UNA PARTE DE MI SIN TI // MITZU // (MINA+TZUYU TWICE)

CAPÍTULO 15 MI VERDAD

Ya han pasado dos horas desde que Tzuyu y Mina llegaron al gimnasio de Ciudadela Imperial y la chica de nombre Yuna no se le ha despegado ni un minuto a la pelinegra. El lugar está decorado con globos y un letrero de cumpleaños, han hecho algunas rifas (de las cuales Tzuyu se ganó unos multivitamínicos), regalos y un enorme pastel.

En ese momento, Mina se encuentra en la caminadora observando de lejos la interacción de las dos chicas. Tzuyu está en la tabla de abdominales con las manos de Yuna sobre estos indicándole cómo debe respirar y ayudando a sostener sus piernas.

—¿Pero se puede ser más zorra en esta vida? —resopla enojada.

Uno de los chicos que entrena se ha fijado en ella y no le quita los ojos de encima; le haría caso solo para molestar a Tzuyu, pero ella está tan concentrada en la pelirroja que no le ha prestado atención desde que llegaron, ni siquiera se fijó en su atuendo que escogió especialmente para ella, para que no pudiera apartar los ojos de su cuerpo tan bien trabajado.

En el momento en que Tzuyu y Yuna están riendo de algo que la pelirroja dijo, Mina pierde la poca paciencia que le queda deteniendo su máquina y yendo por su chica, de camino tomando su toalla, su botella de agua y sus cosas.

—Tzuyu —llama su atención—. ¿Nos vamos?

—Pero es temprano, todavía no parten el pastel —habla Yuna por ella.

—Tzuyu y yo nos levantamos muy temprano a trabajar, tenemos cosas importantes que hacer.

—Mina, yo no me quiero ir.

La bióloga hace caso omiso a la sonrisa malvada que la pelirroja le da, por el bien de todos, en cambio dándose vuelta hacia la salida sin decir adiós, siente como la ira le calienta la sangre y le nubla la mirada, si no se va de ese lugar habrá una tragedia. Tzuyu nota su semblante serio y se excusa con Yuna para ir a alcanzar a Mina.

—¿Enojada?

—Suéltame —se aparta de su agarre—. Me tengo que ir, estoy muy cansada.

—Yo-yo quiero que te quedes conmigo.

—¿Contigo? —ríe sin gracia—. Tzuyu, prácticamente te la has pasado con esa puta toda la noche y a mí que me parta un rayo.

—Yuna no es...

—Te atreves a defenderla y no respondo —amenaza muy al borde.

—¿Tienes celos?

—Tzuyu...

—No me gustan los celos porque me duele aquí —sostiene su pecho con verdadera angustia.

—Pues no parece que te doliera, si te dejas manosear de esa... bruja.

—Yuna es amable y bonita, ella solo...

Mina toma su botella y la aprieta en dirección de Tzuyu lanzándole un chorro de agua directo a la cara.

—Pues quédate con ella entonces —se va.

Tzuyu corre por sus cosas en el camino despidiéndose rápido de Yuna, quien se lamenta e intenta persuadir a la chica para que se quede, pero sin resultado. La pelirroja la ve partir con pesar maldiciéndose por la aparición de la tal Mina en la vida de Tzuyu, la mujer que tanto le encanta; novia o no, no se la dejará quitar tan fácil.

Tzuyu alcanza a Mina antes de entrar a su casa obstaculizando la puerta.

—Mina...

—¿Qué pasó?, ¿ya tan rápido te aburriste de esa idiota?

—Quiero-quiero hablar.

—Me duele la cabeza ahorita mismo como para hablar, hazte a un lado.

—Pero —se interpone otra vez—, por favor.