CAPÍTULO 6 TU GOLPE DE REALIDAD

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Tzuyu se dirige al gimnasio del conjunto con su inseparable y vieja mochila al hombro cuando Momo la intercepta a mitad de camino. Viste una camiseta holgada de mangas largas y unos pantalones de chándal con tenis, su cara de confusión aparece rápidamente preguntándose qué hace su amiga con esa ropa tan técnicamente abrigada para hacer ejercicio, además, no lleva un termo con agua ni una toalla como ella.

—¿No tienes calor? —Le pregunta curiosa.

—No —resta importancia—, además así sudo más y quemo más grasa.

Un simple encogimiento de hombros es lo que Tzuyu le dedica apenas, pues para ella tiene lógica, igual ella no dejará de usar su top deportivo y sus leggins que tanto le facilitan los movimientos. Desde su incidente hace ocho años que su doctora le recomendó ejercitarse que va al gimnasio o sale simplemente a trotar, le costó acostumbrarse a la rutina, sobre todo por sus estudios y trabajo, pero lo logró, así como logró amarse todavía más al verse al espejo todas las mañanas su cuerpo tan trabajado y bonito; su vida mejoró en torno a ello cuando sumó una dieta más saludable y una rutina de sueño y actividad lo menos estresante posible.

Momo le cuenta en el camino lo ocurrido en casa de Sana y ella no hace más que asentir, negar o encogerse de hombros a todo, aunque ya no exasperándola como antes, pues ya aprendió a tratarla y a entenderla. La chica del café conoce a Yoongi y se le hace buen chico, pues para ella basta con que trate bien a su amiga y la quiera, pero evidentemente no es lo que piensa la mujer junto a ella.

—Pero tú te fuiste —comenta simple—, y Sana estuvo sola llorando.

—Ya sé —suspira frustrada—, pero yo la amo todavía y me duele que esté con alguien más.

—No puedes intervenir porque se van a casar y está mal —regaña.

—¿O sea que no cuento contigo para impedir la boda?

Tzuyu niega en pánico ante la broma de la que después la ingeniera ríe a más no poder, ¡cómo extrañó molestar a la chica!

Dentro del establecimiento no muy lleno a esas horas de la mañana, ambas amigas inician sus ejercicios previos de calentamiento por al menos veinte minutos en los que Momo no deja de molestar a la chica más alta a su lado ganándose varios golpes que no le importa recibir.

Esa mañana al abrir los ojos y ver a sus dos mejores amigas abrazadas a su lado, sonrió de felicidad y la tranquilidad la invadió toda, pues no fue un sueño que volvió a Cadsmorie después de tantos años.

—Hola Tzuyu —se acerca una joven a la pelinegra llamando no solo su atención, sino la de Momo —, veo que hoy vienes acompañada.

Tzuyu le sonríe amable y ni siquiera alcanza a presentar a la ingeniera cuando ella ya le está extendiendo la mano para saludarla.

—Hirai Momo, un placer.

—Yuna, mi hermano es el dueño de este lugar, yo soy entrenadora.

—No me digas...

—¿Te nos vas a unir hoy?

Momo sonríe con hipocresía hacia la chica asintiendo a su propuesta, pues no es tonta y en menos de diez minutos ya ha hecho todo un análisis de ella: pelirroja con cuerpo de barbie y labios gruesos, esa vocecita chillona y fingida que solo pone cuando está cerca de Tzuyu y esa manera de explicarle sus ejercicios...

—Ajusta bien tus guantes y respira profundo —acaricia su abdomen. Tzuyu ni se inmuta—, recuerda que la respiración es muy importante.

Momo las observa con una ceja levantada y brazos cruzados, más cuando toma la pequeña toalla de la pelinegra y le limpia el sudor del pecho mirándola con deseo.

UNA PARTE DE MI SIN TI // MITZU // (MINA+TZUYU TWICE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora