes —resta importancia sosteniéndose un costado.

—¡¿Qué demonios sucede contigo?! —regaña a su amiga.

—Pensé que era un ladrón —deja la escoba a un lado.

—¡Claro! Y un ladrón se va a meter a prender la estufa para preparar huevos.

—Nunca se sabe... Además, ¡estaba medio dormida, no me culpes!

El extraño se aproxima a apagar la estufa para seguir con su tarea de preparar el desayuno. Huele delicioso, interioriza Momo todavía ardiendo de celos al ver a Sana sonreírle y bromear con tanta familiaridad.

—¿Qué haces aquí? —besa su mejilla.

—Pues vengo a prepararte el desayuno antes de que te vayas a trabajar, como cada lunes —contesta también sonriente.

Momo hace un aclaramiento de garganta bastante exagerado al ver que la pareja está a punto de besarse sin importarle su presencia. Sana rueda los ojos divertida tomando de la mano al chico para ponerlo delante de ella.

—Amor, te presento a Momo.

—Mucho gusto —estira la mano el chico—, Min Yoongi, soy el novio de Sana —sonríe encantador.

—Hirai Momo —sonríe con hipocresía sin tomar su mano—, soy el amor de la vida de Sana.

La mencionada se atraganta con su café mientras el chico solo observa a la ingeniera algo confundido. Mira de ella hacia su novia y de vuelta.

—Está bromeando, no le hagas caso —resta importancia con algo de incomodidad—, ¿cierto Momo?

—No bromeo con eso en absoluto.

Dando por terminada la conversación, Momo se pasa por en medio de la pareja rompiendo la unión de sus manos y abre el refrigerador sirviéndose un vaso de leche gigante que apura bajo la atenta mirada del par.

Sana solo observa algo apenada a su novio, quien nada más le sonríe dando a entender que no está molesto con ella ni con su amiga.

—¿Te llevo al consultorio?

—Sí, me voy a meter a bañar, ¿me acompañas, Momo?

—Eso no se pregunta —sonríe con perversión ahora sí incomodando al chico.

—No a bañarme, idiota, a mi cuarto a despertar a Mina —miente con la mirada, pero a Momo le interesa molestarla un poco más.

—Te ayudo a tallarte la espalda como tanto te encanta —la nalguea.

Sana no la soporta más y se la lleva del brazo rápidamente escaleras arriba. La empuja hacia su cuarto lanzándole un golpe por verla reírse.

—Eres una inmadura.

—Fue una broma y ya, no exageres —evita sus demás golpes.

—Conozco tus bromas y esto para nada lo fue, estás celosa.

Momo detiene sus carcajadas de inmediato lanzando su mirada juzgadora a su amiga, quien es ahora la que sonríe con maldad.

—¿Celosa yo de ese maniquí andante? —saca a relucir su vieja personalidad arrogante.

—Llámalo como quieras pero es mi novio —sentencia—. Más que eso, él... nos vamos a casar.

La antigua Momo hubiese estallado ahí mismo en egocentrismo y minimizaría toda la situación hasta hacerla tan pequeña para ella misma pisotearla con sus caros zapatos MiuMiu; no haría un big deal al respecto y solo se limitaría a levantar una ceja y mirar con desdén a Sana soltándole una sarta de palabras hirientes, comentarios ofensivos y miradas juzgadoras, pero no ésta Momo.

—Yoongi y yo nos conocimos en una conferencia en Londres cuando llevaba dos años de abierto mi consultorio, él dio un par de charlas ese fin de semana y empezamos a salir...

No esta Momo cuyo amor por Sana se ha mantenido intacto desde que son un par de niñas.

—Llevamos un año comprometidos...

—Basta —calla—, ya te escuché lo suficiente.

No esta Momo que nació de su amor por Sana a quien ya no le importan las cosas materiales ni lo superficial, no a esta Momo que cambió en nombre de su amor y ahora deja ver sus sentimientos al desnudo sin temor a ser juzgada.

—Momo...

—No esperaba que me esperaras tampoco, después de todo fui yo la que te dijo que siguieras con tu vida —llora—. Sabes que te amo y que siempre te voy a desear lo mejor, solo que decirlo es muy fácil, pero verlo con tus propios ojos... Lo siento, se me hace tarde para algo importante.

—¿A dónde vas?

La detiene en la puerta del cuarto.

—Voy con Tzuyu al gimnasio.

Momo ni siquiera espera a que su amiga le diga algo para encerrarse en el baño del pasillo, en el que lejos de prepararse para una rutina de ejercicios con Tzuyu, lo que hace es pasarse varios minutos llorando y odiándose mientras el agua helada le recorre el cuerpo de pies a cabeza. No puede hacer nada, no tiene ese derecho tras haberse ido todo ese tiempo, ¿qué pretendía de todas formas? Sana es una mujer hermosa, buena e inteligente que merece ser amada, y si ella ya eligió a la persona con quien pasará el resto de su vida, por muy difícil que le resulte, Momo tratará de hacerse a un lado.

UNA PARTE DE MI SIN TI // MITZU // (MINA+TZUYU TWICE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora