CAPÍTULO 38 QUIÉREME EN VOZ ALTA

37 5 0
                                    

El beso empieza a subirse de tono con cada mordida y el apretón descarado que Momo da en sus glúteos llenándose de más las manos. El cóctel envenenado que Sally se bebió (el más cargado de los dos), empieza a hacer de las suyas entorpeciendo su cordura gracias a cada roce, aunque un poco de la voz del angelito que se sienta en su hombro derecho sí escucha, este le dice que aparte a la ingeniera antes de que sea demasiado tarde. Strike dos.

—Para un segundo —jadea—, mi Dios, Cos'è stato?

(¿Qué ha sido aquello?)

—Algo que quería hacer desde el primer día en que te vi, nada más.

—¿Sí?, pues espero que lo hayas disfrutado mucho porque no se repetirá, harás que Sana me odie por darle celos conmigo.

—Eso no va a pasar, ella es demasiado buena y no te culpará a ti sino a mí.

—Y hace bien, porque yo ya te dije que no seré tu clavo ardiendo.

—Vale, entiendo, no serás mi clavo ardiendo, ¿qué tal mi consuelo?

—No seré tu perra —ríe apartándola de un empujón.

—Vamos, sé que no te soy indiferente —aprieta el agarre en su cintura—. ¿Cómo harás entonces para calmar esa fiera en tu interior que está a punto de desatarse gracias a la pócima mágica?

—Para eso tengo a Shuhua —guiña a su amiga del otro lado, quien levanta su copa devolviendo el gesto con una sonrisa cómplice.

—¿Te follas a tu mejor amiga?

—Tú haces lo mismo, la diferencia es que yo no estoy penosamente enamorada de ella y esto es solo un... pequeño acuerdo que va por fuera de nuestro vínculo que bien se fortalece gracias a ello.

—Los italianos hacen cosas muy raras.

—Te sorprenderías.

Momo celebra el no ser apartada cuando el perfume de Sally le entra por las fosas nasales volviéndola loca de deseo, sorprendentemente descartando el pensamiento de Sana muy lejos en su mente para dar paso a la obra de arte que sostiene todavía en sus brazos. La italiana se regaña mentalmente por lo que el fuego en su interior la obliga a imaginar, esta vez consumiendo completo a su angelito para dar entrada victoriosa a todos sus demonios.

Mio caro, te dije que estás jugando con fuego —respira pesada al sentir los besos de la pelirroja en su cuello.

—Y yo te dije que no me importa quemarme —asciende de nuevo a su boca.

—Vale, pero tengo dos condiciones.

—Te escucho.

—La primera, es que no seré yo la única envenenada por el deseo.

Sally saca de su bolsillo el gotero tomando un poco de él. Momo lo observa apenas debatiéndose ahora sí entre la espada o la pared, pues su angelito enamorado de Sana la detiene en primera cada vez... Sana, el amor de su vida, su alma entera, su todo, ¡esa que ahora mismo se está comiendo a besos con su prometido que más tarde será su esposo y el papá de sus hijos! —grita de pronto su demonio interior riendo a la par con el de Sally sosteniendo el líquido muy cerca de sus labios.

Con una sonrisa malvada, abre la boca recibiendo la dosis exacta bajo su lengua para embriagarse también con el dulce-amargo de la aventura. Sally ríe malvada reclamando ahora ella sus labios como suyos por esa noche. Ya no hay voces ni arrepentimientos, no hay culpas ni remordimientos, solo deseo ardiente en ambos cuerpos que ansían tenerse aunque sea por una noche, por un instante.

UNA PARTE DE MI SIN TI // MITZU // (MINA+TZUYU TWICE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora